17| Una cancion

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Las tres escobas era el lugar más concurrido en Hogsmeade, el aroma de la cerveza de mantequilla y el olor a pan recién hecho inundó la nariz de Arya al entrar, sus ojos negros captaron a varias personas conocidas entre ellos a su familia pero cada uno separado disfrutando un momento íntimo de parejas.

-¿Vienes?- pregunto Alex, esta miro y camino frente a el a una mesa apartada de todos.

Ambos se sentaron y miraron el lugar,  había cambiado tanto en los años y ahora el lugar más famoso de toda la aldea. Dos cervezas de mantequilla se pusieron frente a sus ojos, Alex le sonrio y esta a el, los ojos negros de la chica se posaron por primera vez en el pues jamás se había atrevido a verlo por vario tiempo.

Sus ojos azules miraban hacia otro lado, su cabello pelirrojo siempre rebelde pero que le daba una personalidad única y su sonrisa sincera siempre iluminaba su rostro, luego sus ojos regresaron a ella y esta miro hacia otro lado fingiendo no estar viéndolo.

-No tenemos una cancion- hablo, Arya fruncio el ceño- Todos tienen una canción.

-¿Canción?- pregunto sin entender.

-Si, es algo que te identifica con otra persona. Al menos todos tienen una

Arya miró a sus hermanas riendo y recostada en hombro de sus chicos y sonrio.

-¿Alguna favorita?- pregunto Arya mirandolo fijamente.

Alex nego.

Una canción reconocida sono en el lugar, las luces cambiaron a un ambiente tranquilo y Arya sonrio al reconocer la canción.

-¿Que tal esa?- pregunto.

Alex alzó la vista hacia las bocinas y fruncio el ceño.

-No la reconozco.

Arya río y le sonrio. Luego con valor extendio su mano, Alex le sonrio y la tomó haciendo que una corriente eléctrica pasara por ambos. El chico guió a esta hacia el centro, Arya posó su manos temblorosas en los hombros del chico y ambos se movieron al compás de la música.

-¿Como se llama?- pregunto Alex posando sus ojos en Arya

-A thousand years- le sonrio- Busca la letra, no recuerdo toda.

Alex sonrio de lado y la miro, luego con lentitud la atrago más el, Arya sintio las mejillas arder, luego oculto su rostro mirando hacia otro lado. Alex le dio una vuelta ambos soltaron una risa ante el paso extraño que habían salido mientras la música terminaba.

Sus risas inundaron el lugar. Varias personas posaron sus ojos curiosos en aquellos chicos quienes habían olvidado por completo a la demás gente mientras bailaban.

Minutos más tardes estos se habían adueñado de la pequeña pista, muchas parejas imitaron el acto de ambos y pasaron al centro.

-¿Quienes bailan en el centro?- pregunto Víctor  detrás de una cartas mientras apostaba un poco de dinero.

Hyperon Malfoy miró sus cartas y solto el humo del tabaco que había contendido en su boca provocando un nube gris entre ambos chicos.

-No lo sé, no tengo ojos en la espalda- contestó el rubio mirando sus cartas ideando su jugada.

Víctor volvió a escuchar las risas intentando  descifrar las voces pero debido a la canción se le era casi imposible.

-Hyperon- exclamo una alarmada Victoria llegando hasta la mesa redonda donde ambos chicos jugaban- Apaga ese cigarrillo ahora.

-¡Uhhh! Ella te manda- río Víctor haciendo que Hyperon alzara una ceja.

-Tranquila mujer, no hay profesores cerca- tomo otra carta del mazo.

La chica negó ante la irresponsabilidad del chico, cuando se trataba de cigarros podía ser un niño pequeño sin importarle el riesgo que eso conllevaba. Esta última nego y le quitó el cigarro de la boca dándole una calada, luego solto el humo con elegancia y Víctor alzo una ceja.

-Mi padre se enterara de esto.

-Hey, más respeto que esa frase es mia- pidió Hyperon mirando a Víctor.

-Eso no- contesto Víctor y nego, luego señalo con la cabeza- Eso.

Los tres posaron su vista en una pareja que bailaba en el centro de la pista. Victoria sonrio a no más poder, Hyperon miraba con sorpresa sin poder imaginar esa pareja tan inesperada y Víctor estaba más pálido que un fantasma.

-Protegeme de la ira de mi padre- rogó Víctor sin dejar de ver a su hermana riendo en los brazos del pelirrojo- Estoy muerto-hablo con miedo.

Hyperon dejó las cartas en la mesa.

-Estas muerto por dos motivos- Víctor regresó su vista al rubio quien abrazaba de la cintura a Victoria- Uno, por ellos- sonrio- Y dos, por que volví a ganar.

Víctor posó sus ojos en las cartas del rubio y las miro con preocupación, el había vuelto a ganar.

Era  dos cosas que definitivamente aún su padre no tenía que enterarse.

HP| DestruyemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora