Capitulo 2: La preparación

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La base de Júpiter no era tan diferentes a otras que Hall y Claudia habían visitado en otras pasadas misiones. Con sus comedores, sus habitaciones, los baños y las salas de reunión.

Gracias a la tecnología avanzada las estaciones espaciales regulaban a la perfección la temperatura de las habitaciones según el lugar de donde procedían, al igual que la comida.

Claro que no alcanzarían a conocerla, porque partirian mañana y los pondrían a dormir por dos meses para llegar al punto de prueba, pero por mientras era recomendable socializar con el resto equipo. En total eran veinte personas contando a Hall, Claudia y Andrés, claro que todos eran humanos gracias a la aprobación de las tres razas, porque resultaría muy costoso construir naves que pudieran tener las condiciones de otros planetas.

Hall fue a su habitación, se reuniría con Andrés y Claudia a la hora de cenar, se lo habían dicho los ayudantes que le habían cargado sus maletas cuando se habían bajado del avión. Hall opinaba que Andrés era un buen chico, veía una gran voluntad en el que la comparaba con la de su padre, por un momento hubiera deseando haber tenido esa voluntad, tal vez así la despedida del aeropuerto habría sido más sentimental y la hubiera preferido como su gran paso en vez de la aprobación de su madre.

Hall se cambio su ropa a un uniforme blanco y negro liviano suave y tradicional para las maniobras en gravedad cero que cubrían hasta los pies, que no era ajustada para evitar la incomodidad de los tripulantes.

Salio del camarote para observar desde la ventana del rincón el planeta de Júpiter, jamás lo había visto tan cerca, resultaba bastante extraño que jamás hubiera conseguido una misión a tal dichoso planeta, con sus colores difuminados en todo su esplendor, casi sentía pena por no quedarme por menos de un día, habría tomado tiempo para hacer un retrato o algo por el estilo. Aún faltaba una hora para la cena y no tenía prisa. Se echo en suma de su cama, que no era muy diferente a la de un hotel de las lunas de Saturno.

Tomo su tableta virtual para informarse sobre las noticias del los gobiernos planetarios, como se esperaba había un montón de información sobre la misión H.A.G.K en casi todas las planas. A pesar de que Hall entendía la emoción, desde que había abordado la nave sentía toda la energía de emoción de cientos de personas alrededor del sistema solar.

Paso lista para asegurarse de recordar todos los ejercicios de la misión, después vio un par de videocomic de una serie de ciencia ficción que hace menos de un año había salido, pero le interesaba bastante, se trataba de los primeros colonos en contactar vida alienígena, muy parecido a lo que ahora iban a lograr, le encantaba los obstáculos por los que los personajes principales tenían que atravesar con las más difíciles decisiones. Pero lo que siempre le molestaba de estas historias era que siempre los extraterrestres querían conquistar a la humanidad por una que otra razón, pero en estos últimos setenta años los contactos que habían obtenido de otras razas en la vida real, siempre eran de una forma pacífica y sin remordimiento, así que ¿Porque no pasaría lo mismo con las especies más inteligentes? Sería el mejor modo de conocer la vida en las estrellas.

Estos pensamientos hicieron que perdiera la noción del tiempo, cuando reviso la hora ya era tiempo de cenar. Hall salió deslizado por el pasillo, Claudia lo esperaba en la esquina.

La cafetería era más pequeña de lo que había imaginado, todos los integrantes de la misión comían en un sólo comedor bastante amplio. Todos había llegado a tiempo, era fácil reconocer a algunos de sus compañeros, pues todos eran gente muy conocida en la Academia, o en las misiones.

Claudia se sentó y empezó a charlar con Andrés y un amigo suyo, para ella nunca había sido difícil tener buenas amistades rápidas con la gente, Hall se quedó callado esperando la comida, sentía un hambre feroz desde que se había bajado de la nave, por suerte a los pocos segundos llegó las máquinas de comida, todos se levantaron para pedir algo de su menu. Hall pidió un plato de caldo de mariscos, Claudia un pedazo de pizza con papás fritas, ya que siempre para las misiones comía comida chatarra, aunque Hall hubiera pedido lo mismo si el viaje no le hubiera caído tan pesado a su estómago, por su parte Claudia siempre parecía tener un estómago de hierro.

Una reencarnación En Piel De MetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora