YO, DIVAGANDO

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Este apartado tenía más o menos doce relatos al empezar y voy en seis ahora que lo he terminado, raro, pero bueno, qué se le va a hacer. No sé si soy solo yo, probablemente no, una persona disconforme porque cada vez que vuelvo a leer lo que alguna vez escribí lo noto bastante cursi y defectuoso, bastante incoherente para mí misma, vale, no sé que estaba pensando cuando escribí tal cosa, no sé porque me metí ahí siendo que normalmente no lo haría, perdóname por esos dos asquerosos adverbios; no estoy en plan para intentar ser perfecta ahora mismo, aunque ya me gustaría, entonces, un día me bebí una Monster y me dio un taquicardia de puta madre, vi estrellas, puntos negros y toda esa mierda, el calorcillo infernal, por todo la cara, por todo el cuello, POR TODOS LADOS. Me lo tomé a los pocos minutos de subir a un bus,  casi me muero, el traqueteo del bus nunca me pareció más horrorozo y eso que odio viajar, no repetiría la experiencia, y, a pesar de que mi mami me diga que hay cabros que se mueren por esa lesera, si pudiera ir al inframundo solo tomando Monster ya lo habría hecho conque, bueno, harto para discutir ahí. 

Vale, me perdí. Vuelvo a leer. Dale, entonces, al principio esto era algo más como tirado hacia el realismo mágico, de ahí a la etiqueta, estaba leyendo a Márquez y varios otros exponentes de esta corriente literaria, y me picaban los dedos y mi mente se fue de buena gana por esos oscuros lugares, ¿y por qué no? soy latinoamericana y mi abuela me contó que una vez su madre vio al hombre de negro, entonces por qué no escribir sobre ese hombre que aparentemente han visto hartas personas de mi familia, hasta yo misma en sueños,  por qué no hablar de él si parece algo parte de mi idiosincracia chilena, no sé si tanto latinoamericana desde que hay bastantes variaciones de La Muerte, ¿un hombre?, ¿una cabra? Lo puse menos temible, pero ahí esta. La visita, es el relato por si acaso. No sé si quedó lo bastante inclinado hacia el realismo mágico, pero ahí esta, y aquí estoy yo intentando pensar por qué comencé a escribir este apartado, pero, cuando ha caído la noche y estoy en la sala de mi casa a oscuras ya me da bastante igual todo, aunque también tengo la esperanza de que nadie lo lea, cualquiera de las dos, suelo oscilar por si no te has dado cuenta. Soy un tanto distraída, a veces hasta dejo a los fantasmas en suspenso, se irritan, pero me da igual, por lo menos de momento.

 Vale, entonces, también escribí Catarsis por mi fobia hacia los psicólogos. Tengo dos opciones en cuanto a esto; ¿o todos los que me han tratado son unos putos ineptos? o..., mierda, se me olvidó lo otro, deben haber unos buenos por ahí, no voy a negarlo y desde que vivo en una pequeña pequeña pequeña ciudad no voy a descartarlo, opciones de trabajo y todo eso, ya sabes, pero no puedo quitar de la cabeza que su trabajo está para escucharnos vomitar nuestras tripas y luego recetarnos antidepresivos, mi caso y el de mi abuela, por cierto, entonces escribí Catarsis y sí, estaba bastante resentida. Solo se puede ver por el título cursi y trillado, suelo ser un poco mejor. 

¿Qué es la amistad? Mi respuesta: ni puta idea. Estaba intentando buscar la respuesta en Junt4 d3 4m1g05, pero no la encontré, creo que es raro, lo he visto, en todo caso, una relación de dos, no sé de más, siempre va a tener a alguien más comprometido que suele ser ese alguien más vulnerable, suelo ser la parte más indiferente en ese tipo de relaciones, me hace sentir mal, a veces, no creo que deba ser una persona que lleve el control desde que no soy alguien que se preocupe realmente por los demás, la indiferencia me pesa aunque no mucho, no suelo fijarme en ella si no me lo señalan. La amistad es algo como eso, pero todavía incomprensible para mí, no he podido ir más allá de esos niveles, ver, en todo caso. 

La tienda de los deseos es el primer relato que escribí para este compilado, creo que lo encontré entretenido, ni siquiera sé para dónde iba y sé que se puede ver, estaba divagando, disfrutando del paseo y listo, sin tener una presión por un final,  no sabía si iba a funcionar, según yo, está bien, no puedo perder todas la veces. En No hay más dolor, estaba delirando, probablemente lo borre. ¿Se me queda algo? Ah, sí, mi regalón, no está lo tan bien escrito que me gustaría, ya tendrá su momento, cuando empiece a darme vergüenza ajena, pero, creo que dentro de lo que cabe,  esta bien, no diría "bastante", pero sí "bien". Hablo de Ampollas en los pies. Me gusta, no sé por qué,  me llena de cierta forma. Eso sería, supongo, quizá ni siquiera este apartado mantenga, porque lo escribo de noche, repito, y en el día suelo recuperar mi decoro. 

Adiós, entonces.


Un elefante se balanceabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora