It's cold inside too? [Jenlisa]

Capítulo 7

Jisoo's POV

En el momento en el que pisé la entrada de la casa en la que me encontraba ahora sentí una energía increíble.

Ni siquiera me había dado tiempo de saludar cuando tenía a una chica joven saltando cuál niña pequeña. Intercambiamos nuestros nombres y me explicó su situación con algunas bromas acerca de la falta de su brazo.

Pasó un mes y aquellas sonrisas forzadas al escuchar los chistes de Rosé se volvieron en regaños acompañados de pucheros por parte de ella.

Ahora tras todo este tiempo me encontraba en el sofá recostada en el hombro izquierdo de Rosé.

Era realmente una persona maravillosa, nos volvimos cercanas de una manera tan rápida.

Creo que jamás alguien me había hecho reír tanto.

–No entiendo cómo pudo vender su voz por un chico.–Se levantó Rosé haciendo unas muecas graciosísimas.–Yo vendería a cualquier chico para tener un brazo extra.

Veíamos la sirenita, después de un maratón entero de películas Disney.–Pero lo hizo por amor.–Ella me miró.

–¿Si sabes que en la historia original la deja por otra?–La manera en que ella se adentraba tanto en las películas era increíble. Como si ella misma estuviera sufriendo la historia.

Sonreí.–Sí, pero esta no es la original. –Se sentó a mi lado de nuevo comiendo las palomitas sobrantes del bol.–Si tuvieras ambos brazos, ¿venderías uno por una chica?

–Depende de quien fuera la chica.–Me miró y sonrió clavando su mirada en mis ojos.

No paraba de mirarme por lo que aparté la mirada.–Eh, Jennie se quedará con Lisa, por cierto.–Dije para cortar el momento.

–Eso supuse.–Rosé suspiró mientras bebía lo sobrante de la malteada de fresa que había preparado.–Le hará bien tenerla cerca.

–No se oía molesta, ¿sabes?–Dije recordando la llamada que había tenido con ella.–Se oía...no sé; sólo lo tomó bien.

Rosé me dio una mirada extraña.–¿No te gritó?–Asentí.–Vaya, creo que di en el clavo sin querer.–Rió para sus adentros.

–¿A que te refieres?–Pregunté al escuchar eso.

–A que hice algo bien. Yo sabía que no cualquiera podría entrar a la vida de Lisa solo así.–Dejó la malteada en la mesa.–Debía ser alguien...diferente. Completamente diferente a ella. No sólo lo hice porque sabía que necesitaba ayuda con algunas cosas, sino porque quería que alguien se volviera especial para ella, o eso espero que sea Jennie.

Se acomodó en el sillón estirando su cuello y haciéndome señas de que me recostara.

Lo hice sin motivo alguno o eso creía.

Lisa's POV

–No te muevas...–Decía Jennie mientras yo escuchaba el sonido de las tijeras.–Si te mueves parecerás código de barras.

Después de insistir toda la mañana en que me dejara cortar el flequillo por ella accedí. Me empezaban a picar los ojos cada vez que me punzaba la punta de mi cabello.

–Listo.–Dejó las tijeras en la mesa.–Déjame verte.

Alcé mi rostro un poco permitiéndole tener una vista de su obra.

–Pero qué guapa me quedaste.–Su voz estaba llena de emoción.–Es la primera vez que hago esto y...

–¿¡La primera?!–Llevé mis manos a mi flequillo tocándolo. En realidad estaba bien o eso sentía yo.

–Vamos, quedaste bien. ¿No confías en mí?

–No.–Dije levantándome de la silla.

En realidad no confiaba en ella, pero tampoco me daba mala espina. Este último mes había sido muy buena conmigo aunque no recibiera el mismo trato de mi parte.

–Lisa.–Volteé mi rostro hacia el lugar de donde provenía su voz.–Leí que cerca de aquí hay una pequeña feria...¿te gustaría ir?

–Ah, no me apetece salir.–Dije a punto de darme la vuelta cuando ella comenzó a insistir.

–Nunca sales, Lisa...no puedes quedarte toda la vida encerrada.

–Si que puedo.

–¿Por qué no me dejas llevarte? Podemos ir con Rosé y Jisoo, he hablado con ellas...

–¿Nunca paras?–Si había algo que no toleraba es que hicieran planes incluyéndome cuando no me apetecían para nada.–A veces eres jodidamente estresante.–Bufé antes de salir a mi habitación.

* * *

Había estado todo el día en mi habitación escuchando el pronóstico del día. "Día soleado sin probabilidades de lluvia", decía el locutor. Traté de imaginarme cómo se vería el cielo.

Me levanté de mi cama abriendo la ventana. Me permití sentir la brisa y escuchar los sonidos.

Fui interrumpida cuando sentí unos pasos en la habitación.

–Te traje tu cena.–La voz de Jennie era diferente a la de otros días, sonaba abrumada, cansada y sin la chispa de siempre.–Si me permites son casi las 6, así que me iré a casa de Rosé.

No me dio tiempo de responder cuando escuché que sus pasos se alejaban cada vez más.

De pronto algo empezó a surgir dentro de mí, ¿era culpabilidad?, ¿por qué de un momento a otro me importaba como se sintiera Jennie?

No lo iba a averiguar ahí. Así que salí lo más rápido que pude de mi habitación palpando las paredes.

–¡Jennie!–La llamé. No hubo respuesta. Coloqué mi cabeza en la puerta principal cerrando los ojos y suspirando.

–Soy idiota...–Dije en un susurro.

–Bueno, en eso tenemos la misma opinión.–Abrí mis ojos como platos. Jennie carraspeó acercando sus pasos.–Bueno, ¿que querías decirme?

–Yo...–Vamos idiota, ¿que tan difícil es disculparse?–Me refiero a que te puedes quedar...

–No necesito estar en donde no me quieren.–Dijo moviendo sus pasos hacia la puerta que sostenía mi mano.

–Lo siento, ¿si?–Busqué su mano evitando que se fuera.–No me consultaste antes sobre la feria y no me gusta que me tomen por sorpresa.

Jennie dio un largo suspiro.–Te acepto las disculpas si vas a la feria conmigo y las chicas mañana.–Hice una mueca.–Volvió a tocar la puerta y la paré de nuevo.

–Está bien, está bien. Iré.–Cerró la puerta y solté su mano.–Pero sólo un rato.

–Sólo un rato.–Dijo finalmente.