Jennie's POV
–Debe firmar aquí y aquí, también debajo de las letras grandes y de las cursivas.–Moví el bolígrafo antes de colocar mi firma en cada uno de los apartados. Leí aquel documento antes de hacerlo, incluso las letras pequeñas.–Como sabe, su madre fue una de las mejores en su trabajo.–Comenzó a hablar el dueño de la compañía.–Me atrevo a decir que nos volvimos amigos. Es por eso que cuando llegó a pedirme esta clase de favor no me negué.
El jefe de empresas Hee-Chul era un hombre amable y siempre había sido flexible con mi mamá respecto a permisos o cosas que ella necesitara.
–Te volveré a explicar, ¿de acuerdo?–Asentí.–La caja fuerte tu mamá acumuló cerca de 208,000 hablamos de dólares.–Abrí los ojos como platos, al menos para mi era demasiado dinero.–Ahí van incluidos sus ahorros y el de tu padre, de quien también se tomó el tiempo de juntar.
–¿Todo eso es lo que firmé?
–Así es, señorita Kim. Solo falta el cobro de seguro de vida.–Sacó una hoja haciendo cuentas.–El monto que le quedaría como herencia serían 308,000 dólares.
No podía creer que mis padres tuvieran ahorrada esa cantidad de dinero.
–Entonces...¿todo bien?–Preguntó el hombre de traje.
–Sí...sólo es difícil procesar esto.–El me sonrió entregándome los cheques y papeles correspondientes.
–Entiendo su situación.–Tomé aquellos papeles.–Y si necesita algo no dude en venir. A pesar de ser el jefe de donde trabaja la señora Kim siempre me cuidó la espalda y me sacó de apuros financieros.
–Gracias, señor Hee. Por todo.–Estreché su mano dándole las gracias antes de retirarme.
–¿Listo?–Preguntó Jisoo mientras nos dirigíamos al ascensor.
–Sí...resulta que mis padres me dejaron 308,000 dólares en la cuenta.
–¡¿Qué?!–Exclamó Jisoo.–Wow, sigue siendo mucho dinero.
–Sí, supongo que tendré que distribuirlo bien y también la casa está a mi nombre.
–Todo se irá arreglando, Jen.–Entrelazó nuestros brazos y subimos al coche.
–Al hospital general, ¿no?–Preguntó mi mejor amiga y asentí.
–Me quedaré más tranquila cuando hable con el doctor que llevaba el tratamiento de mi mamá.–Metí los papeles en mi bolso.–¿Tus padres ya no están molestos?
–Lo estaban al principio cuando les dije lo de Rosé pero...se les pasó rápido cuando comenzaron a hablar de armas y esas cosas. Ya sabes cómo es mi padre y bueno, la adoraron.
–¿Si recuerdas que debemos volver el lunes?–Le pregunté. Las vacaciones casi llegaban a su fin. Estábamos en sábado y todavía faltaban algunos meses para concluir mi servicio.
–Lo hablé con Rosé y Lisa antes de salir de tu casa. Y a ellas no les importa estar acá hasta que termines tus asuntos.–Jisoo se estacionó cerca del hospital.
–Gracias, Jisoo.–Le dije de todo corazón.
–Soy tu mejor amiga Jen, haría lo que fuera por ti.
–Aún así, Jisoo, gracias.
–¿Te espero aquí o quieres que te acompañe?–Negué ya que no me tomaría mucho y quería hacer esto sola.
Caminé por los pasillos de aquel hospital preguntando por el doctor Dae-Hyun hasta que una amable secretaria me guió hasta la puerta de su consultorio.
Toqué la puerta unos segundos hasta que aquel médico me abrió.
–Señorita, Kim, buenas tardes, pase por favor.–Le respondí el saludo y me senté en aquel espacioso consultorio. Tenía la pared llena de diplomas y títulos.
–Creo que se enteró de lo que ocurrió con mi madre hace unos días.–El asintió.
–El cáncer que ella poseía en el pulmón se trató a cómo debía.–Me miró colocando las manos en el escritorio.–Pero a veces, en enfermedades como el cáncer, como ambos sabemos, ocurren cosas inexplicables y cuando hizo metástasis...
–¿Metástasis?–Pregunté sin entender en qué momento ocurrió aquello.
–¿No le mencionó nada? Su cáncer hizo metástasis hace más de cuatro meses. Invadió sus órganos blancos.
Ella no había mencionada nada de aquello. Me había ocultado algo tan importante como era ese diagnóstico.
–Lo siento mucho, señorita Kim. Hice lo que estuvo en mis manos.–Le di las gracias al doctor que terminó por aclarar mi duda del porqué había sucedido tan rápido todo. Con aquel diagnóstico mi mamá sólo era una bomba de tiempo antes de que su cuerpo fallara completamente.
Me senté un momento en las sillas de espera pensando en todo lo que había sucedido.
Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando un niño con los ojos vendados pasó en una camilla. Iba hablando animadamente con su mamá y no pude evitar escuchar la conversación. Iba saliendo de una cirugía para recuperar la vista y le quitarían el vendaje en algunas semanas. Aquello me hizo recordar a Lisa y como si algo me poseyera fui con la misma secretaria preguntando acerca de la persona que había operado a aquel niño.
–En el segundo piso a mano derecha.–Le di las gracias y subí al ascensor. Al llegar al segundo piso pude visualizar el consultorio.
Toqué la puerta un par de veces hasta que una mujer castañada con la mirada confusa me abrió.
–Mi hora de dar consultas terminó, señorita.
–Disculpe, ¿es la doctora Jea?–Ella asintió.–No vengo por una consulta, bueno, yo no soy la que la necesita pero quisiera saber cuál es la probabilidad de devolver la vista a una persona ciega.
Ella miró su reloj y me dio entrada a aquel consultorio.
–¿Cuántos años lleva ciega esta persona?–Preguntó.
–3 años...en realidad ella veía antes pero sucedió algo durante la guerra que la dejó con la ceguera.
–¿Qué clase de accidente?–En realidad Lisa no me había contado cómo había quedado en ese estado, sino Jisoo.
–Una explosión.
Ella pensó por unos segundos hasta que me dio una respuesta.–Le voy a ser muy sincera.–Asentí.–Las probabilidades de devolverle la vista a alguien que tuvo un desprendimiento de retina son casi nulas. Pero no imposibles.–Me explicó un método que se realizó en Estados Unidos hace poco, habían devuelto la vista a un hombre que era ciego desde hace 55 años lo que me hizo pensar en una oportunidad para Lisa.–El único problema (si es que usted no lo tiene), es el precio, son cerca de 16,000 dólares por ojo y el resultado depende de un milagro.
–¿Cuántas personas ha operado en esa situación?
–Cerca de 38 personas.
–¿Y cuantas han vuelto a ver?–Le pregunté.
–Sólo tres.–Dijo.
–Es suficiente para mi.–Le pedí su número y todos los datos de la cirugía.
Usaría el dinero que había obtenido de la herencia para pagar el gasto de la cirugía, el único problema era que Lisa aceptara.
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It's cold inside too? [Jenlisa]
FanfictionAños después de la caída de las fuerzas francesas contra el imperio Tailandés, Lisa Manoban, una ex militar queda completamente ciega, su orgullo inquebrantable sede cuando se le asigna una enfermera a su cuidado qué tal vez derrumbe los muros que e...