Capítulo 23

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Jennie's POV

–Se supone que no deberías quitártela hasta que estés lista. ¿Tan difícil es esperarte?

–Me molesta tener esto en la cara.–Bufó Lisa.

–Ya sé, mi amor.–Ella rió.–Bueno, ¿pero qué es tan gracioso?

–Me llamaste "mi amor".–Ella me cargó entre sus brazos mientras yo gritaba.

–Lisa, ¡bájame, te vas a caer!–La más alta no me escuchó y me mantuvo en sus brazos hasta que se cansó y se comenzó a rascar debajo del vendaje que ahora cubría sus ojos.

La cirugía había salido bien, no tuvo ninguna complicación durante el procedimiento a excepción de los nervios al colocar las inyecciones. Lisa podría ser valiente, podría saltar de un avión a miles de pies de altura, nadar en aguas peligrosas e inclusive tirarse de un bungee sin titubear, pero le tenía demasiado pánico a las agujas. Tarde o temprano cedió y por fin pudieron realizar la cirugía, aunque el resultado lo sabríamos hasta mañana en la tarde, sólo quedaba esperar.

–Nini, ¿tú crees que funcione?–Preguntó mientras se sentaba en la primera tabla de la escalera.–Yo no tengo esperanza alguna, ¿sabes? A veces es mejor no emocionarte tanto.

–Eso lo sabremos mañana, ¿bien?–Me acerqué a ella mirándola con aquella venda que dejaba ver sólo su nariz y sus labios.–No quiero que pienses en eso ahora. Y tampoco quiero que seas pesimista.–Dejé un beso en su mejilla.

–Pero Jennie, ¿qué pasa si...

La callé con un beso porque sabía que sus suposiciones no iban a parar.

–Eso fue descortés...–Susurró en mis labios con la voz ronca. Algo recorrió todo mi cuerpo causando que mi piel se erizara. ¿En serio sólo con hablarme de esa forma podía tener ese efecto en mi?

Coloqué mi mano en la escalera apoyándome para besarla más de cerca. Sus labios eran tan suaves y sus movimientos tan lentos, lo que provocaba que en cada nervio de mi cuerpo corriera un impulso eléctrico. Era increíble lo que podía transmitir sólo un beso, era como alguna vez había escuchado, así se sentía besar a la persona indicada. Moví mis labios haciendo que el beso fuera aún más lento cuando sentí su lengua rozar mis labios, abrí los míos permitiéndole sentirme. El beso se profundizó tanto que Lisa se puso de pie haciendo que yo hiciera lo mismo. Me besó de nuevo y repartió pequeños besos por mi cuello.

–Lisa...

–No haré nada que no me permitas.–Dijo y vi como se iba alejando. Quería aquello más que nada, así que volví a juntar nuestras bocas y ella sonrió.

–Permiso...–Colocó sus manos en mi trasero lo cual hizo que notara como mi ropa interior se humedecía. Pero lo que más me sorprendió fue que me pidiera permiso, nadie jamás había sido tan respetuoso conmigo.

Bajó sus manos un poco más y me cargó haciendo que enrollara mis piernas en su cintura. Para ella era tan fácil cargarme y subir por las escaleras. A pesar de lo caliente que estaba me aseguré de que Lisa no pisara en un lugar incorrecto.

Entre besos y caricias llegamos a la habitación, se encontraba cerrada por lo que la mano Lisa buscó la manija de la puerta.

–A la derecha...–Le dije refiriéndome a la cama. Cuando ella sintió el borde me colocó suavemente en ella. Dios, su delicadeza hacía que quisiera más de ella.

Junto nuestros labios dejando pequeños besos después por mi mejilla. Sentí como creaba un camino de besos hasta mi cuello y luego subió hasta mi oreja.

–¿Te gusta suave o...–Pasó su lengua por mi lóbulo.–Un poco más duro...

Aquello hizo que mi centro quisiera explotar. Ni siquiera había tocado algo más abajo y ya me tenía como una loca.

–No seas tan amable...–Le dije acercando su oído a mis labios.

Una sonrisa se instaló en ella y volvió a besarme. Esto era diferente a lo que siempre había tenido. Me respetaba y también me preguntaba cómo me gustaba. ¿Podía tener a una novia más perfecta?

Volvió a lo suyo metiendo su mano debajo de mi blusa. Me senté en la cama con ella encima quitando la prenda. Ella hizo lo mismo con la suya y comenzó una línea de besos desde mi clavícula hasta mis pechos.

–No traes sostén...–Podía ver su sonrisa de satisfacción.

Solté un gemido ahogado cuando su lengua tomó uno de mis pechos y finalizó con su boca rodeándolo completamente. Hizo lo mismo con el otro y bajó por todo mi abdomen.

Sentía que no podía más.–Por favor, Lisa...

Ella quitó mis jeans lanzándolos en cualquier dirección. Gemí de nuevo cuando sentí su cálida lengua tocar mi intimidad sobre la tela. Esto era demasiado. Sentía que iba a explotar en cualquier momento y todavía no terminaba.

Lisa se separó un momento para terminar de desvestirse dejándome ver sus abdominales y sus tatuajes. Tenía un cuerpo tonificado lo cual solo hizo que me calentara más.

Retiró mis bragas con sus boca y subió para volver a conectar nuestros labios. Jamás había estado con una chica pero estar con Lisa era el cielo.

Fue entonces cuando sentí como su intimidad chocaba con la mía, haciendo que mi punto más sensible tocara el suyo. Gemí cuando comenzó a moverse lentamente.

–Más rápido...–Ella aumento la fricción de nuestros centros. Solté un gemido y una de las manos de Lisa subió a mi cuello. Sentí como envolvía su mano alrededor de el apretando sólo las yemas de sus dedos para no lastimarme.

Aquello sólo hizo que me calentara más que el infierno.

Alcancé mi primer orgasmo y Lisa también, pensé que iba a parar cuando comenzó a dejar besos nuevamente por todo mi cuello hasta llegar a mi centro.

–Lisa...no creo que pueda tener otr...

Cuando sentí su lengua en mi clítoris supe que me había equivocado porque eso era realmente posible. Ella comenzó a lamer entre mis pliegues haciendo que gimiera y tomara su cabeza con mis manos para sentirla aún más. Hizo aquellos círculos en mi clítoris antes de tomarlo completamente con su boca.

Estuve a punto de llegar al orgasmo cuando paró...solté un sonido de frustración haciendo que ella riera, ¿como podía alguien reír y sonar tan malditamente sexy? Lo siguiente que sentí fue uno de sus dedos entrar en mí lentamente haciendo que apretara las sábanas de la cama con mis manos.

Ella aumentó la velocidad al mismo tiempo que  llevaba a su boca mi clítoris y no pude evitar tener un orgasmo de nuevo. Arqueé mi espalda soltando un gemido y apretando mis piernas contra ella.

–Auch...–Me sonrojé al ver que estaba apretando la cabeza de Lisa.

–Perdón, mi amor...–Ella sólo subió para depositar un beso en mi ojo.–Lisa, ese es mi ojo.–Comencé a reír y ella bajó un poco más para dejar uno en mis labios seguido de uno en mi frente.

–¿Cómo aprendiste a hacer todo eso?–Le dije mientras nos abrazábamos.

–Ser ciega tiene sus ventajas.–Dijo.–Agudicé mi tacto y otras cosas.

Me quedé ahí con ella toda la tarde, exhausta pero completamente feliz de haberle dado esa parte de mí.

Quería que ella me tuviera para siempre.

It's cold inside too? [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora