Un mes después, Eros y Bastet ya habían entrenado lo suficiente, ella ahora poseía el gen minino al igual que Eros ya que él había practicado el mismo ritual en ella, ambos superaban las nuevas sensaciones que su nueva faceta les permitía probar.Ninguno de los dos había tenido noticias de Merlín, así que disfrutaban como nunca estando juntos, inventando nuevos hechizos y conjuros y aunque al principio Bastet no amara a Eros... ahora podía sentir un gran amor por él, dormía con él, comía con él, caminaba de su mano y la conexión que ambos tenían cada vez la sentían más fuerte. Una mañana mientras ambos desayunaban surgían dudas sobre algunas cosas raras del Bosque perdido...
—Es extraño... la fruta del Bosque perdido me sabe diferente algunas ocasiones, no sé por qué. —comentó Bastet comiendo un gajo de naranja y Eros sonrió mordiendo una manzana amarilla.
—Verás, es normal que algunas frutas cambien de sabor, ya conociste a Roshelle, ella es una hada de bosque y algunas veces esconden semillas de otras frutas en algunas otras, así que los sabores cambian dependiendo la semilla, fresa en guayaba, naranja en pera... todo puede ser posible en el Bosque perdido.
—me pregunto... ¿Cómo es que te diste cuenta de eso?
—Sorprendí a Roshelle muchas veces plantando sus semillas en mis manzanas, la muy tramposa hizo que todas supieran a limón, solo para hacerme enojar. —Bastet rió divertida por sus anécdotas y de repente se puso seria.
—Hay alguien fuera de los límites de la cabaña... creo que es Merlín. —dijo poniéndose de pie de inmediato y salió con Eros siguiéndole el paso, abrieron un portal y se dejaron ver ante la barrera que escondía la cabaña, y para sorpresa de Eros había tres hombres muy ancianos con capas negras; Los Jueces brujos, y sí estaba Merlín, pero parecía discutir con ellos.
— ¡Ya se los dije, es orden mía! ¡Yo mismo los casaré es necesario!—les gritó Merlín con la nariz roja de coraje, pero Los jueces brujos a ver a Eros caminaron hasta él.
— ¡Tú, Eros Dmitriy Shcherbakov! ¡Tú condena fue eterna y ahora debes volver a tu condición de Fuego fatuo! —Gritó uno de los Jueces brujos y Bastet dio un paso adelante para evitar que llegaran a Eros.
— ¡No! ¡Si lo quieren a él tendrán que pasar primero por mí! —pero Eros solo tocó el hombro de Bastet para calmarla y le sonrió un poco triste. — No gato, esto no... ¡sé que dije que lo aceptaría si pasaba! ¡Pero... ya no tengo a nadie, Eros, no quiero perderte!
—Mi niña... afrontaré lo que venga, no seré ningún cobarde.—respondió limpiando las lágrimas de Bastet.
—Si me escucharan por unos momentos podríamos solucionar esto... —volvió a insistir Merlín a los Jueces brujos y ellos lo miraron un poco cansados. —Ustedes me seleccionaron como Hechicero maestro por algo, ¿alguna vez les he fallado? ¡Solamente exijo darles una explicación!
ESTÁS LEYENDO
EROS: Ronronea y hechizame
RomanceEn el año 1692 no importaba que tan bueno fueras, si eras excéntrico, impertinente o simplemente... si eras mujer terminarías en la hoguera considerada una bruja. Pero Bastet Krentz no tenía que fingirlo, ¡ella era una bruja! y después de ser exp...