Capitulo 13: Llegada al Gayet

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Tardó unos minutos en confirmar sus sospechas, aún le resultaba difícil ver a través de la luz, a pesar de que el cielo estaba nublado y el sol de ese planeta se veía más pequeño. Con tanta luz a su alrededor lo primero que pudo notar fue las marcas en sus brazos. Recordó en ese momento las quemaduras que le había hecho el Baki cuando le acoplaron la armadura. Tenía la sensación que había visto esos tallados antes ¿Pero donde? lamentablemente tendría que dejarlo para más tarde, no había tiempo.

Cuando pudo ver mejor reconoció el estadio. Lo primero que hizo fue tratar de no pensar que sería el lugar donde moriría y concentrarse en sobrevivir a lo que vendría. El estadio no era muy diferente al que le habían mostrado. Las mismas gradas flotantes, aunque algunas las veía medio vacías, el campo de batalla tridimensional. Pero a diferencia del que le habían mostrado que era como una planicie verde y unas montañas rocosas, esta se veía como una gran ciudad hecha de rocas negras con forma de escaleras que iban a todas direcciones y volvían al mismo lugar como el famoso cuadro (RELATIVIDAD) del pintor M. C. Escher. Recordaba haber leído que ese cuadro fue la inspiración para la película "Inception" como la figura de un sueño. Al parecer los Baki habían recreado una figura tridimensional imposible, su arte era muy impresionante.

Aunque no estaba muy seguro de que eran escaleras de lo que conformaban esas ruinas, a pesar que sus manos cubrían sus ojos sintéticos aún no lograban ajustarse a la luz después de tanto aislamiento. Sintió un gran mareo por tanta luz que acabó por dar un paso en falso que lo hizo chocar contra la pared transparente, por suerte los cables de su espalda detuvieron un poco el golpe.

Al destaparse los ojos se dio cuenta que las paredes del cilindro habían vuelto a negro. Al principio creyó que era una señal que indicaba que pronto lo mandaron al estadio. Pasó los primeros treinta segundos esperando que pasara algo, pasaron cinco minutos y nada, Daxban estaba tan nerviosos que si aún hubiera tenido sus manos de carne y hueso en vez de estas prótesis se hubiera arrancado las uñas.

Tras pasar más de quince minutos se empezó a convencer que aún no seria su tiempo. Se levantó del suelo aunque quería seguir acostado, aún se cuerpo estaba agotado y sus músculos no se sentían listos para siquiera correr una maratón, menos batallar en un estadio. ¿Por qué no lo habían preparado mejor en vez de lanzarlo altiro? ¿habrían reglas que tendría que cumplir? ¿Qué pasaría si hiciera una falta sin querer? ¿lo castigarán? ¿lo matarían o algo peor?.

Apenas tenía experiencia en el combate, aunque siempre había soñado con combatir alienígenas junto a su tripulación en una gran aventura especial dentro de su mente. Se empezó a maldecir por haber creído esas ingenuidades, ahora estaba aquí, a punto de ir a un combate donde dudaría si saldría vivo. ¿Por que no se dedicó a la música como antes? ¿Por qué tuvo que ser empujado a este infierno por una meta que creía que lo haría un héroe?

Cuando al fin logró calmarse se dio cuenta que había estado golpeándose contra la pared sin darse cuenta. La pared que estaba en negro había formado una mini ventana con la forma de los golpes que le había dado. Se podía ver el exterior, pero ahora se encontraba en otro lugar. Por el ruido aun se notaba que estaba en alguna parte del estadio. El sitio era oscuro, se veía una pared a unos pocos metros donde estaba el cilindro.

Toco la pared y la ventana se empezó a ampliar poco a poco. En un par de golpes ya podía ver mejor. La cápsula en donde se encontraba no era la única. Había cientos de ellas en el lugar donde se encontraba algunas apenas se podían alcanzar a ver. Todas las cápsulas estaban puestas en una forma tridimensional muy parecida a la forma del estadio. Dentro de ellas habían toda clase de especies alienígenas de todas las galaxias que los Baki habían visitado. Literalmente había de todo, con forma animal, otros con aspecto que no se podía describir, grandes, minúsculos, algunas hasta tenían formas de plantas terrestres. Otros eran parecidos a los cuentos de ciencia ficción que uno solo se imaginaba en los libros, y otros tan tenebrosos como los monstruos que uno solo se encontraba en sus peores pesadillas.

Una reencarnación En Piel De MetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora