Capítulo 19.

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Me encuentro en la playa justo como ayer, uno de mis lugares favoritos, mi vista esta centrada en un punto fijo que no le tomo importancia mientras mis pies tocan la caliente arena. Estoy justo en el tronco donde estaba sentada con Patrick. Todo lo que escucho es distante, los niños, las olas, la brisa al chocar con las palmeras. El sol se encuentra en lo mas alto del cielo. Empiezo a cavar en la arena con mis propios pies para tocar algo duro, intento quitar toda la arena para encontrarme con una pistola. Tiene silenciador y aunque este entre la tierra esta limpia. Caigo en cuenta de que esto es un sueño, mas especifico una pesadilla. Volteo hacia todo lados para buscar a la persona que se aparece en todas mis pesadillas pero no esta.

-¿Me buscabas?-preguntó la persona. Estaba a unos centímetros de mi en el mismo tronco. Tenia la misma cara desfigurada que tenia en la Zona Azul. Dientes filosos que sobresalían de su boca causándole un daño en los alrededores, le era imposible cerrar la boca sin causarse algún daño, eso lo demostraba la sangre que salia de su boca y heridas alrededor. Sus ojos eran hundidos con una ojeras muy marcadas, no podías llegar al observar el color de sus ojos. Una parte de su nariz había sido arrancada dejando una gran cicatriz. Su cabeza estaba cubierta por una capucha de un abrigo gris que llevaba en varias ocasiones. Si lo observabas por detrás dirías que es una persona normal pero no.

-Solo quería ver que no estuvieras aquí-respondí. Fije mi mirada en la playa para no verlo. La pistola ahora se encontraba en mis manos y el clima había cambiado dramáticamente.

-¿Por que no querrías verme?-preguntó. Su voz no era tan grave como para ser un hombre, ni tan aguda como para ser mujer.

-Me das miedo-exclamo. De reojo lo veo sonreír enterrándose los afilados dientes haciendo que salga mas sangre.

-No deberías darte miedo tu misma-dijo.Giré para verlo aun con su sonrisa. No podía responder.

-Si, yo soy tu-dijo. Miré al cielo inconscientemente. Estaba tan oscuro que casi parecía de noche.

-¿Ahora no debería despertar o dispararte?-pregunté.

-Intentar tener una charla contigo es algo imposible. Tu eres la dueña de todo esto-se levanto de mi lado para caminar por la arena-. Si no haz despertado es porque si quieres hablar, ademas yo no pongo las pistolas en tus sueños, tu misma lo haces. También no existo en los otros sueños, solo en los tuyos-dice.

-No te creo-digo ignoranolo.

-Alice, te conozco desde que naciste, yo te vi crecer desde tu sueños. Siempre estuve ahí y también desde tu primer sueño están las pistolas. Conozco tus mas grandes fortalezas y miedos. Sé absolutamente todo de ti.

-Pero eso no significa que seas yo-exclamo.

-Quizás si, quizás no-dice para caminar lejos de mi.

-¡Espera! Si sabes todo de mi y todo eso, ¿Porque me disparaste en el sueño cuando estaba con Nathan?-pregunto.

-Porque intentaba decirte algo pero como eres terca, no haces caso.

Y desperté. No precisamente era una pesadilla, mi sueño intentaba explicarme algo que yo aun no captaba.


***


Hoy habría una pequeña fiesta y entre los invitados estaban los amigo de Patrick y el, las chicas habían invitado a los chicos para arreglar todo. También estaba invitada Katherine y unas cuantas amigas y amigos.

Hace unas cuantas horas Valentina y Mary Jane fueron a comprar una de las dos cosas esenciales en una fiesta, alcohol, el cual no tomo. La otra cosas son los bocadillos que fueron a comprar Samantha y Helena. Yo solo intentaba hacerme la idea de que le diría a Nathan o que el me diría a mi.

Besos negros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora