Capítulo 1.

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Todas juntas. Aquí vamos de nuevo.

-¡Todos al suelo!-grité. Seguida de dos de mis compañeras, ya una rutina. Mi voz sonaba algo gruesa a comparación a como era en realidad. Mi cuerpo estaba cubierto por mi traje completamente negro que Helena diseño hace algunos años. Mi cara estaba cubierta por una capucha, adentro de este se escondía mi cabello rubio, solo dejaba ver mis grandes ojos azules y mis finos labios pintados por un labial negro. Mis manos estaban cubiertas por guantes de la misma tela que mi traje, cuero, que impedían dejar rastros de mis huellas en alguna parte.Todas las chicas vestíamos exactamente iguales y teníamos medidas similares, tanto que ya las noticias una vez dieron por hecho de que eramos hermanas muy parecidas, quizás de una misma madre, siempre se equivocan.

Samantha apuntaba con su pistola a todos mientras vigilaba. Helena y yo, íbamos a lo nuestro.

-Ponga todo el dinero que tenga justo aquí-susurré a la cajera de que se encontraba de turno en el banco, mientras señalaba el saco. Podía ver su miedo en sus ojos cafés oscuros. Empezó a colocar el dinero en el saco cuando sintió una pistola apuntando a su cabeza-. Mas rápido-dijo Helena. Sus ojos comenzaron a llenarse de lagrimas pero seguía haciendo lo ordenado.

-Alice, te quedan veinte minutos antes de que llegue la policía-dijo Mary Jane por el comunicador. La policía de Hawton es sumamente estúpida. En este lugar la policía no parece importarle las personas, solo les importa una cosa la cual es el dinero. Observé a Samantha indicándole nuestra seña, ella solo asintió y se fue. Observé el saco donde teníamos nuestro dinero y por lo visto ya tenia suficiente, ahora mi parte divertida.

-No quiero que nadie se mueva o empezarán a ver sangre-exclamé con una voz asesina.

-Ya-escuché a Mary Jane por el comunicador en mi oído.

-Gracias por todo, hasta el próximo encuentro-dicho esto saqué un labial negro y escribí en la puerta de vidrio "Besos Negros estuvo aquí". Era una tradición, nos burlábamos de la policía con esas notas. Le demostrábamos lo estúpido que eran al no poder alcanzarnos. Vi por ultima vez a todos tirados en el suelo si mover ni un musculo y salí de ahí, ya que Mary Jane estaba afuera con Samantha. Helena también salió, solo que espero afuera. Ya cuando la gente empezó a levantarse salio Valentina de el cuarto de seguridad.

-Creo que no entendieron la frase, quiero ver a todos en el suelo como animales que son-exclamó Valentina con su pistola en mano. Todos cayeron de nuevo al suelo, se dirigió hasta la puerta y se fue no sin antes marcar un beso en la puerta. Es una tarea sumamente difícil encontrar a un sospechoso por la huella de sus labios, la tarea se triplica cuando somos cinco personas que nos turnamos. No creo que la policía haya iniciado la búsqueda por esa parte y aun se concentran en obtener las pistas mas fácil: cabellos, sangre, huellas dactilares o saliva, cosa difícil en nosotras.

-¿Vieron? Así se ven lindos-dijo en tono de burla. Y salio por la puerta ya que Helena la esperaba.

Faltaban diez minutos para que llegara la policía, me decidí escribirle a las chicas por el teléfono.

-¿Todo bien? ¿Cámaras de vigilancia?-escribí y envié.

-Sus cámaras de vigilancia ya no pueden utilizarse mas. Y en mi tiempo libre saque una foto de Samanta sonriendo a la cámara de vigilancia-respondió Valentina.

Valentina envió una foto al grupo donde salia Samantha sonriendo a la cámara con los dos pulgares arriba, todas las personas estaban acostadas en el suelo y en el fondo salíamos Helena y yo, pidiéndole el dinero a la cajera.

-Linda foto-respondió Samantha.

Al prender la radio oí las noticias.

-Besos Negros vuelve a robar un banco otro jueves si dejar rastro-reí.

Usualmente no robamos los jueves y martes, eran como nuestros días libres pero no habrían robos por una semana, nos tomaríamos un descanso para visitar Hawton donde no somos tan buscadas. En realidad somos mas buscadas en ciudades lejanas porque la policía si realiza su trabajo en cambio los policías de aquí ni merecen ser llamados así. Se acercaba la fecha del cumpleaños de la mamá de Samantha y de Mary Jane, esas son fechas importantes en nuestra familia.

Después del pequeño robo fuimos a mi casa, vivía con Mary Jane y Helena. Mientras que Valentina y Samantha vivían a dos calles. Recibí un mensaje en mi teléfono:

-¿Quieren pizza para almorzar?-escribió Helena.

-Deberías estar manejando sin ver al teléfono, pero si, si quiero pizza-respondió Samantha.

-Valentina la está comprando-escribió Helena.

Las primeras en llegar a mi casa fuimos Samantha, Mary Jane y yo, ordenamos el sofá para sentarnos a comer pizza mientras veíamos televisión. Unos minutos después llegaron las que faltaban.

-¡Llegaron!-exclamé alegremente.

-Supera tu enamoramiento por mi Alice-dice Helena en un tono obvio. Sonó justo como cuando andamos de fiesta y un chico empieza a molestar, solo tengo que hacer una seña típica y Helena automáticamente se transforma en mi pareja y llega a salvarme. Cosas normales que nos pasan.

El resto de la tarde la pasamos como todas chicas normales que no somos, hablando y riendo de cualquier tema. Fui a dejar el saco con dinero en nuestra bóveda, se localizaba en el sótano de la casa pasando dos puertas por cuestiones de seguridad. Valentina y Samantha se fueron casi a media noche y vendrían mañana temprano para cuadrar muy bien el viaje con destino Hawton.

Besos negros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora