Capítulo 20

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Si alguien hubiese podido decirle a Arthit qué diablos acababa de ocurrir, él felizmente les habría dado la mitad de su fortuna. Desafortunadamente, era muy poco probable que alguien lo supiera, ya que las dos personas que podrían saber que las respuestas estaban detrás de esa puerta cerrada, y probablemente no saldrían pronto.

Arthit se quedó mirando la puerta cerrada por un par de minutos antes de suspirar y sin estar completamente seguro de qué era lo que debía de hacer. Tal vez esperar a que Kongpob se despertara y le preguntarle directamente era la opción correcta, pero, de alguna manera, tuvo el presentimiento de que no obtendría tantas respuestas como él esperaba.

En algún momento, había sacado su teléfono para enviarle otro mensaje de texto a Kongpob, con la intención de exigirle que lo llamara en cuanto se despertara. Pero las últimas frases de Dey seguían rondando en su cabeza y molestándolo constantemente.

¿A qué se habría referido ella cuando dijo que Kongpob no iba a recordar? Seguramente recordaría los reclamos de Arthit, especialmente cuando estaban dirigidos hacia él.

O tal vez no.

Nunca antes había visto a Kongpob tan aturdido, como si estuviese drogado o algo por el estilo. Así que se guardó su teléfono en el bolsillo, descartando la idea de enviarle un mensaje. Arthit estaba más intrigado por averiguar si Kongpob realmente no recordaría su enfrentamiento que por escuchar sus excusas. Así que realmente no tenía otra mejor opción que simplemente esperar. Y con ello, también esperar a que Kongpob cumpliera su promesa de volver a casa una vez que solucionara sus problemas.

Pero, mientras tanto, Arthit planeaba investigar un poco. Quizás a lo largo de su vida no le había prestado mucha atención a Kongpob como él lo merecía, haciéndolo a un lado cada vez que podía, y generalmente pensando en él sólo cuando necesitaba algún tipo de favor.

Y por supuesto que de vez en cuando había sentido un poco de culpa por no ser un buen amigo, pero nunca, ni en sus sueños más retorcidos se imaginó a sí mismo estando enamorado de un chico tan introvertido como él. Y por ello, todos esos años de no tener ni siquiera una pizca de curiosidad sobre su vida habían regresado para patear su trasero.

Entonces, ¿qué tipo de juego estaban ambos jugando? Los dos habían estado continuamente huyendo el uno del otro en un momento. Evadiendo sus sentimientos debido al miedo, la ansiedad, la culpa...Pero todo lo anterior era porque, de alguna forma, ambos eran cobardes. Y a pesar de analizar a fondo, Arthit aún no encontraba la respuesta que buscaba.

¿Por qué Kongpob estaba siendo tan misterioso? Incluso si él no le debía nada a Arthit para que le pagara con sinceridad, ¿por qué no confiar en él? ¿Por qué no hacerlo cuando el mismo Kongpob afirmó que amaba a Arthit? Y no sólo un enamoramiento superficial, era algo de hacía años.

Arthit había logrado que él y Kongpob hablaran desde temprano hasta muy entrada la noche. Incluso de muchos temas, así los tuvieran o no en común. De cualquier cosa...de todo menos de su madre. De si ella vivía. Y cuanto más pensaba Arthit sobre ello, más se confundía.

Esa no era la primera vez que Kongpob desaparecía por un par de semanas, pero hasta el momento siempre decía que era sólo por un trabajo temporal para ganar dinero extra. Evidentemente eso parecía ser una excusa en todos sentidos, aunque Arthit nunca lo notó. Pero, entonces ¿en qué podría estar involucrado que debía de estar constantemente dando excusas? ¿Y por qué ni siquiera podía contárselo a Arthit? Sobre todo cuando habían comenzado a hablar de forma tan íntima, ¿o sólo a Arthit le parecía que estaban más cerca?

Aun así, nada en el comportamiento de Kongpob por teléfono había indicado que no planeaba volver a casa en el tiempo que había dicho. Fuera lo que fuera, Arthit había terminado de estar frente a esa puerta luciendo tan lamentable. Si Kongpob no iba a irse con él, y la molesta Dey estaba siendo absolutamente misteriosa y posesiva, él mismo iba a descubrir qué demonios pasaba.

Si el mañana nunca llegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora