En el año 1692 no importaba que tan bueno fueras, si eras excéntrico, impertinente o simplemente... si eras mujer terminarías en la hoguera considerada una bruja. Pero Bastet Krentz no tenía que fingirlo, ¡ella era una bruja! y después de ser exp...
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— ¿Tú eras la única amenaza? ¿Por qué hablas como si tu fueras el villano?— le cuestionó tranquila esperando una explicación, así que Eros bajó la mirada y miró su vaso de agua.
—Desde siempre se han postulado a hechiceros poderosos para poder ser los siguientes hechiceros maestros hasta envejecer y morir protegiendo la magia y a sus criaturas, y pues durante años enteros yo entrené, sacrifiqué mi vida personal, vi morir a todos los integrantes de mi familia mientras yo me convertí en un hechicero inmortal, lograr la inmortalidad como brujo no es fácil, y yo lo logré con un único fin, proteger la magia de cualquier amenaza que pudiera presentarse, me volví el hechicero más poderoso con el fin de ser el siguiente hechicero maestro, pero...
—pero...
—Apareció Merlín Covenage, él parecía tener todo para caerle bien a todo el mundo, aunque no estuviéramos al mismo nivel él tenía un historial muy interesante, había logrado salvar a aldeas lejanas de maldad y eso le había hecho un héroe con rumores que viajaban rápido por El bosque perdido, a comparación mía solamente había hecho algunos favores para poder sobrevivir, así que llegó el punto donde los jueces brujos tenían que decidir, nos hicieron pruebas, nos pusieron a competir como animales y al final... lo escogieron a él.
—Debió ser frustrante para ti.
—Lo fue, yo no tenía ningún motivo para reclamar, Merlín no era una mala persona y aun así me deseó suerte y se disculpó por ocupar el lugar que llevaba queriendo ocupar por años, yo... comencé a guardarle rencor, lo odiaba más que a nadie, ahora no tenía a donde ir, así que busqué un lugar que pudiera darme todo... y encontré este sitio, aquí construí esta cabaña hasta sangrarme las manos, haciéndola saqué mi coraje pero en el fondo aún quería hacerlo sufrir, así que empecé a investigar sobre magia oscura, verás... la magia blanca es la que tu manejas, pero la magia oscura es como el lodo, si la tocas te ensucias, mientras más te metes más te llenas de esa mierda... es mucho más poderosa así que comencé a hacerme adicto a ella, y mientras más la ocupaba... más oscurecía mi alma, y cuando más cosas descubría mis objetivos cambiaban, ya no podía ser Merlín pero ahora podía ser mucho más solicitado y fuerte que él.
— ¿Cómo lograrías eso?
—En el mundo de la magia hay hechiceros que probaron la magia oscura y a igual que yo se volvieron adictos, a ellos se les llama hechiceros Liche, dejan de comer, de tener contacto con el mundo y solo quieren una cosa... magia, no importa cuánto daño ocasionen o a quienes se lleven en el camino, pueden llegar a parecer esqueletos vivientes o ser cadáveres en apariencia y seguir vivos, su magia es lo suficientemente fuerte como para destruir a la mitad de la población, podrían lograrlo con hechizos que poseen en sus libros de las sombras, dichos hechizos solo pueden hacerlos ellos, si un ser normal llegara a hacerlos su alma se oscurecería y se perdería en la penumbra de la noche, por ello siguen vivos, la gente los busca para pedirles favores, y ellos no se niegan por su adicción a la hechicería oscura, y yo mi niña... yo me estaba convirtiendo en un Liche.
