Una reencarnación En Piel De Metal

Capítulo 14: Primer combate

Cuando la cápsula empezó a descender hacia el estadio, Daxban sintió que se le revolvía el estómago, era una mezcla de terror, ansiedad y duda. Casi de inmediato los cables que le habían conectado a su cuerpo empezaron a inyectar todo tipo de sueros extraños. Una vez que el primer suero llegó a su cabeza, su orientación se apago, literalmente. Fue como un susto en su cara, perdió por completo la audición, su cuerpo se entumeció y su vista se volvió negra. Por un momento no entendió porque los Baki tendrías que controlar tanto su cuerpo, en vez de simplemente dormir con el suero calmante como lo habían hecho durante todo el tiempo.

Trato de buscar a ciegas con las manos apoyó en las paredes para evitar caer al suelo. Pronto empezó a sentir como todos los diferentes sueros fríos le recorrían el cuerpo. Al principio su cuerpo no paraba de estremecerse de escalofríos. Hasta sintió un poco de sudor en su cara. Era igual que cuando le inyectaban anestesia al cuerpo para tratar sus heridas que se hacía durante los entrenamientos de la academia.

Pero este suero era tan frio como el hielo, podía sentir como pasaba por cada vena musculo y órgano de su cuerpo. Después de un rato de temblar de frío, todo pequeño dolor que había sentido desapareció y de la nada todo su cuerpo tuvo una gran sobrecarga de energía. Sentía tanta energía y dureza en su cuerpo que hasta pensaba que si caía por el gran cañón no sufriría fractura alguna.

Daxban ya conocía sustancias en la tierra que eran capaces tener más activa la memoria y sentirse más activo, pero recordaba que había algo malo en esas sustancias. Cuando sus sentidos de orientación volvieron a su cuerpo se dio la gran sorpresa de que ya no se encontraba en su cápsula. No sabia donde estaba, el lugar era muy oscuro y no se parecía a las anteriores salas en las que había estado antes por la arquitectura que se alcanzaba a distinguir. Cuando finalmente supo donde estaba fue cuando encontró su arma, espada de doble hoja a unos metros donde el se encontraba.

Ya estaba dentro del estadio ¿Pero en qué parte exactamente? Pasó su mano por el suelo y mantuvo preparada su espada por si su contrincante apareciera en cualquier momento. El suelo era rocoso, seco y con grietas profundas. Debía encontrarse dentro de una cueva o ruinas de una ciudad. Tenía que estar preparado para lo que fuera.. lo que fuera

Jet 60, debes ir a tu posición —Daxban salto de miedo por la inoportuna voz del Dil

Daxban maldijo en su mente al Dil, al menos las otras veces le había hablado cuando estaba más tranquilo. De nuevo ante sus ojos apareció el camino rojo que lo guiaba por la cueva, ahora que se sentía más despierto notaba que ese camino estaba hecho por computadora.

Jet 60, debes ir a tu posición Volvió a repetir

Esta vez Daxban camino sin resistirse como había hecho en la cápsula. Recordó lo que le había dicho el mensaje la primera vez. Deseo que le hubiera dado más detalles sobre el estadio. Siguió caminando sin apuro, pero sus pasos que cubrían una gran distancia por su altura hacían que caminara con gran velocidad.

El camino rojo lo guió a una grieta que daba al exterior del Gayet, la atmósfera se sentía como una película de los años 50 por el color de las rocas. Grande fue el reventar de ruidos de los alienígenas cuando Daxban salió de la cueva. El campo de batalla como lo había previsto era algo que no sabía si se trataba de una ciudad en ruinas, o rocas con formas muy extrañas. Se dio cuenta que habían unas pantallas tridimensionales sobre el estadio que grabaron más de cerca la pelea. Algunas de las gradas flotantes se acercaron más al estadio para observar el espectáculo más de cerca. Daxban no se sintió ningún halago, su temor crecía sin control.

Deseaba huir con todas sus fuerzas de aquel lugar a pesar de ser una idea ridícula— Bueno, ahora sé lo que sentían los gladiadores cuando entraban por primera vez al coliseo romano —pensó Daxban de lo cual le pareció algo graciosos, incluso sin poder hablar pudo soltar una leve risita que le quitó el miedo por unos segundos.