Mi madre había dejado mi desayuno en la alacena, y mi padre algo de dinero junto a este; una nota lo acompañaba.
Regresaremos al atardecer, Mery, nuestra vieja amiga hará una pequeña fiesta por la graduación de su hijo. No demoraremos Johnny, hay pan de ajo en el horno, sé que te encantan (no te los acabes), con amor: Mamá y Papá. :*
Sonreí sin despegar los labios.
Doblé aquella nota y la guardé en mi bolsillo. Caminé al horno buscando los ricos manjares.
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Tenía la taza de café frente a mi, la tomaba en sorbos pequeños junto a un par de mordiscos de pan de ajo.¡Joder, que delicia!
Desbloqueé mi móvil y mi festín se vio interrumpido por un mensaje que aguardaba ser abierto.
Lo toqué y un simple "Hola" flotaba en aquella pantalla.
Deslicé hacia abajo
Parque Queens, en media hora.
Se me erizó la piel y mis pupilas casi llegan a convertirse en agujeros negros por lo dilatadas que estaban.
Me puse de pie y empecé a organizar mi mente.
En primer lugar:
¿Qué?
¿Laura me había invitado?
Mierda, ¡Laura me había invitado!
Vi la hora de envío de aquel par de mensajes:
8:02AM
Hora actual: 8:17AM
¡Mierda, Iba tarde!
Lancé mi trocito de pan antivampiros lejos de ahí, corrí hacia mi habitación mientras me quitaba la vergonzosa pijama afelpada que mamá había comprado.
Llegué a mis vaguetas y tomé mi ropa.
¿Camisa?
¿Camiseta?
¿Jeans?
¿Chinos?
¿Converse?
¿Tommy?
Diablos... ¡que mierda se supone que debería ponerme!
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8:25
El parque estaba vacío, el tenue sol que empezaba a salir, colorizaba de manera tan sutil aquel lugar.
Divisé una banqueta, así que empecé a acercarme a ella.
Mis ojos miraban a cada lugar a mi alrededor, buscando tu peculiar figura a la distancia.
Un Porsche rojo cereza se estacionó cerca; muy atractivo de hecho.
La puerta del conductor se abrió y si...
Eras tú.
Te acercaste a paso apresurado.
-Disculpa la tardanza, tráfico en la Boulevard, es una locura. Uff, pero bueno, aquí estoy. Linda camisa, muy temprano para algo tan formal no crees? -propuso mientras reía.
Estaba cagado de nervios.
-Hey, tranquilo, escucha, me ayudaste hace unos días, acabo de comprar este auto y te lo quise compensar.
-¿Me darás el auto? -pregunté confundido.
-¡No, John, por favor! -Volvió a reír.
Tarado.
-Iremos a un lugar, bastante.. peculiar, algo ñoño pero, créeme que te encantará.
¿Puedo saber a donde? Ya sabes, por mi seguridad.
-Por tu seg... ¿Acaso no confías en mi?
¡Por mí, arrastrame al mismísimo infierno!
-Está bien, iremos -asentí.
-Perfecto -sonrió.
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PLANETARIO J. HOPKINS
-¡Bualá!
-Debo admitir que es el lugar más raro al cual me han llevado- mencioné en son de broma.
-¿Raro?,¿Insinúas que yo soy rara?
-¿Un ochenta por ciento? -insinué.
-Grosero.
-Hey, es broma Laura -mencioné- nunca he estado en uno de estos.
-Mas vale que te guste o pagarás el tanque regreso a casa -amenazó en tono firme.
-Como digas.
¿Un planetario? ¿Laura Reeves me había invitado a un planetario a las ocho de la mañana de un sábado?.
¡Qué diablos estaba pasando!
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Los tóxicos gases que envuelven Júpiter dejarían sin vida a un hombre promedio en pocos segundos, varias tormentas...-¿Por qué lo hiciste? -preguntó Laura a mi concentrado yo, mientras aprendía que un ser humano moriría en "cero coma" dentro de aquel colosal.
-¿Qué cosa? -devolví la pregunta- ¿pensar como puedo eliminar a mis enemigos en las garras de Júpiter?, bueno, quien no quisie...
-No, no, concéntrate -Me contradijo mientras se le formaba una suave sonrisa en el rostro.
-¿Por qué accediste a venir con una desconocida en su auto a un lugar que está a una hora de la ciudad?
¡Carajo, nunca lo pensé y Laura tenía razón, había lanzado mi pan de ajo mandándolo a la mierda y en pocos minutos yacía nervioso en aquel parque!
Eso fue demasiado estúpido...
-Bueno, pues no eres una desconocida, no ahora, míranos Laura, estamos literalmente entre las estrellas. Y te puedo hasta bajar la Luna si quieres, bueno, pero para eso deberíamos correr evadiendo a los guardias y ver como carajos nos la llevamos en tu "Porsche todo cerezón".
Reíste de una manera tan pura.
-No se si sentirme alagada John Kennedy -mencionó mientras reía a pequeñas carcajadas y su mano derecha cubría su corazón.
-¿Kennedy? -pregunté confundido.
-Si, ese es tu apellido, cierto?
¿Tuvo el maldito tiempo de memorizarse mi apellido?
-Si, pero cuando lo dices pienso en la incómoda escena de una bala entrando en mi cabeza -aseguré mientras caminábamos por el pasillo.
-Tú estas peor, de hecho tengo miedo de preguntar si Keanu Reeves es tu padre -pregunté rogando a Dios que no lo fuese ya que si pudo matar demonios y pelear con calamares metálicos; Yo, bueno, soy hombre muerto.
-¡Cállate! Ese hombre es un bombón- defendió la pelinegra. Y si fuese mi padre mi vida sería mucho más divertida -aseguró mientras sonreía.
Dios, ¿qué diablos se suponía que estabas haciendo Jonh? ¿Laura Reeves recorriendo el pasillo de la sección de constelaciones en un planetario a medio día... contigo?
¿Liberando dopamina con cada risa?
¿Asesinando miles de millones de futuros posibles? y reduciéndolos a:
¿Tratar de robar la luna...
Con un maldito Porsche?~~
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Laura
RomanceJohn Kennedy jamás debió devolver el mensaje a Laura Reeves, una pelinegra con complejo de aventurera y una extraña obsesión al sushi. Ambos planean "robar" la luna en un Porsche rojo. Aunque claro, un atraco como esos no es algo sencillo, no tan se...