La mejor peor manera de conocerse

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Hyukjae no sabía que hacer.
Si lo llevaba al hospital harían demasiadas preguntas y su madrastra lo mataría, así que hizo lo más sensato que se le ocurrió.
Lo llevo cargando hasta su casa, no estaba cerca pero tampoco era imposible llegar cargando a alguien, además, Donghae no pesaba mucho y era bastante bajo para tener once.
Cuando llego a su casa agradeció que no estaba su madrastra y lo llevo a su cuarto, limpio sus heridas y espero a que despertara.
Dejo que Donghae durmiera en su cama mientras el lo admiraba desde una silla al lado, por un momento le pareció ver una pequeña sonrisa en el rostro de Donghae. Era hermosa. Eran compañeros desde que el curso había iniciado unos tres meses atrás y nunca había escuchado su voz y mucho menos había visto esa hermosa sonrisa.
Donghae despertó. Eran aproximadamente las seis de la tarde.
-¿Dónde estoy?- Donghae parecía asustado.
-En mi casa- le respondió Hyukjae con calma mostrándole una gran sonrisa que borro al instante para continuar explicando la situación- te desmayaste y no sabía que hacer
-Me desma... oh no, dime que no es muy tarde por favor
-Son un poco pasadas las seis
Donghae comenzó a llorar.
-¿Por qué lloras? Por favor no lo hagas- él estaba comenzando a llorar también
-Voy a- no podía terminar la frase, su llanto se lo impedía.
Donghae estaba poniéndose muy pálido, no respiraba con normalidad, su pecho subía y bajaba demasiado rápido y parecía que no tomaba nada de aire. Hyukjae lo abrazo lo más fuerte que pudo. Quería hacer que dejara de llorar. Lo bueno es que lo consiguió, lo abrazo por mucho tiempo y pudo sentir las pequeñas uñas de Donghae enterrarse en uno de sus bracitos. Lo ignoró. Ese dolor no era nada comparado a lo que había sufrido.
-Tengo que irme a casa- le dijo Donghae luego de mucho tiempo, aunque lo dijo tan suave que Hyukjae no lo habría escuchado de no ser porque una de sus orejas estaba cerca de la boca de Donghae.
-Te acompaño. ¿Dónde vives?
-No. Ire solo, ya hiciste mucho por mi curándome las heridas, es la primera vez que alguien lo hace- dijo sonriéndole, sus mejillas con rastro de lágrimas secas no le quito la belleza a esa sonrisa, al contrario, aunque no la vi, por la manera en la que Hyukjae la describía era una sonrisa llena de inocencia, sufrimiento y ternura, quizá un poco de amor también.
-Quiero acompañarte. Tu me defendiste de esos chicos aunque no debías.
-No puedes. No es bueno para ti. Te lastimara.
-¿Quién?- dijo inclinando hacía un lado su cabeza como un perro que no entiende algo.
Donghae no contesto. Solo se separo de él y se paro, sus piernas estaban débiles pero no se cayó. Le pidió a Hyukjae que le mostrara la salida y se fue.
Donghae no fue a la escuela los siguientes dos días. Cuando llegó cojeaba un poco-mucho- tenía moretones en sus brazos que se miraban por debajo de su camisa y tenía un golpe en su mejilla izquierda.
Nadie lo notó, y si lo hizo, lo ignoro. Solo Hyukjae fue a su lado, le dio su brazo para que se apoyara al caminar.
Quizá no fue la mejor manera de conocerse pero creo que no pudieron conocerse de una mejor manera.
Ahora bien, ¿por qué falto Donghae dos días? Podría relatarlo en este momento pero es mejor que se queden con el dulce sabor de boca por el momento.

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