—Se nota que no has estado aquí en años... y es increíble que la madera haya durado tanto, —suspiró mirando por la ventana y continuó. —es real... ella murió.
Bastet se dejó caer al suelo y rompió a llorar de nuevo, esta vez caía en cuenta de todo lo que había pasado, todo lo que había hecho y como su magia se descontroló frente a todo Salem, Eros quería ayudar pero no sabía cómo siendo un gato, así que al mirarla con su ropón mojado corrió hasta el armario que tenía y con su hocico jaló lo que parecía ser una capa roja y la arrastró hasta ella haciendo que inevitablemente levantara la mirada y su llanto parara al ver la curiosa escena, con una sonrisa tomó la capa y se rodeó con ella, después tomó en brazos a Eros y lo abrazó, él no puso ninguna resistencia pues sentía su dolor, ahora solamente lo tenía a él y todo lo que había planeado vivir con su madre estaba hecho cenizas. Cansada durmió abrazada a Eros quien lamía su cara para consolar los espasmos post llanto que la atacaban.
Cuando la luz del Sol golpeó las ventanas de la hermosa cabaña ahora todo lucía completamente iluminado y rustico, Bastet se puso de pie y miro la ventana comprobando que ahora el Bosque perdido se veía completamente hermoso y las aves cantaban como señal de que la noche había quedado atrás, pero claro, por solo unas cuantas horas hasta la siguiente. Al girarse y ver la pequeña barra de la cocina su humor cambió, ya que había una charola con varias manzanas rojas pero lo gracioso era que cada manzana tenía la marca de dos pequeños colmillos que claramente eran de Eros, se notaba a leguas el esfuerzo que había hecho al traer cada manzana con su hocico y eso llegó al corazón de Bastet. Tranquila lo buscó pero no lo encontró por ningún lado, así que decidió recorrer la hermosa cabaña que en algunos lugares tenía estantes llenos de varías hierbas diferentes, ella no era una hechicera experimentada pero estaba segura que después de estudiar los hechizos de su madre con su libro podría hallar un uso para todos esos ingredientes.
Siguió investigando y encontró una habitación acogedora maldiciéndose por haber dormido en el piso, claro, la cama estaba llena de polvo pero con una buena sacudida podría usarse sin problemas, así que mientras Eros regresaba abrió el libro de las sombras que su madre le había heredado ya con algunos hechizos, todo lo que había ahí le parecía completamente nuevo, los dibujos perfectamente detallados, las hierbas pegadas con sumo cuidado, la letra pintada delicadamente, todo parecía haberlo hecho con amor.
Al ver la primera página había una inscripción...
"La magia es imprescindible para todas las personas, sean mágicas o no, todos los hechizos y conjuros se trabajan bajo la misma base, tu propósito, tu fe y tu sabiduría; estas tres cosas juntas te darán todo lo que desees, así es la magia, infinita y milagrosa, y toda ella vive en ti, pregunta a tu maestro interior, él te dará todas las respuestas"
Madeleine Krentz.
Bastet sintió unas enormes ganas de llorar pero esta vez se contuvo, sabía que su madre era increíble y que al final tenía que continuar, al cambiar a la página siguiente observó el conjuro para crear esferas de poder y todo lo relacionado a la vibración, ya que era una especie de energía para todos los hechiceros y recargarla tenía su chiste. Continuó cambiando páginas y tras ver que a pesar de que había varios hechizos el libro aún tenía muchas páginas libres, así que su mente se iluminó y tras ver un hechizo de cómo convertir a alguien en paloma y ver los ingredientes siguió el consejo de su madre.
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EROS: Ronronea y hechizame
RomanceEn el año 1692 no importaba que tan bueno fueras, si eras excéntrico, impertinente o simplemente... si eras mujer terminarías en la hoguera considerada una bruja. Pero Bastet Krentz no tenía que fingirlo, ¡ella era una bruja! y después de ser exp...