|TERMINADA| Porque vive en él mi recuerdo.

Capítulo 29.

Las amenzas son algo que no me asustan, al contrario; son eso que insitan a seguir en el camino de lo que mas quiero. Esa chica es esa existencia tan detestable que se interpone en mi camino.
Ella no sabe todas las cosas que yo hice para poder estar donde yo estoy. ¿Quién se cree qué es?. O peor, Harry, ¿Quien te pensas que sos para hacerme esto? ¿Acaso tienen idea de lo que se siente?
Lo que se siente amar en silencio, callar todo por respeto. Tratar de conseguir ser eso que sus ojos miran, gustarle infinitamente. Silenciar tu corazón porque al parecer da sentimientos no correspondidos,
AMAR CON TODA EL ALMA A ALGUIEN HASTA MORIR Y TAL VEZ MÁS. Querer ser su primer beso y el ultimo también, ser eso en lo que esa persona piensa y desear que ella quiera que sus caricias nunca se
borren de tu piel. ¿Esa niña es capaz de darle todo eso o aunque sea la mitad? Imagino que no, lo que yo siento es único, nadie jamás le dará mejor amor que yo. Desear ser eso en lo primero que el piensa
cuando abre los ojos en la mañana y lo último cuando el cierra los ojos por la noche para dormir. ¿Qué tengo que hacer, luchar contra el mundo?. Estoy donde nunca antes había estado, al final del pozo
donde mis ideas nada mas son el. Y así podría seguir pensando por días enteros, nunca me van a alcanzar las palabras.
Recuerdo todo muy bien el día que por primera vez lo ví. Un chico de pelo negro entra como nuevo compañero de mi hermana a fines de primaria, todos lo miraban. Llamaba demasiado la atención de
todas las jovencitas del colegio, inclusive de mi hermana. Lo observé un año creo o más, él se sentaba en frente del pizarrón contra la pared oyendo todo con claridad lo que decían los profesores,
todo lo contrario a mi; yo nunca escuchaba nada por mirarlo a él.
Mirándolo a la entrada y a la salida, persieguiendolo hasta la esquina de su casa para asegurarme que llegue bien. Los martes a la séis el iba a la biblioteca a leer y yo me sentaba trás el a mirarlo aunque sea
un poco mas. Las horas en el colegio no me alcazaban para admirarlo de pies a cabeza.
Cuando pasamos a la secundaria repetí la rutina de el año anterior pero con la diferencia de que el iba a la biblioteca los jueves, ¿por qué? no se. Importante era que estaba ahí. Repetí apropósito octavo
año para poder ser su compañero, mi familia se decepcionó mucho de mi pero igual no me importaba en ese momento y hasta el día de hoy no me arrepiento. Cualquier persona que me escuchara diría
que estoy mal de la cabeza, que estoy obsesionado (lo que es cierto) o que soy tonto, y aun así estoy orgulloso de serlo. La gente cuando ama a alguien que los ignora mayormente se olvidan de esa
persona pero yo sigo aquí en pie aun y no quiero dejar de estarlo. Incluso yo mismo creo que estoy mal de la cabeza.
Una tarde de lluvia muy fuerte al fin llego mi día, emociones pasaron por mi cuerpo e inquietudes. Nadie había ido al colegio, solo dos alumnos, el y yo. Pensé que ese sería mi día de suerte. Cuando lo vi
entrar solo al salón me di cuenta que estaríamos solos toda la tarde, era perfecto para ver si tenía algun tipo de posibilidades con aquella persona que tanto anhelaba.

-¿Estamos solos?- Me pregunto él cuando se estaba sentando al lado mio y dejaba su mochila colgando en el respaldo de la silla.
-Sí...- Conteste muy tímido - ¿como te llamas?- Pregunte eso a pesar de que ya sabía como se llamaba.
-Harry ¿Vos?
-Pi...Piero- ¿Acaso no sabe mi nombre? Somos compañeros.
-Un gusto - Se sonríe.
-Gracias - Me sonroje mucho, estaba tan nervioso. Mi cuerpo temblaba.
- Si no tenes problema háblame, vamos a estar solos toda la tarde, los profesores no vinieron y no nos dejan salir ....-
-Es que no se de que hablarte- Estaba mas colorado.
- ¿Por qué? De cualquier cosa.
-Porque pienso que puedo ser un poco aburrido..- Aun mas colorado
- Nada puede ser mas aburrido que esta situación, cualquier tema sería interesante.
-¿Te gusta leer?- Me puse no colorado, bordo.
-Si....

Y continuamos hablando por cuatro horas o todo lo que duro nuestra tarde en el colegio. Pensé que le había caido bien pero después me dí cuenta de que no. A la salida del colegio le dije que lo
acompañaría a su casa.

-¿Te acompaño a tu casa, querés?- Pregunte muy nervioso y mis pies temblaban.
- Bueno - Empezo a caminar, yo atrás de el.

Cuando llegamos a la esquina de su casa mi cuerpo colpazó. Se que todas las personas tienen un limite para hablar, saben cuando callar y cuando dejar de actuar, mi problema es que yo no. En ese
momento la vergüenza se fue de mi y me dejo solo la suerte. La gota que rebalsó el vaso.

- ¿Que vas a hacer mañana después del colegio?- Pregunte.
-Nada, ¿Por qué?.
-¿Queres salir un rato?.
-Claro, será divertido- Se sonríe un vez más para mi, eso me hizo tan feliz que volvieron los nervios y mis impulsos tontos. En vez de saludarlo o salir corriendo o hacer algo menos vergonosozo no,
le quise dar un beso en los labios. Obviamente el me corrió la cara.
-¡¿Qué haces?!- Dijo muy furioso.
-Perdón. Es que me gustas hace mucho-
-Pero somos hombres...-
- Eso es lo peor de todo, perdón- Segui mi camino a casa.
-Hey, no importa. Salimos igual si queres mañana.
- ¿De verdad? Genial-
- Ahora, entonces chau.
-Chau Harry.

Entonces si seguí el camino a mi casa. Al otro día fueron todos mi compañeros menos el. Lo espere toda la tarde y lo busque en los recreos aunque ya en el salón no estaba. Eso me partió el alma en dos
y mas pedazos, después de eso me hice el enfermo y me cambié de colegio, no quería volver a verlo o la vergüenza me consumiría. ¿Y _______ hizo la mitad de las cosas? Hasta el día de hoy finjo que
necesito un psicólogo para poder verlo. ¿Ella lo ama de la misma manera que yo? Claro que no. Yo lo amaré hasta que mi cuerpo sean cenizas y se las lleve el viento y en esos días mas que nunca.
Todo hasta que mi corazón deje de latir y mi cuerpo sea polvo.