Capitulo 3

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Cuando empiezan a caer las primeras hojas del otoño, sabes que el invierno anda cerca. Cuando caen los primeros copos del año, sabes que la nevada ya va a llegar. Cuando la nevada llega, todo se se queda frío y solitario...

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Mi macdre y yo llevábamos dos duras semanas de entrenamiento. Pero finalmente, ya tenía el nivel para poder entrar en la escuela. Ya no solo controlaba el hielo, sino que también lo hacía con la nieve y con el gélido viento. Ahora, mis poderes habían cambiado mucho, haciendo que fuera más fuerte, tanto en batallas cuerpo a cuerpo como en hechizoas simples. En esos momentos mi poder crecía.

***

-¡Cariño! ¡Avril!-

-¡Baja! Ha llegado algo para tí-

Esto último que dijo mi madre, hizo que dejara todo lo que estuviera haciendo y bajara rápidamente.

-¿Es lo que creo que es?-

-Mmmm... No sé, dímelo tú.-

En ese momento, mi madre sacó de sus manos una carta que decía:

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De: Escuela de Elementos Ágora.

Para: Avril Jane Adams

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-Esto no puede estar pasando, ¿es real?-

-¡Claro que sí cielo! venga ¡ábrela!-

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Estimada señorita Avril:

Es un placer para nosotros, comunicarle, de que ha ingresado en la Escuela de Elemntos Ágora.

Dónde usted, junto con muchos otros estudiantes, desarrollará estos años su poder. Esta escuela está equipada con todo lujo de detalles, para hacerle lo más confortable posible su estancia aquí. Ágora, además de ser una de las escuelas de elemntos más grandes del mundo, posee un profesorado exquisito, y un apredizaje grantizado.

Su ingreso en Ágora, se hará el próximo 1 de Noviembre a primera hora. Sin más dilación paso a despedirme.

Un cordial y afectuoso saludo:

El Director.

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Tras leer la carta me congelé.

-¡Oh dios mío! He entrado.-

-Mi madre me abrazó tan fuerte, que pensé que me aplastaba.-

-Cielo, te voy a echar mucho de menos.- Y en ese momento de los pereciosos ojos azules de mi madre cayó una lágrima.

-Vámos mamá, que solo va a ser hasta el verano, no me voy a ir para siempre.-

-Ya lo sé, solo es que te vas muy lejos...-

-¿A dónde?-

Señaló la carta, dónde como por arte de magia, un pequeño trozo de papel, mostraba el mapa del estado de Washington, y un puntito rojo se situaba al este del Monte Vernon.

-¿Washington? ¿Por qué allí?-

-La escuela allí está escondida con magia, y nadie la puede ver, aunque para llamar poco la atención la esconden cerca de Vernon.-

-Supongo que tienes razón.-

Ella se secó apresuradamente las lágrimas y se levantó de golpe.

-Pero ¿a qué esperamos? Te vas en unos días y tenemos que preparar tus cosas y el billete de avión.-

-Espera, ¿tu no vienes a Vernon?-

-Avril, tengo que pagarte el billete de avión, y todo lo que te pidan este año para la escuela, no nos podemos permitir otro billete para mí.-

-¿Cómo sabré dónde está la escuela? ¿A dónde tendré que ir?-

-Tranquila, tú iras con otro chico que va también este año a la escuela, es un par de años mayor que tú , y sabe perfectamente como llegar, irás con él.-

-¿Qué? Pero mamá, ¡no es justo!-

-No quiero más discusiones jovencita, irás con él y punto.

Mis manos comenzaron a segregar nieve fría y el salon se estaba empezando a enfriar.

-¡Avril! ¡Basta!-

Respiré profundamente y todo volvió a la normalidad.

-Se llama Jonathan, y es es del pueblo de al lado, no quiero que me rechistes más, porque mi decisión ya está tomada, anda sube y prepara tus cosas.-

De mala gana, subí las escaleras, dejando un rastro de hielo por mi paso.

"Jonathan, pronto nos veremos las caras"

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