Algo imposible de celebrar

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Ya tenía dos edificios pero podría decirse que esos eran regalos, por esa razón decidí comprar otro, no en la misma cuidad, lo compre en la de al lado.

Era un edificio en malas condiciones que no se ocupaba desde hace unos pocos años, luego de hacerle unas remodelaciones obligadas y saber que era seguro mande a instalar las cámaras de seguridad.

Todo eso habrá llevado casi un año, por ese tiempo Donghae y Hyukjae estaban en el peor de sus líos.

Déjame retroceder unos meses, regresemos a esa fiesta de cumpleaños.

-Henry, ven a casa, pediremos pizza- me dijo Donghae rodeándome los hombros con uno de sus brazos- anda qué dices.
-Esta bien, solo porque no tengo nada que hacer- traducción: iré porque extraño pasar tiempo con ustedes.
-Bien.- saltitos y aplausos, era mi salvador pero parecía mi hermano menor.

Pasamos un buen tiempo, me contaron algunos de sus robos.

Robar el banco no fue nada fácil, tuvimos que vigilar por un mes entero el horario de los guardias para encontrar un momento donde nadie vigilara la entrada. Yo entre primero, dije que quería cancelar mi tarjeta, aunque ni siquiera tenemos cuenta bancaria, y me dejaron entrar sin problema. Cuando el guardia se fue me acerque disimuladamente a la puerta, quite el pasador para Hyukjae entrara sin problema. Me volví a sentar en la silla. Conte los segundos. Uno. Dos. Tres. Hyukjae no aparecía. Cuatro. Cinco. Seis. ¿Dónde demonios se había metido?. Siete. Ocho. La puerta se abrió. Entre todo el escándalo que se formó corrí a la puerta, salí y me metí a un callejón que estaba cerca, habíamos dejado una bolsa ahí, contenía una camisa, una mascara y armas, esas no las utilizaríamos mas que para asustar. Me puse la camisa y la mascara rápidamente, tome la bolsa y entre al banco nuevamente. Me puse a su lado y le di otra arma. Dos en cada mano. Hyukjae cambio su voz. - Escúchenme bien, solo lo repetiré una vez. Quiero que me den todo el dinero que tienen aquí de lo contrario- me dio una de las armas, metió su mano en uno de sus bolsillos y saco un control- puedo hacer explotar este lugar con solo presionar un botón.- Un niño comenzó a llorar, unas mujeres también, los hombres temblaban. Dos hombres de seguridad aparecieron, de esos me encargaba yo. Me puse frente a ellos, les sonreí aunque no se si ellos vieron eso. Les di una patada, era experto en eso. Quedaron en el suelo, les quite las armas y las guarde en la bolsa. Esos hombres no pudieron levantarse. Al final conseguimos todo el dinero, eso apareció en las noticias. Los idiotas no se dieron cuenta hasta después que no había bomba.

Me contó Donghae mientras comíamos pizza, Hyukjae estaba sentado entre sus piernas, estaba jugando en sus teléfono, si su novio no lo alimentaba se moría de hambre.

Yo no tenía nada interesante que contar, solo reí y comente sus historias. Y moleste a Hyukjae, las buenas costumbres no deben perderse.

Tuve que haberles dicho lo mucho que los quería y apreciaba en ese momento, pero nunca pensé que la próxima vez que nos viéramos no habría paz, todo lo contrario: el caos nos gobernaba.

Una semana después compre el edificio, solo se lo comenté a Hyukjae por teléfono como un dato sin importancia, la verdadera razón de la llamaba fue porque el quería viajar al extranjero para casarse con Donghae.

-¿En serio le vas a pedir que se casen?
-Llevamos juntos más de diez años ¿por qué no voy a querer casarme con él?
-Porque llevan diez años juntos, no tiene caso.
-Tu no lo entiendes, aún no te has enamorado.

Tenía razón, no me había enamorado, me hubiera gustado presentarles a mi novia, estoy seguro que nunca se lo hubieran imaginado.  Hablamos sobre cómo le pediría matrimonio, sobre el anillo, sobre si era buena idea o no pedirle a Heechul que me ayudara a organizar la boda.

Lástima que esa boda nunca se celebro. Donghae rompió su regla en su último robo.

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