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Primera reunión

Tony jamás iba a admitirlo pero estaba bastante nervioso. Cuando dijo a Stephanie que podían salir junto con sus hijos, él había imaginado algo más privado como, ir al parque, comer un helado, tal vez al cine. Pero por nada del mundo se le ocurrió que a la rubia "teñida" que lo traía de un ala, lo invitaría a una parrillada entre sus amigos.

Tony solía tratar con gente distinta todos los días, estaba acostumbrado a ello. Pero una cosa era tratar negocios y otra muy diferente, el entrar en la privacidad de un grupo. Era demasiado personal.

—Papi.

—¿Sí, cariño?—Tony dejó de verse al espejo para prestar atención a su niño que estaba parado justo a la entrada de su cuarto.

—¿Ya podemos irnos?

Tony sonrió levemente. Se acercó a su hijo y lo levantó en brazos.

—Por supuesto. Podemos parar en el camino para llevar algo.

—Todavía no me dices a dónde vamos—dijo Peter haciendo un pucherito y cruzándose de brazos.

Tony soltó una risita.

—Te va a encantar, lo prometo.

***

Tony y Peter bajaron del auto. El mayor tomó la manita de su niño al ver que este estaba demasiado enérgico al saber dónde estaban. Peter saltaba y saltaba contento como conejito en una pradera muy verde. Tony solo podía morderse su labio inferior, aguantando las ganas de reír y besarle toda la carita a su bebé. Sí, Peter tenía ya 7 años pero para Tony era solo una cosita diminuta que necesitaba de todo su amor.

Ambos Stark cruzaron la calle. Al estar frente a la puerta, pudieron escuchar algunas risas y distintas voces. Tony se hubiera quedado congelado de no ser porque Peter seguía como gusanito en sal. Tocó a la puerta, y en cuestión de segundos, está se abrió, revelando a una mujer de cabello castaño, ojos penetrantes, y una sonrisa ladina. Tony la reconoció como la compañera policía de Stephanie.

—Señor Stark—saludó la mujer—. Avisaré a Steph que ya está aquí.

Tony no pudo decir nada. Fue jalado al interior junto a su hijo mientras la mujer salía disparada del lugar en sepa que dirección. Peter se liberó de su mano e inmediatamente corrió dónde Johnny, dejando así a Tony solo y completa incómodo. Aunque eso no duró demasiado, pues Nathaniel apareció del fondo del lugar, dónde Tony supuso estaría la cocina.

—Señor Stark.

Si no dejaban de llamarle así, Tony comenzaría a odiar su apellido.

—Solo Tony.

Nathaniel sonrió ladino. Estuvo a punto de agregar algo pero Steph apareció desde el pasillo luciendo un tanto agitada.

Los ojos de Stephanie fueron directo a Tony, y de manera inconsciente, sonrió.

—Tony, viniste.

—¡Hola, señora Rogers!

Tony se sintió cálido al ver a Stephanie agacharse a la altura de Peter para saludarlo. Tony no quiso indagar en la emoción que sentía en su pecho al ver a su pequeño tan radiante al estar cerca de Rogers.

Nathaniel no se perdió ni un solo segundo de aquella reacción del genio.

***

Stephanie los llevó al patio trasero, lugar de donde Tony supo, venían todas las voces. Por un preocupante segundo, tuvo el deseo de dar la vuelta y largarse del lugar, pero la enorme sonrisa de la rubia y sus brillantes ojos azules al mirarle, lo detuvieron.

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