Siento cosquillas sobre mi cuello y escucho unos pequeños susurros.
-Venus, Venus, despierta.-siento como me acarician el pelo lo que hace que solo me acurruque más.
-Shh, déjame dormir.-pongo mi mano sobre el rostro de Tom.
-Vamos floja, si no lo haces no abra ese delicioso volcán de chocolate que te encanta.-dice y enseguida me levanto de un brinco chocando mi cabeza con la superficie de nuestro asiento, Tom estalla en carcajadas.
-¡Joder!.-digo sobándome la cabeza.
-Eres una boba.-dice aún riéndose y sobándome en la cabeza.
-Más te vale que mi volcán este listo cuando lleguemos.-lo fulmino con la mirada.
-Si loca, solo te despertaba porque no hemos comido y ya es algo tarde, todavía nos faltan 6 horas de vuelo.
-¿Tanto?, eso es mucho tiempo.-digo con un puchero.
Ordenamos nuestros alimentos con las azafatas y no tardan tanto en traernos la comida, la verdad es que siempre me decían que las comidas en aviones es nefasta y ahora que yo estoy probando mi primer alimento aquí es que no es tan buena, pero tampoco tan mala, además necesitaba comer bien, todavía teníamos suficiente camino que recorrer.
[.]
Lo que restaba del viaje Tom y yo veíamos películas y dormíamos otra vez y platicábamos de cualquier estupidez, lo bueno es que justo en este segundo el avión ya iba a aterrizar, gracias a Dios. Nos abrochamos nuestros cinturones, veía por la ventana como se veían Los Angeles a esta hora, había un sol tan brillante, todo lo contrario a Londres.
-¿Emocionada?.
-Sí, se ve muy lindo.
Nos dieron la indicación de que ya podíamos desabrocharnos y empezar a bajar ordenadamente.
-¡Por fin!, necesito estirar estas piernas.-digo levantándome lo más rápido de mi asiento.
-Después de ti bonita.-dice Tom asiéndome pasar enfrente de el.
Bajamos del avión y siento la brisa del verano tocar mi rostro.
Caminamos por nuestras maletas y tomamos un taxi hacia el departamento de Tom.
-Si quieres, podemos llegar, tomarnos una ducha para salir a cenar, ya sabes, te debo tu volcán.
-Me encantaría y por supuesto que me debes de dar ese volcán.
Llegamos al apartamento de Tom, baja las maletas del taxi y entramos.
-Bienvenida a mi apartamento señorita Laurie.- dice Tom haciendo una voz chistosa con una reverencia
-Muchas gracias señor Holland, agradezco mucho que me haya invitado a su humilde hogar.-le digo siguiéndole el juego.
-Bueno, por usted bella dama haría lo que fuera por verla feliz.-me ve a los ojos y siento una gran necesidad de besarlo, así que me lanzo sobre él dándole un beso de aquellos que te roban el aire de tus pulmones en segundos.
-En verdad te quiero Tom.
-Y yo a ti, ahora ven te enseñaré la habitación.
Subimos con las maletas llegando hasta la que parece ser la habitación con Tom.
-No se si quieres dormir conmigo o en la habitación de huéspedes, cual sea tu decisión la aceptare.-Dios, que tentador.
-¿Lo dejamos a la suerte?.- le digo sacando una moneda
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Ahora que ya me amas- Tom Holland
FanficUn aire frío, unos hermosos ojos cafés y una encantadora sonrisa que mata a cualquiera, ¿por qué ahora me doy cuenta que lo quiero cuando ya es tarde?.