It's cold inside too? [Jenlisa]

Capítulo 24

Jisoo's POV

El sabor del café invadía mi garganta haciendo que se sintiera cálida. Cerré los ojos permitiéndome sentir el sabor tostado del café.

Decidí salir por un momento sentándome en una de las sillas que estaban fuera de mi casa. Era uno de esos días en los que te levantas y te sientes agradecido con el mundo y lo que tienes en ese momento. Todavía faltaban algunas horas para ir al hospital para que le quitaran la venda a Lisa.–Ojalá todo salga bien...–Me dije mi misma.

–Buenos días...–Una Rosé despeinada y bostezando salió de la casa, dejó un beso en mi cabeza y se sentó junto a mi.–¿Qué haces aquí?

–Pensando...

–¿Un beso por un pensamiento?–Preguntó y negué sonriendo.

–Sólo estoy agradecida y pensaba en lo que ocurrirá hoy...

–Todo saldrá bien.–Me dijo dándole un beso a mi mano.–He estado pensando...–La miré atenta.–Quiero retomar mi vida, siento que estoy malgastando mi tiempo tirada en mi casa todo el tiempo.

–¿Y hay algún plan que tengas en mente?

–Siempre he amado la música, es a lo que quisiera dedicarme toda mi vida pero...–Bajó la cabeza haciendo que me acercara más a ella.

–¿Es porque no puedes tocar?–Ella asintió.–Hay miles de músicos que darían lo que fuera por trabajar con una chica tan talentosa como tú. Te he escuchado cantar muchas veces y tu voz es preciosa. Tienes que mostrarla.

–Nadie va a querer trabajar con alguien que no está completa.

Me levanté rápidamente colocándome frente a ella.–Mírame.–Una lagrima cayó en su mejilla.–Para mí estás más completa que cualquier otra persona que conozca. No necesitas ser igual a los demás para tener éxito. Sólo tienes que ser tú...

–No quiero fracasar...

–A veces las mejores lecciones vienen de los fracasos, pero la diferencia será que aunque fracases la primera vez lo seguirás intentando porque es lo que amas hacer, ¿verdad?–Ella asintió.

–Sólo no sé cómo empezar...

–Puedes comenzar con covers, subirlos a una plataforma de videos y poco a poco irás creciendo.–Ella me miró no tan convencida.–Las cosas toman tiempo pero si pones pasión en lo qué haces llegará a los demás.

–¿Estarás conmigo?–Preguntó.

–En las bajas y las altas.

                      *                    *               *

Entramos juntas por la puerta del hospital. Miré a mi alrededor y habían personas que al parecer llevaban días esperando resultados de sus familiares. Yo sólo podía notar el nerviosismo que tenía Jennie. Se la pasaba mimando a Lisa y abrazándola más de lo que normalmente hacía.

–¿Es en la otra planta?–Preguntó Rosé a Jennie y esta asintió volviendo su atención a Lisa.

Ninguna de las cuatro había hablado demasiado. Aunque intentamos calmar la situación minutos atrás cantando mientras iba manejando las únicas que terminaron  haciéndolo fuimos mi novia y yo.

Entramos al ascensor y presioné el número dos.

Al abrir las puertas pude notar que había una familia con su hijo saliendo de un consultorio. El niño parecía algo perdido. Nos paramos en seco cuando la mamá comenzó a llorar en frente de la doctora.

–Pero no entiendo que salió mal...–Sollozaba.

–Suni...–La intentó calmar el que parecía su esposo mientras el niño permanecía en silencio.

–Señora, entiendo su cuestionamiento y su dolor pero le recordé que las probabilidades de que recuperara la vista eran escasas...

Miré a Jennie que ahora parecía querer llorar. Lisa se había quedado completamente estática mientras Jennie la abrazaba diciéndole cosas que no alcanzaba a escuchar.

–Mami, está bien.–Dijo el niño con una voz dulce tomando la mano de su mamá. Cuando vi aquello sentí como mi corazón se rompía. Él trataba de consolarla hasta que algo hizo click en aquella mujer y lo tomó en sus brazos dándole las gracias a la doctora.

Salieron no antes sin mirar a Lisa dándole una sonrisa débil.

–Lamento que hayan tenido que ver eso...–Dijo la doctora.–Cuando estés lista, Lisa.

Ella se separó de Jennie un momento y vi como dejaba un beso en su frente. Rosé tomó mi mano y entramos todas a aquel consultorio.

–Muy bien. Antes de comenzar quiero saber cómo te sientes.–Preguntó la doctora.

–Bien.–Respondió Lisa con simpleza.

–¿Te has sentido mareada o tuviste alguna molestia después de la cirugía?

Ella negó.

–Antes de que quite la venda quiero que sepan que sea cual sea el resultado es algo que está fuera de mi control.–La doctora se cruzó de brazos.–El cuerpo responde de diferentes maneras y eso es algo que se vuelve a veces un enigma en la medicina. Pero quiero que sepas, Lisa, que sea cual sea tu resultado, debes seguir adelante como siempre lo has hecho.

Ella asintió y la doctora se acercó a ella.–Muy bien. Necesito que te sientes en esta silla.–Rosé tomó el brazo de Lisa guiándola para sentarse.

–Quitaré la primera venda.–La doctora se colocó los guantes y comenzó quitando la primera venda dejando ver sólo aquellos dos apósitos oftálmicos.–Muy bien, Lisa. Ahora necesito que cierres los ojos a pesar de que yo haya quitado los apósitos.

Ella asintió y la doctora quitó aquellos dos apósitos. Rosé apretó más mi mano y podía sentir como sudaba. Estaba nerviosa al igual todas.

–Jennie...–Dijo Lisa.

–Aquí estoy.

–¿Puedes ponerte frente a mí?–Ella se acercó a Lisa.–No sé si esto funcionará.–Seguía con los ojos cerrados.–Pero si funciona quiero que seas lo primero que vea.

La doctora miró a Jennie y esta asintió.

–Ya puedes abrir los ojos, Lisa.