Laura

-¿Sushi?-

—¿Te vas a comer tu último rollito? —preguntó Laura mientras daba varios tragos al zumo de limón con hielo que había pedido.

—Obvio sí, además ya te comiste siete. Una chica como tu debería no comer tanto sushi en una nocher —reprendí.

—Como digas "papá", además, amo los divinos rollitos de pescado muerto más que tú.

Reí por lo bajo y le obsequié el tan anhelado rollito a Laura.

Lo devoró en un solo bocado.

—¡Dios, esto es mejor que el sexo! —expresó mientras ponía sus ojos en blanco y pasaba sus manos por su rostro.

—No debes estar hablando enserio —dije con una sonrisa coqueta pegada en el rostro.

—¿Acaso estas en desacuerdo conmigo? —preguntó mientras retiraba pequeñas manchitas de salsa de soya de sus labios con una servilleta; cruzó los brazos y me miró con curiosidad.

—¿Eres virgen, no es así? —atacó.

Un par de chicas que estaban en la mesa de alado alzaron sus miradas y las dirigieron hacia mi.

¡Por un demonio Laura!

—¿Y si mejor lo gritas? —mascullé algo avergonzado.

—Tranquilo, yo igual lo soy.

—¿Qué?

—Que yo también soy virg...

—Si, si ya te oí, de hecho todos lo hicieron —susurré molesto.

—¿Acaso te da vergüenza hablar al respecto? —preguntó curiosa mientras buscaba al camarero para pedir otra porción de Futomakis.

Esta mujer devoraría el lugar entero si se lo propusiese.

—No, pero créeme que una "sushería" no es un buen lugar para compartir aquellas vivencias —mencioné.

—Está bien, entonces iremos a otro lugar.

Laura se levantó de la silla, y se acercó a la caja para pedir los rollitos empaquetados.

Dejó cuarenta dólares sobre la caja, tomó mi mano y la caja de sushi.

—¿A donde vamos? —pregunté mientras salíamos del lugar rumbo a su Porsche cereza.

—Cariño, tenemos una Luna que robar.

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