-¿Puedes apresurarte?-exclamé en la sala. Eran aproximadamente las once y media de la mañana. Me encontraba en la casa que Valentina compartía con Samantha mientras esperaba que Valentina terminara de vestirse para hacer nuestro trabajo con las impostoras.
Hacia mucho tiempo que no venia a esta casa, aunque quedara a tan solo calles de la mia. No venia muy seguido por aquí ya que tanto Samantha como Valentina siempre se encontraban en mi casa. Tenia el mismo diseño, la misma cocina, las mismas escaleras y las mismas tres habitaciones. Solo que aquí sobra uno y lo tienen como un armario mas, Helena si viene muy seguido por aquí.
-Ya voy-gritó Valentina desde su habitación.
Antes de poder responderle posiblemente con un insulto mi teléfono recibe una llamada. Una foto de Jack en la pantalla me hace sonreír, la había colocado hace unas cuantas horas atrás en la madrugada al llegar a casa. Su sonrisa es lo que mas resalta en la foto.
-Jack-respondí la llamada.
-¿Quieres salir hoy?
-No puedo-expliqué-. Hoy estaré ocupada.
-¿Y mañana?
-Pasa por mi temprano-dije antes de colgar la llamada.
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-¡Estoy lista!-exclamó Valentina al bajarse del auto. Ninguna tenia los trajes puestos, ni siquiera mascaras o capuchas, aunque si estábamos bien armadas. Al morir la ultima imagen que miran los ojos queda impreso en tu retina, pues nuestros rostros quedaran en sus ojos para la eternidad.
-Dame la llave-pedí a Valentina acariciando sutilmente el candado que mantenía cerrada la puerta de el almacén donde se encontraban las impostoras. No se escuchaba nada, ni gritos, ni llantos. Giro para observar a Valentina mirarme seriamente.
-Te pedí la llave-exclamé. Ligeramente levanto sus hombros, ella había olvidado la llave. Respiro hondo y lentamente me aparto de la puerta-. Rompe el candado.
-No romperé el candado, es imposible-dijo Valentina-. Lo abriré con un pinza para el cabello.
-Adelante-exclamé. Valentina saca la pequeña pinza de su cabello e intenta introducirla en la ranura del candado. Involuntariamente me apoyo de la parte delantera del auto para observarla hacer un inútil trabajo.
-¿No puedes abrirla con otra cosa?-pregunté. Ella negó. Habían pasado casi diez minutos y aun intentaba abrir la puerta.
-Quítate-pedí a Valentina. Agarré la pistola que se encontraba en mi tobillo y apunte justo entre las manos de Valentina, al candado.
-Yo puedo-exclamó Valentina.
-¡Quítate!-grité. Disparé entre sus manos sin importar que aun estuvieran allí.
-¡¿Estas loca?! ¡Pudiste haberme disparado la mano!-gritó Valentina.
-A veces debes dejar de usar la cabeza y usar armas-dije. Mientras recibía miradas de odio de Valentina, la hice a un lado para ver que había atinado a la cadena haciendo que se rompiera dejando al candado libre pero también el candado ya estaba abierto. Digamos que fue un trabajo en equipo.
Al entrar pude observar a la rubia en la misma posición cuando le disparé, a su alrededor había una gran mancha de sangre seca. Sus cabellos no se veían amarillos mas bien eran de un color oscuro, entre rojo y negro. Las otras cuatros estaban regadas por todo el almacén, todas se veían claramente deshidratadas, además de algunos moretones en sus caras y extremidades. Solo una subió la vista cuando entramos, su mirada reflejaba odio puro. No sentí sentimiento alguno ya que no era la primera vez que me veían así. En mi vida siempre hubo mas odio que amor, así que no era algo nuevo. Valentina lleva su mano a su nariz y la tapa.
-Huele horrible-dice. Entrecierro los ojos para verla y se ríe. No tengo sentido del olfato, aunque ahora soy yo la que gano. Supongo que todo el olor venia del cuerpo muerto de la rubia.
-¿Quien es la que está oliendo el horrible olor?-pregunté. Valentina deja de reírse para observar el panorama.
-¿Están dormidas o ya murieron?-susurra Valentina. Con la misma pistola que tenia en la mano doy un gran golpe en la puerta de metal. Se escucha un gran golpe seco y empiezan las quejidos. Todas levantan la cabeza y nos observan, miedo y odio veo en sus miradas. Como pueden, caminan hasta estar juntas, sentadas contra la pared observándonos sin decir nada.
-Ustedes se lo buscaron-exclamó Valentina-. Oye, leí en el periódico que habían desaparecido dos chicas, quizás a las otras tres no las quieren.
-Deberíamos matar hoy dos solamente-expliqué. Apunto con mi pistola a una y Valentina hace los mismo. Se escuchan dos disparos y gritos. Dos de ellas habían recibido un disparo en el pecho, cerca del corazón, mas no en él.
-Ahora las otras dos-dijo Valentina-. ¿Que? Ella dijo que mataría a dos, dos ellas y dos yo. Lo siento, a veces no se explica bien-. Apuntamos y disparamos, mas gritos se escucharon. Una de ellas recibió la bala en la cabeza y automáticamente murió. La otra fue en el corazón, le quedaban pocos minutos de vida. La sangre comenzaba a correr por todo el piso. A Patrick seguramente le encantaría presenciar esta escena.
-Me quedan cinco balas-exclamó Valentina.
-Diviértete.
Salgo un momento para llamar a Patrick.
-Es tu turno-exclamé. De fondo se escucha muchos disparos, hace rato que dejaron de escucharse gritos y quejidos.
-¡Dijiste que eran cinco!
-¡Mentí!-gritó Valentina.
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-Somos las únicas que vamos a matar personas y no se manchan ni un poco de sangre-explica Valentina.
-Lo has dicho diez veces, ya calmate-dice Samantha.
-¿Les dije que hoy Nathan haría un allanamiento a Freddy?-pregunté. El silencio se hace presente en la sala, sus miradas muestran miedo.
-¿Les avisaste?-preguntó Helena. Asentí.
-¿Que harán mañana?-pregunté-. Yo saldré con Jack.
-Matias me invitó a pasear-dijo Samantha.
-Saldré con Eduardo-explicó Valentina.
-Nicolas quiere ir a explorar-dijo Helena quien acaba de llegar de la cocina y se sentó junto a mi, Samantha y Valentina la miraron extrañada.
-¿Eso que quiere decir?-preguntó Valentina.
-No lo sé
-¿Que hará Mary Jane?-pregunté. Mary Jane se encontraba en su habitación y no en su puesto como acostumbraba a hacer.
-Haré un curso de fotografía-dijo desde la baranda de las escaleras de donde habia caido semanas atrás. Todas alzamos el pulgar en el aire en señal de aprobación.
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Hola.
Los siguientes capítulos seran algo más largos y raros. Desde aquí se empieza a poner todo con mas suspenso.
bye.
pd: sorry por estar mucho tiempo sin actualizar.
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Besos negros.
Misterio / SuspensoCinco mejores amigas de la infancia, cinco chicas expertas en robos, Valentina Favreu, Mary Jane Mayer, Samantha Monroe, Helena Graham y Alice Smith. Prácticamente hermanas. Viven sus vidas tratando de pasar desapercibidas entre tantas personas, co...