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Jimin no se encontraba de tan buen humor aquel día, habían terminado sus clases y se sentía pésimo, había tenido una discusión con un idiota que prácticamente le estaba diciendo que le estaba quitando a su novia, Jimin no comprendía porque tanto drama si ni siquiera sabía cual era la novia de aquel tipo.

Miro hacía el frente, prácticamente con solo su mirada hacía que los demás dejarán de verlo, pues no quería llamar la atención, no ese día, paso sus cabellos hacía atrás, solo esperaba que Yoongi haya tenido un mejor día que él.

Cuando salio de su facultad, de inmediato acelero el paso para poder ingresar a la facultad de gastronomía, sabía que Yoongi estaría allí, seguramente estaría cocinando algo delicioso, sonrió solo un poco al pensar aquello.

¿Acaso Yoongi dejaría que provocara la comida? Posiblemente lo mande al diablo, pero valía la pena intentarlo.

Para Yoongi, tampoco era un grandioso día, con el ceño fruncido estaba guardando las galletas de avena que se le habían quemado en el maldito horno.

Lo malo y bueno de estudiar gastronomía, era que podía llevarse lo que cocinaba, pero aquí lo malo era que si te salía algo mal tendrías que llevártelo, su maestro decía que se llevarán sus desgracias de la cocina de la escuela, y claro ahora Yoongi llevaba la suya en el toper sus galletas.

Al menos las había sacado antes de que se carbonizarán.

Salio de los laboratorios de cocina, y allí vio que Jimin lo estaba esperando, respiro tranquilo, no quería enojarse más de lo que ya estaba enojado.

- ¿Qué haces aquí? -pregunto Yoongi.

Jimin dejo de recargarse en la pared para acercarse a Yoongi y quedar frente a él.

- Creo que es muy obvio que vine a verte, chérie.

La vista de Jimin fue a dar al toper que Yoongi tenía en sus manos y de inmediato se lo arrebato, quería ver lo que había hecho.

- ¡No me arrebates las cosas! -Yoongi se sentía furioso.

Jimin abrió el toper y se encontró con aquellas galletas, se veían algo quemadas, al parecer su querido Yoongi también no había tenido un buen día, pero de todas formas agarro una de las galletas y comenzó a masticarla.

Yoongi se alarmo de inmediato, ¿cómo era posible que ese chico decidiera probar esas horrendas galletas que había hecho?

- ¡No hagas eso! -le arrebato el toper.

- ¿Por qué no? -pregunto Jimin aún masticando la galleta, no sabían mal, estaban bien, es más quería otra.

- Están quemadas, feas, espantosas, no deberías comerlas, irán de inmediato a la basura.

- No, chérie -Jimin acerco a Yoongi hacía él y lo miro a los ojos-, son todas mías -le quito el topar de sus manos y agarro otra-, están deliciosas, ¿por qué piensas que son un asco?

- Ya te lo dije, están quemadas, eso no es digno de comer.

Jimin le sonrió.

Yoongi no esperaba las acciones de Jimin, se acerco a él y deposito un beso en su frente, a lo que Yoongi dejo de fruncir el ceño y miro como Jimin se alejaba de él.

- Las hiciste tú, y me gustan, entonces son dignas de comer.

Yoongi había sentido como su corazón comenzaba a latir y sus mejillas a calentarse, en verdad que ese chico lograba que al menos se sintiera a gusto con algo que hizo mal.

BLEU  ||JimSu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora