Capitulo 22

334 56 15
                                    

Lo miraba fijamente, Su mirada era coqueta indicándome que algo iba a pasar.

—¿Por que me miras así?.-Dije poniéndome nerviosa.

—Me gusta mirarte.-Se encogió de hombros.—Eres linda.

Una sonrisa se formó en mi boca, Jesús era el chico más tierno que había conocido.m

—¿A donde quieres ir?.-Dijo recargándose en su auto.

—No se.-Mire mi mano, la tenía hecha puño tratando de esconder el regalo que quería darle.

—¿Quieres ir por un helado?.

Suspiré, ya eran varias veces que me invitaba a comer y por más que quería que no gastara en mi.. el terminaba haciéndolo.

—No quiero que gastes.-Murmure.—Para pasarla bien no necesitas ir a lugares caros.

Asintió con la cabeza.

—¿Entonces quieres ir a caminar?.-Asentí con una sonrisa.

Donde vivía era un fraccionamiento, Había varias calles que te llevaban a diferentes lugares; Esperé a que estacionara bien su auto y una vez que bajo Sonreí, Me estaba gustando mucho.

—Me toca a mi llevarte a un lugar que me gusta.-Sonreí al ver su cara confundida.

—¿Debo asustarme?.-Dijo mirando qué subíamos unas escaleras.

El lugar estaba a oscuras, Tomó mi mano y lancé una risita, de esas que se lanzan cuando estás enamorada.

—Este lugar es mi favorito.-Admití.—Vengo aquí cuando me siento afligida.

—Es bello.-Inspeccionó el lugar, tomamos asiento en una banca y guardamos silencio varios minutos.—¿Como has estado?.

Sonreí, trataba de buscar tema de conversación, amaba que hiciera eso.

—Estoy bien.-Sonreí.—¿Y tu?.

Me miró por varios minutos, ¿Han visto como el príncipe Erick mira a Ariel?; Bueno es así como me esta mirando en estos momentos.

—Perfectamente.-Ladeó una sonrisa.

Mi corazón explotó, si lo que quería era que me enamorara de él lo hizo, hizo que olvidara a Shawn.

Estuvimos varias horas hablando, el tiempo pasaba rápido estando junto a él; La pulsera que ahora se encontraban a en la bolsa de mi pantalón me hizo ponerme de pie.

—Quiero darte algo.-Extendí mi mano esperando a que él hiciera lo mismo.

Con una expresión de duda me dio su mano y justo en la mano deposité la pulsera.

—Es por tu graduación.-Mire al piso.—Como el día de tu gran logro me invitaste a salir y yo no pude darte nada.-Me encogí de hombros.—Pensé que darte algo pequeño pero valioso.

El hizo una cara de asombro, según lo que decía mi abuela era una pulsera del mal de ojo; para quitar todo tipo de envidia en su vida, extendió sus brazos indicándome que me acercara para que me diera un abrazo.

𝑪𝒉𝒊𝒐   ||Terminada|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora