Lisa's POV
–Así que Jisoo y Rosé.–Comencé la conversación mientras comía el "Gimbap". Resultó ser todo lo contrario de lo que esperaba, no estaba acostumbrada a la comida coreana pero esto era delicioso.
–Con todo lo que hacía Rosé por ella era cuestión de tiempo.–Dijo Jennie.
–Es muy insistente cuando se propone algo.
–¿Y tú qué quieres en estos momentos?–La pregunta me había tomado por sorpresa. Nunca lo había pensado. Siempre había hecho lo mismo, todo era tan monótono hasta que llegó Jennie.
–En estos momentos, otro gimbap.–Escuché una pequeña risa y cómo se levantaba.–Nunca te lo he dicho pero cocinas muy bien.
–Mi mamá siempre me tuvo con ella en la cocina. Aquí tienes.–Volví a mi gimbap.–Mi papá decía que tenía que aprender para alimentar a mi esposo. Cuando se daba la vuelta mi mamá siempre me decía: en realidad no tienes que hacer nada por los hombres.
–Me agrada tu mamá.–Me llevé el último Gimbap a la boca saboreandolo.
–Tal vez podrías conocerla...
–Hm, no creo.–Dije.
–Respecto a eso, quería plantearte algo, te lo puedes pensar.–Escuché como levantaba los platos.–Pero primero, el postre.
–¿También haces postres?–Pregunté sorprendida. No había cosa que Jennie no hiciera.
–Yep. Ya te serví, pruébalo.–Tomé un bocado sintiendo la pasta de arroz y algunos trozos fríos.–Es bingsu. Le puse chocolate.–Era lo más rico que había probado en tres años después de su kimchi con arroz.
–Está...rico.–Me acabé todo el bingsu en cuestión de segundos.
–Veo que te gustó.–Asentí.–Respecto a lo que te quería plantear hace rato...–Aclaró su garganta.–Los padres de Jisoo irán a Japón a visitar a su familia pero Jisoo no se irá, así que le dejaron llevar a Rosé a su casa, pasarán las vacaciones en Seúl y quería llevarte conmigo...le he hablado a mi mamá de ti y quisiera conocerte.
–No creo que sea buena idea...–Mi cerebro me ponía esas alertas de nuevo. "La terminarás queriendo más de lo qué ya lo haces", "no puede saberlo porque menos se querrá ir". Tenía muchos pensamientos hasta que sentí la mano de Jennie tocar la mía.
–No te voy a dejar sola, ¿recuerdas? Te llevaré conmigo.–Soltó.
–Tampoco es como que puedas obligarme, ¿sabes?–Me levanté volviendo a mi habitación.
No podía permitirme aquello. Jennie cada vez era más cariñosa conmigo, yo sé lo permitía y no sabía porqué. Era como si pudiera apartar a todos con la cabeza en alto y sin remordimientos pero cuando se trataba de ella me volvía tan suave.
El tiempo en mi habitación transcurrió. Mi oído era mucho más agudo que antes por lo que escuché un sonido en el jardín. Al parecer Jennie estaba trabajando en él de nuevo. Me metí a la ducha ya que empezaba a hacer algo de calor. Palpé la pared hasta llegar al baño y me despojé de mi ropa. Encendí la regadera y sentí aquellas gotas de agua cayendo en mi rostro.
Cuando salí de la ducha busqué entre la ropa algo que pudiera ponerme. Nunca sabía que me ponía por eso la mayoría de mi ropa era negra. El negro le quedaba a todo o eso había dicho Rosé.
–¿Puedo pasar?–Escuché la voz de Jennie del otro lado. Me coloqué los shorts buscando la etiqueta para evitar ponérmelos al revés y le di entrada a Jennie.
–¿Qué pasó?–Pregunté mientras cubría mi torso con la playera.
–Vine a leerte las cartas.–No me sentía del todo lista para eso pero ella me trasmitió seguridad. Busqué el borde de la cama para sentarme tomando la caja que había dejado cerca y se la di a Jennie.
–Bien.–Dijo ella y escuché cómo abría la caja.–Hay dos fotos.
–¿De qué son?
–En la primera estás.–Escuché como intentaba no reírse.–Perdón...estás desnuda pero tenías como 6 meses, eras un bebé muy gordo.
Sonreí y ella siguió describiendo las fotos.–En la segunda estás tú pero tu cabello es rubio.–Supuse que era una foto de cuando tenía 19. Había dejado mi cabello crecer y lo había teñido de rubio.–Estabas muy guapa. Y al lado de ti están tus papás. Parece que están en la playa.
–Fue para el cumpleaños de mi mamá.–Los recuerdos comenzaron a inundar mi mente.–No teníamos mucho dinero y jamás había visto la playa hasta ese día. Mi papá tomó sus ahorros y nos llevó a todos. Si hay algo que tiene Tailandia, son hermosas playas.–Suspiré.–Ella estaba tan feliz. Llevó casi una cubeta llena de piedrecitas y conchas de mar.
–Seguro que sí. Mi papá siempre nos llevaba cuando era pequeña...también lo extraño.–Pregunté ya que me había dado cuenta de que siempre hablaba de su mamá y nunca lo mencionaba a él.
–¿Donde está él?
–Murió cuando tenía 18. Me hace mucha falta a pesar de que era muy terco y orgulloso. Podía ser todo eso pero siempre me cuidó.–Antes de que pudiera seguir ella volvió a hablar.–Hay dos cartas.
Escuché cómo se rasgaba el papel.–La primera contiene tus papeles, ya sabes, actas de nacimiento y esas cosas.
Asentí y ella volvió a rasgar la segunda carta.
–La otra es de tus padres. ¿Estás lista?–Me permití tomar su mano. Ella entrelazó nuestros dedos y empezó a leer.
"Lisa, rezo porque esta carta llegue a ti. En estos momentos los Francos han tomado las zonas bajas de Tailandia. Tu padre y yo queríamos escribir esta carta antes de que ellos lleguen, queremos que sepas que te amamos más que a nada en el mundo. No pude tener mayor regalo en la vida que tú.
En donde quiera que te encuentres quiero que sepas que hasta el último segundo de nuestra vida te amaremos. Nuestro amor por ti es eterno. Nunca te rindas, sigue luchando como siempre lo has hecho, sigue teniendo aquel corazón noble y lleno de alegría. No dejes que el mundo y su crueldad te cambie. Ojalá pudiera verte crecer más, ojalá tuviéramos más tiempo para escribir esta carta. Recuerda lo que vales siempre, ojalá algún día encuentres el amor como yo encontré a tu padre y cuando lo hagas no lo sueltes.
Te amamos para siempre, tus padres."Escuché el sollozo de Jennie quien me abrazó rápidamente, estaba llorando y yo también lo hacía. No había hecho nada de lo que ellos hubieran querido que hiciera. Me sentía tan mal y sollocé abrazando a Jennie contra mi.
Cuando por fin logré tranquilizarme sentí como Jennie dejaba un beso en mi frente.
–¿Jennie?–Dije y ella se removió un poco del abrazo.–Iré contigo.
Nos abrazamos por mucho tiempo. Dejé que mis muros bajaran y sin darme cuenta la dejé entrar.
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It's cold inside too? [Jenlisa]
FanfictionAños después de la caída de las fuerzas francesas contra el imperio Tailandés, Lisa Manoban, una ex militar queda completamente ciega, su orgullo inquebrantable sede cuando se le asigna una enfermera a su cuidado qué tal vez derrumbe los muros que e...