Me desperté antes de los primeros rayos de Sol. Con todo lo que tenía en la cabeza no pude dormir más que un par de horas. Eran las 7:00 cuando salí de la habitación para dirigirme abajo, solo había un pequeño problema... No tenía ni la más remota idea de a donde me dirigía.
"Mierda, Avril"
Intenté recordar las palabras de la profesora.
"Aula 13, aula 12...¡Aula 10!"
Con mi objetivo fijado, bajé las escaleras, para volver a encontrarme con el laberinto de puertas blancas, añorando la naturaleza y la sencillez tan hermosa del Distrito 2. En ese momento me vi atrapada en las entrañas del Distrito.
Di vueltas, y vueltas y más vueltas. Habían pasado 40 minutos desde que bajé de mi habitación y ya estaba exhausta. Entonces oí un leve murmullo a lo lago del pasillo. Corrí rápidamente a través de él, pudiendo oír con más claridad la voz. Después de girar varias veces, finalmente llegué a una habitación con una placa al lado del quicio de la puerta: AULA 10. Suspiré y me recuperé tan rápido como pude antes de entrar en el aula. Finalmente abrí con sigilo la puerta, que no estaba cerrada del todo.
-¿Se puede?-
Estaba un tanto nerviosa, no solo por la cuestión de que había llegado tarde el primer día, sino por todo en general. Pude ver los tacones de punta de la profesora aproximándose a la puerta y me asusté un poco.
-¿Señorita Adams? Llega usted tarde.-
Abrió de par en par la puerta dejando ver el interior del aula, donde estaban Louis y Madison. Entré avergonzada y me coloqué al lado de ellos. Me resultó bastante raro no ver sillas por ningún lado.
"¿Qué clase de aula es esta?"
-Como ya estamos todos...- Me miró directamente a mí -Vamos a comenzar. Lo primero que vamos a hacer es recordar los cursos anteriores. Avril no te preocupes, creo que tú sabes todo esto.
La profesora sacó como por arte de magia tres expositores con latas encima, colocadas en forma de pirámide.
-Primer punto. Concentración.- Louis un paso al frente.
Podía ver perfectamente en los ojos de Louis el miedo y algo de desesperación. Este ejercicio era similar al que mi madre me preparaba en casa. Maddy agarró la mano de Louis.
-Tranquilo, recuerda cómo lo practicamos.-
Madison parece la típica hermana sobreprotectora que solo está pendiente de que su hermanito no se haga pupita.
Louis se concentró en la torre de latas y cerró un momento los ojos. Sus manos estaban temblorosas, pero eso no impidió que la colocara con un poco de esfuerzo en el frente, apuntando a las latas. Se movía sin parar hacia delante y hacia detrás. Estaba muy nervioso.
-Adelante Louis- Dijo su hermana.
Entonces una bomba de nieve salió disparada de las manos del chico, avanzó hasta las latas, pero no fue lo suficientemente potente como para derribarlas todas, en cambio 3 de las 6 latas si que lo hicieron.
-Bastante bien- Dijo la profesora mientras apuntaba algo en su libreta.
Supe entonces que el poder de Louis era la nieve, él podía controlarla en todos los sentidos, pero al igual que yo era su primer año y todavía no controlaba bien sus poderes.
-¡Muy bien hermanito!- se abalanzó contra él y se agarró a su cuello abrazándole. Louis llevaba todo el verano practicando antes de entrar en la escuela, su coraje era admirable.
-Su turno Madison-
La voz de la profesora irradiaba serenidad, no comprendía como podía estar tan sumamente tranquila. Maddy reemplazó el sitio de Louis, mientras las latas volvían a su sitio por sí solas.
ESTÁS LEYENDO
Hielo
TienerfictieEn Yakutat, Alaska, nació Avril, una chica normal a ojos del mundo. Excepto, por su fría piel y sus azules e irreales ojos. Avril tendrá que enfrentarse al duro mundo de una adolescente, hasta que al cumplir 16 años, todo saliera a la luz. La madre...