Cap. 15 Haru, Mi Preciado Sol

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Todo, todo podía salir mal.

¿Cómo acabaron así?

Ahí estaban, los seis amigos, desfrutando  de su viernes por la noche después de una ajetreada semana de trabajos y exámenes.

Mientras, el séptimo participante de pelo negro, corto, y de flequillo largo, se encontraba "disfrutando" de su esquina del sillón bebiendose su zumo de tomate.

Estaban en una habitación con luces de colores parpadeando cada dos segundo. Miu y Yuko estaban catando al unísono, mientras las letras de la canción aparecían en la pantalla con un fondo de peces y focas marinas. Adam se encontraba aporreando la mesa con dos vasos de plástico animando a sus dos compañeras que no le dejaban tocar el micrófono por si al final mataba a todos los presentes con sus berridos. Shikamaru había salido de la habitación, con la excusa de qué quería tomar el aire un rato, aunque la verdadera razón era que no aguantaba ver la molesta cara de Sasuke tomándose un zumito viendo con asco a la parejita de Go y Haru platicando en la otra esquina del karaoke.

Go no podía creerlo, ahí estaba, charlando con Haru, el chico más encantador del instituto, no podía parar de escrutar la perfección de su cara. Su pelo pelirrojo flameante hacía que destacara sus vivos ojos verdes. Solo le faltaba tener pecas para ser el santo grial rompecorazones de Nanymaru (aunque ese apodo ya se lo había ganado Sasuke en menos de un trimestre). Pero a Go no le importaba, con pecas o sin pecas, era Haru, demasiado perfecto para ser real, con su sonrisa radiante.

La risa de este sacó a Go de su fantaseoso trance.

- Jaja. No puede ser... Llevas más de una semana sin ir a la enfermería. Eso es un nuevo récord.- Decía entre carcajadas cortas. A Go le encantaba ese sonido, era música para sus oídos.

- Ya... - Go se dio una doble abofetada mental. Dios santo, ¿por qué se le apagaban las neuronas cuando más las necesitaba?

- Digo, porque Suwa-san no para de preguntar por ti.

- No sabía que eras tan cercano con la enfermera del instituto.

- Debería serlo, es mi tía después de todo.

- ¿Enserio? - Preguntó Go, y se sorprendió a si misma poniendo un tono más agudo. Madre mía, hacía el ridículo cada vez que soltaba cualquier sonido de su garganta.

Por otra parte, se dio cuenta que no sabía nada sobre la vida personal de Haru. Solo lo que todo el mundo sabe.

Perfecto chico de instituto, perfecta sonrisa, perfecta cara, perfectos ojos, perfecto pelo,bueno en todas las materias, bueno en todos los deportes, bueno cantando, bueno pintando, bueno con los profesores, bueno con los padre, bueno con los compañeros, bueno con las chicas, bueno con los niños, bueno con los ancianos, bueno con los animales, bueno con la panadera, bueno con los marginados, bueno hasta con los criminales, bueno en la cama (eso ella imaginaba)... ¿Cabe mencionar que era bueno en TODO y con TODOS?

Era un chico de ensueño, pero eso no era lo que enamoró a Go. Recordó perfectamente el primer día que llegó a ese instituto de locos. Todos ya se conocían y ella era nueva, no solo en el instituto si no también nueva en el país. Japón no tenía nada que ver con Irlanda, pero ni un poco, nada de nada, los horarios las costumbres, y de verdad que se esforzó en aprender el idioma, pero eso todavía no lo tenía bien pulido y le costaba relacionarse, le daba vergüenza, y eso que ella era siempre de gritar como una loca por su casa, e ir en bragas haciendo el mono por las paredes. Pero al cambiar toda su rutina la hizo más reservada. Con miedo de cometer errores. Y eso que ya había estado allí, con su madre, pero era tan pequeña... No recordaba nada de su corta estancia en Japón en el pasado.

De Konoha A La Realidad [Sasuke Uchiha]⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora