30.¿Vendrás?

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Nunca se sintió tan avergonzada, culpable y sobretodo mal por otra persona en su vida.

—Te lo preguntaré una vez más Nayeon, ¿te acostaste con ella?

Un sollozo salió de Nayeon, no podía levantar la mirada de la vergüenza.

—¡Habla, joder!

—Jinyoung solo pasó...yo en realidad...

El chico tomó por el brazo a Nayeon apretándolo con fuerza.

—Te dí todo...¿Y así me lo pagas? ¿Engañándome con esa...—se mordió la lengua para no continuar hablando.

Algo adolorida por la fuerza que ejercía en su brazo se comenzaba a arrepentir de haber aceptado hablar con él.

—Me haces daño...—lloriqueó.

—¡Tú también me has hecho daño! ¡Me has engañado! —gritó algo más furioso.

Jinyoung vio el dolor en los ojos de Im, sabía que estaría matándola la conciencia y aún así lleno de resentimiento la beso posesivamente. La beso con rabia y de forma vulgar, sintiendo como su "novia" lloraba tratando de alejarse limpiando sus lágrimas.

Asqueado, le levantó la mano con la intención de abofetear su mejilla.

—¿Qué mierda crees que haces? —Mina detuvo su mano, totalmente enojada.

—¿Mina? —La universitaria observó a la menor sorprendida.

—Justo a tiempo, ¿que se siente follarse a mi ex novia? —preguntó soltándose para mirar a la japonesa con una sonrisa burlona.

Completamente descontrolada lo empujó con todas sus fuerzas, Jinyoung a duras penas pudo controlar su equilibrio para no caer al suelo.

—¿Qué? ¿No me lo vas a decir? —rió el muchacho de forma sarcástica.

—Hijo de puta —apretó con fuerzas su puño para golpearlo directamente y darle su merecido.

Sin embargo Nayeon se abrazó a ella, deteniéndola.

—Por favor no...—habló la mayor.

—¡Ni se te ocurra tocarla de nuevo! —avisó Mina calmándose al sentir a la coreana abrazándose a su cuerpo.

—Así que Nayeon sí que es tu debilidad...—susurro para sí mismo al ver la escena.

En silencio Nayeon y Mina caminaron sin perder de vista a Jinyoung hacia la entrada de su edificio, lo extraño fue verlo sonreír como si se hubiera ganado algún premio.

En el ascensor Im no quería ver a los ojos a la menor, se sentía confusa y culpable. Así pues, en cuanto entraron por la puerta fue directa a su habitación.

—¿Ibas a dejar que te pegara? —le preguntó deteniéndola la nipona.

—Me lo merecía...

—¡No lo hacías! ¡Nayeon, no tenía ningún derecho de ponerte la mano encima! —gritó desesperada.

—Mina...necesito estar sola, ¿por favor? —cerró la puerta suavemente, aguantándose las ganas de llorar.

FOCUS ON ME; MINAYEON[G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora