✨ESPECIAL 2K✨

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Quería hacer éste especial en agradecimiento por las dos mil leídas. Dos mil gracias!

×××

—Qué sí —afirmó por decimoquinta vez el tutor de la clase  primero a.

—Y, ¿puedes decirle que la hecho muchísimo de menos también?

Aizawa se masajeó el puente de su nariz.

— ¿Me recuerdas por qué no se lo estás diciendo tú ahora? —preguntó el héroe a su mejor amigo.

— ¡Porque ella no me coge el teléfono! —exclamó Sammuel indignado, parecía una adolescente hablando de chicos— ¡dile también que está castigada!

— ¿Castigada? ¿Sin qué?

—Sin poder ver a ese novio suyo —dijo con rencor— ¡ese maldito crío está alejando a mi hija de mí!

—No digas tonterías, Sam —suplicó Aizawa.

—Ya pensaré en otro castigo —aceptó Sam— pero dile eso.

—Vale —aceptó.

—Y dile que no tiene porqué sentirse mal ni celosa, si no le gusta la idea puedo cancelarlo...

—Sam, relájate —ordenó Aizawa— ahora iré a su cuarto y se lo diré.

—Dile que el idiota de su novio y su agradable familia están invitados también.

—Creía que te caía bien...

—Oh y me cae muy bien pero mi hija no contesta a mis llamadas por su culpa.

—Ya tienen dieciséis años.

— ¡Cómo si tiene cuarenta!

—Adiós, Sam —se despidió antes de que el hombre le interrumpiera de nuevo.

—Shota, dile que... —quiso seguir pero el profesor ya había colgado.

—Agotador —aseguró en un murmuro.

Se levantó de su escritorio y con toda la pereza del mundo —y arrastrando los pies— subió al piso cuarto y llamó a la puerta que creía que era de Marggaret.

No obtuvo respuesta —cosa que le extrañó— por lo que volvió a llamar, nada.

Pegó el oído a la puerta pudiendo distinguir música a una altura razonable y un ruido que no supo distinguir.

Abrió los ojos esperándose lo peor y se imaginó la horrible reacción de Sammuel cuando se enterase.

Cogió aire y cogió el pomo, esperó a soltar el aire para abrir la puerta abruptamente.

— ¡Su puta madre! —exclamó el rubio ceniza cayendo al suelo debido al empujón de la chica quien, ahora, se tapaba con su edredón con una sonrisa inocente.

— ¡Tío Shota! —exclamó con la respiración agitada— ¡qué agradable sorpresa! ¿cómo tú por aquí?

—Voy a ignorar varias cosas —dijo antes de suspirar— no voy a preguntar la razón por la que Bakugou está tirado en el suelo y semidesnudo y que seguramente antes estaba encima tuya —dijo evitando mirar al chico en calzoncillos— también voy a ignorar el hecho de que creo que estás desnuda debajo de las manta. Voy a ignorar los ruidos que estaba escuchando detrás de la puerta y, por supuesto, lo tres vamos a ignorar el echo de que, por lo que acabo de ver, debería ser usual verme más a menudo por aquí. ¿Está claro?

—Cómo el agua —aseguró Maggie con una sonrisa nerviosa.

—Bien. Ahora, Bakugou, tápate por el amor de Dios —se quejó desviando la mirada hacia el pasillo.

ᴊᴇʀᴋ; ᴋᴀᴛsᴜᴋɪ ʙᴀᴋᴜɢᴏ x ᴏᴄDonde viven las historias. Descúbrelo ahora