Rosé's POV
Era mi segundo intento en hacerle un nudo a los Nike que Jisoo me había comprado ayer. Cuando iba entrando la noche anterior, tropecé y la suela de mis antiguos zapatos se rompió. A pesar de recibir pensiones como ex militar no me alcanzaban para otros zapatos.
No podía evitar sonreír cuando pensaba en Jisoo.
–Bebé, ¿ya estás lista?–Entró a la habitación con un vestido con flores estampadas y una bolsa en su hombro. Su cabello caía en sus hombros y llevaba algo de maquillaje.
–Te ves hermosa.–Me levanté tomando su rostro con mi mano y la miré con una sonrisa boba.
–Tú también.–Negué dándole un beso en la nariz.
–Tú más...por cierto, ¿me das una mano? No puedo hacer el nudo...
Apunté hacia mis snickers blancos.
Una vez listas salimos al garage de Jisoo. Su padre le había dejado el coche ya que él estaba en Japón.
–Cinturón, por favor.–Dijo antes de arrancar.
–Lo que usted ordene.–Salimos y bajé la ventana para ver el paisaje y sentir el aire. El sol estaba bajando, eso quería decir que podríamos ver las luces en el festival.
Pasamos los siguientes minutos entre miradas y bromas cuando la radio comenzó a reproducir una de mis canciones favoritas y no pude evitar cantarla en voz alta.
"From walking home and talking loads, to seeing shows in evening clothes with you, from nervous touch and getting drunk, to staying up and waking up with you...
Miré a Jisoo y tenía la vista fija en mi.
–No se si es posible estar más enamorada de ti.–Era la primera vez que lo decía.–Tu voz es preciosa.
Toqué su mejilla lanzándole un beso y seguimos el camino a casa de Jennie cantando juntas.
–Es aquí.–Estacionó el carro frente a aquella casa blanca con portón negro.–Espérame aquí, voy por ellas.–Asentí.
Una Jennie feliz venía del brazo de Lisa. Me sorprendió que la dejara tocarla de tal forma.
–Hola, Rosé.–Me saludó Jennie.
–Hola parejita.–Le dije y lo siguiente que sentí fue un codazo de parte de Lisa.
Comenzamos a pelearnos hasta que Jichu me dio una mirada asesina.–Bien, vamos.–Dije dándole una sonrisa a mi novia mientras ella negaba haciendo lo mismo.
* * *
El sol se había puesto y las luces inundaban el lugar, todos parecían divertirse, bailaban, hacían chistes y otros, cómo era nuestro caso, disfrutábamos solo platicando mientras comíamos algunos dulces.
–Mira.–Dijo Jisoo sosteniéndose de mi brazo.–Están lanzando fuegos artificiales.–Uno tras otro color se iba esparciendo en el aire.
Me coloqué detrás de ella abrazándola con mi mano.–Estoy justo donde quiero estar.–Le dije.
–¿Siempre quisiste venir?–Preguntó y negué.
–Tú eres donde siempre quise estar.–Jisoo presionó sus labios sobre los míos dejando un beso demasiado tierno.
Pasamos los minutos así, abrazándonos hasta que perdí la noción del tiempo y también el hecho de que venía con Lisa y Jennie. Las busqué hasta que las vi sentadas en la orilla del Río.
Lisa's POV
–Rojo, ahora va uno...¡amarillo!–Gritaba Jennie para que me hiciera la imagen en mi mente.–Como tu color favorito, Lisa.
–¿Cómo sabes que es mi color favorito?–Pregunté.
–Supuse que Rosé te había regalado aquellos snickers con franja amarilla por algo. Mira, el que viene es...¡rosa!–Parecía una niña narrando todos los colores con emoción.
–¿Venías muy seguido aquí?–Escuché como Jennie se relajaba.
–Todos los años. De hecho también vine el pasado, con unos amigos y mi ex novio.
–¿Ex novio?
–Sí, pero no es algo de lo que quiera hablar, no me malinterpretes, sólo no me gusta traer el pasado de vuelta cuando mi presente es mejor.–A veces Jennie me sorprendía. Era demasiado fuerte y sincera con lo que pensaba y sentía. Era genuina.
–Mierda, olvidé mi suéter en el auto de Jisoo.–La temperatura bajaba cada vez que avanzaba la noche. No sentía tanto frío ya que traía una blusa con mangas pero seguro Jennie no venía muy arropada.
–¿Tienes mucho frío?
–Sí pero está bien.–Escuché como frotaba sus brazos con sus manos. Se estaba congelando.
–¿Donde estás?–Dije palpando la toalla en la que nos habíamos sentado hasta dar con las piernas de Jennie.
–¿Qué haces?–Preguntó y me puse de pie palpando sus hombros para no golpearla.
–Así no tendrás tanto frío.–Me senté detrás de ella colocándola entre mis piernas.
Pude sentir como Jennie dejaba caer su cabeza en mi hombro.
–Sigo con algo de frío...–Dijo y finalmente e inevitablemente pasé mis brazos por su cintura atrayéndola hacia mi. Creo que hasta Jennie podía escuchar lo acelerado que estaba mi corazón.
–¿Así estás mejor?–Pregunté.
–Te sientes como si estuviera saliendo el sol.–Reí y ella hizo lo mismo.
–¿Cómo?
–Cálida...–Sonreí y mi corazón fue calmándose cada vez más hasta regular su frecuencia.
Sentí como Jennie se removía sin alejarse mucho.
–Pensé que tenías frío...
–Quiero otro tipo de calor.–Al decir eso sus manos se instalaron alrededor de mis mejillas. Cerré los ojos instantáneamente sintiendo lo suave de sus caricias.
No pasó mucho tiempo cuando sentí su frente juntarse con la mía, seguidamente su nariz tocó la mía y finalmente...el roce de sus labios.
Comenzó lentamente, casi como si temiera mi respuesta. Sus labios eran suaves y cálidos. ¿Que mas daba ya? Ya no podía negar lo que sentía por ella. Una serie de recuerdos comenzaron a colarse en mi mente, Jennie cuidándome, Jennie riendo, Jennie abrazándome, todo se trataba de Jennie. Noté cómo comenzaba a despegarse hasta que tomé la valentía que había perdido todos estos años y la besé de vuelta. Escuché un suspiro de su parte y no pude evitar sonreír. Ahora ella besaba mi sonrisa. Capturé su labio inferior haciendo que se intensificara. La besé con toda la ternura de la que fui capaz. Se separó sólo para dejar un beso en mi nariz, seguido de mis mejillas. Tomé su rostro entre mis manos por un momento.
–Ojalá pudiera verte.–Junté su frente con la mía.–¿Pero sabes algo? No necesito verte para saber lo hermosa que eres.
Ella se acurrucó de nuevo entre mis brazos. No sabía que pasaría con nosotras, pero si de algo estaba segura era de que la quería y esta vez, para siempre.
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It's cold inside too? [Jenlisa]
Fiksi PenggemarAños después de la caída de las fuerzas francesas contra el imperio Tailandés, Lisa Manoban, una ex militar queda completamente ciega, su orgullo inquebrantable sede cuando se le asigna una enfermera a su cuidado qué tal vez derrumbe los muros que e...