Cap. 18 Sus Abrazos, Mis Salvavidas

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Estaba rodeada de oscuridad
Ni una salida
Ni una entrada
Solo un pequeño foco de luz iluminando su presencia
Intentó correr en alguna dirección, pero al estar rodeada de vacío no había ningun camino concreto, solo ese foco de luz que seguía su andar.

Corrió y corrió, pasos rápidos, más lentos, y de nuevo rápidos.
Sus zapatitos resonaban como tacones en el frío marmol, haciendo eco, resonando en sus tímpanos como toques suaves de campana.

Siguió corriendo desenfrenada, hasta chocar con algo frío y liso. Su reflejo en ese gran espejo se veía escuálido, pequeño, delicado. Se veía muy joven e inocente, con su vestido blanco y sus guantes de seda. Las medias también eran blancas pero sus zapatitos de tacón eran carmesí brillante, como la línea que empezó a señalar desde su zapato hasta seguir detrás de ella.

Se giró para ver adonde le llevaba esa línea y pudo divisar como esta; tan rectángular y paralela, se desbordaba, chorreaba y emanaba de la frente de un hombre tumbado en el frío marmol.

Un sudor frío le recorrío la frente, la nuca, las palmas... Un dolor punzante le creció en el estómago como un parásito, apoderándose de cada centímetro de su ser. Se sentía mareada.

Se miró a sí misma.

Rojo.

Una gran mancha de sangre se esparcía por su vientre, guantes y medias, manchando cada gota de blanco que la recorría.

Intentó huir a alguna parte.

Y le encontró a él, en la oscuridad ceñida, un foco de luz inaudible.

Se abrazó al azabache, notando su calor, como lo agarraba fuertemente de la tela de su camiseta, cada vez más fuerte.

Quería gritar.
Quería llorar.

Tenía mucho miedo.
No quería dejarlo ir.

Veía borroso, pero sabía que no eran por sus lágrimas, porque las muy malditas eran incapaces de salir, las tenía paralizadas el miedo.

Y como un vendaval, empezó a caer, soltandose de Sasuke.

Quería llorar.
Quería gritar.

Vio como la oscuridad la rodeaba y un cuaderno de cuero de hojas amarillas volaba alrededor suya, encima de una mesa de madera gris. Estaba medio abierto, pero sus palabras eran incomprensibles,borrosas entre las páginas, pasando rápidas, lentas, y de nuevo rápidas.

Quería agarrarlo.

Quería gritar.

Quería llorar.

Quería.

Pero esos ojos verdes la paralizaron de querer hacer todo eso.

Un esmeralda entre la nada, y un toque de añoranza le tiñó el estómago.

¿Eran los suyos?

De Konoha A La Realidad [Sasuke Uchiha]⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora