Capítulo 37

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Una singular voz retumbaba por mi cabeza, haciendo una mezcla entre ella y mi sueño, poco a poco veía como la persona con la que soñaba se esfuamaba, haciéndome despertar de aquel paraíso de lo que pude haber tenido.
Sam esta viéndome, con esos ojos cafés tan parecidos a los de Tom, mierda, ¿cómo es que pude traerlo conmigo cuando son tan parecidos?.

-es hora de bajar, ya llegamos Venus.-se para del asiento y me toma de la mano para pode bajar con el, buscamos nuestras maletas y hace una llamada hacia un taxi para poder recogernos.

Me siento en mi maleta esperando por ello, mientras pienso en otra vez ese maldito sueño, carajo, ¿cómo es que un hombre puede ser tan estúpido?, ¿por qué el?.
Supongo que es inevitable que todo lo bueno llegue a su fin, y es tan chistoso que piense en la idea de que después de eso seríamos amigos.

-Hey, Venus, ya llegó el taxi.-

Camino hacia Sam y el me abre la puerta gustosamente, agradezco y en todo el camino vamos en silencio y la verdad es que no tengo ni la mas mínima intención de hablar y menos con un Holland y no es que piense que el sea como Tom, porque claramente Sam no es como Tom, pero el simple hecho de que el tenga algo que ver con el me hace recordarlo y no quiero, quiero olvidar lo más rápido que pueda a Tom, así como el lo hizo conmigo, de un día para otro parecía que ya no me quería, que era solo una basura.

Llegamos a casa y no se ni que mierda le diré a mamá.

-Vamos Venus, necesito ir al baño.-dice Sam haciendo un baile chistoso a lo cual yo rio.

-Si, es solo que, mi mamá no sabe y no se como decirle todo esto.- Sam me abraza y siento ganas de llorar pero no puedo, no puedo dejar que mi mamá vea lo cuán rota estoy por dentro.

-Tu puedes, estoy aquí, siempre estaré aquí, nunca te dejaré sola.- le sonrió levemente y camino hacia mí casa, busco mis llaves en mi bolsillo de mi chamarra, una vez que entramos huele al delicioso chocolate que ella hace cuando estoy triste, ¿será que mi mamá ya sabrá que termine con el?.

-¡Hola, estoy en casa!.-grito tratando de hacer que mi mamá me escuche.

-¡Venus, mi amor, no te esperaba hasta unos días más!.-sale mi mamá de la cocina, me abraza y ve algo confundida a Sam pero aún así lo abraza.

-Pues bueno, decidí mejor llegar ahora.-digo, dándole la más puta sonrisa fingida de mi vida.

-Ay, pero no importa, porque ahora gracias a Tom podrás ir a ver tu Universidad, esa de la que tanto deseabas ir, ahora y que te den de esos cursos que yo siento que no sirven pero se que a ti te gustaría estar prevenida.- me detengo y le doy una vista rápida a Sam, para que me explicara de que mierda hablaba mi mamá sobre la universidad, Sam se encoge de hombros y sus labios se mueven para decir la palabra "no tengo ni la más puta idea" solo que sin la palabra "puta", ¿es que acaso hoy no puedo para de decir tantas groserías?.

Miro rápidamente a Sam de nuevo para que me deje a solas con mi mamá, es obvio que ella no sabe lo que ha pasado, de seguro Tom le dijo esto semanas antes de todo este lío.

-¿A que te refieres con que Tom me consiguió un lugar en la universidad?.

-Si, ayer hable con Tom y el me dijo que hoy llegaría este sobre, el cual dice que haz sido aceptada en la universidad de Londres.- saca mi mamá un chillido y me abraza.

-¿Puedo ver el sobre?.- mi mamá asiente y corre a la mesita de la sala para agarrarlo y traérmelo.

-En serio que Thomas es todo un sol cariño, vale millones.- desearía que mi mamá borrará esa sonrisa de tanta felicidad por tener a un Thomas Holland en su vida, lo que no sabe es que es un idiota.

Al abrir el sobre me encuentro con una presentación de la Universidad y bla bla bla, al final dice que es un honor que yo forme parte del equipo que ellos armaron, gracias por escoger la universidad y bla bla bla, más mierda de mentiras.
Era el colmo, ¿es que acaso Tom creía que con esto me iba a recuperar?, ¿o que con esto quedaríamos en son de paz?, es un idiota y el más grande del mundo y de algo está a segura, que no quería este estúpido regalo de él, no quiero nada de lo que tenga que ver con el.

-No lo quiero.-le digo a mi mamá botando el sobre en la basura de la cocina.

-¿Qué?, no digas estupideces Laurie, no sabes cuanto le ha de haber costado a Tom.

-No me importa ni un carajo lo que pudo hacer hecho por conseguir ese estúpido lugar.

-Venus, ¿pero qué demonios te pasa?.-dice mi mamá enojada.

-Vale, vale, vale, es que tu no sabes lo que Tom hizo y creeme que ese tonto lugar no lo vale, ni un poco.- me siento en el sillón de la sala y ella se sienta alado mío, tan solo su presencia se me hace reconfortante, quiero estar en su hombro y llorar todo lo que mi cuerpo me permita.

-¿Qué ha pasado?.-me mira con ojos de sinceridad, de hacerme saber que ella está aquí para mí.

-No lo sé, me pregunto lo mismo, ¿cómo pasó, cuando pasó y por qué?, el simplemente sintió que yo no era suficiente para el.- mi voz se quiebra al final, no puedo hablar, me duele el corazón por saber que el hombre que más deseaba en el mundo sea el mismo que ahora mismo odie.

-Dios, Venus, de seguro todo fue un mal entendido.

-¿Qué?, sin ofender, pero mamá, tu no estabas ahí, tu no podías sentir lo que sus ojos decían, no podías sentir la cuán ironía salía de su voz, no puedes sentir como me siento ahora.- me paro y camino hacia las escaleras.

-Hija, tal vez yo pueda ser la única que lo entienda.-mi mamá me ve y sus ojos muestran un brillo lindo, de sinceridad y apoyo en ellos, sonrió y subo a mi cuarto.

Veo a Sam merodear por el, sus ojos capturan cada espacio de él, casa esquina decorada y cada mueble en el.
Al percatarse de mi presencia, el voltea nervioso.

-Lo siento, yo solo estaba tratando de quitar de mi mente tu plática con tu mamá.

-Esta bien, creo que ahora lo único que quiero es dormir, me siento cansada.-le digo indirectamente para que me dejara sola, disfruto si compañía, pero en verdad quiero estar sola para poder pensar claro.

-Oh claro, pero creo que deberías de comer algo primero.

-Claro, lo haré en un ratito.- Sam me sonrie y se da la vuelta para salir de mi habitación.- Sam, solo quería decirte que en verdad agradezco que me hayas querido acompañar, no tiene precio, y te lo debo.

-Tranquila Venus, lo hago porque te amo.-dice eso y me sonrie, cierra la puerta de mi habitación y lo escucho bajar las escaleras.

Me recuesto en mi cama y prendo la televisión, no le pongo atención pero no quiero que solo en la habitación se escuche mi voz tratando de dejar que pase todo esta bomba de emociones y desilusiones de mi cara.

No se que hacer, si deba de llamarlo o buscarlo o incluso rogarle, y mis amigos, Ivy, ¿por qué no me lo diría?, creí que éramos mejores amigas.
Quiero llorar, quiero gritar, quiero desaparecer y quiero poder sentirme bien conmigo misma de nuevo, no estar así, pero es que, ¿qué se supone que deba de hacer?, si Tom se rindió y yo no tengo nada más que decirle.

Ahora que ya me amas- Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora