Capitulo 6

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Normalmente hacía caso omiso a los chicos populares de mi instituto, pero esto era demasiado.

-Hey Jason ¿con quién hablas?-

"Genial, la que faltaba".

Según mis comapañeros me habían informado, Julie era la chica más fuerte. Su pelo era pelirrojo, y su piel morena, sus ojos negros y amarillos eran igual de terroríficos que los de Jason, y aparentaba tener buena condición física. Julie irradiaba calidez por todos lados, al contrario que yo...

-¿No estarías hablando con el copito de nieve, verdad?-

No me sorprendió que Jason sonriera placidamente.

-Sí, no parece ser tan fragil como los demás...-

Julie se volvió hacía mí, con mirada irónica.

-Eso habrá que verlo...- murmuró.

Yo ya estaba alejada de ellos, pero no lo sufiente como para no oír su estúpida conversación.

-Hey, blanquita.-

Me levanté con intención de irme.

-¿A dónde crees que vas?-

De nuevo el estúpido de su hermano intervino, cogiéndome del brazo por un hueco de la valla.

-Suéltame-

Ellos comenzaron a reír, pero a mí no me hacía ni pizca de gracia. Ese eran unos de esos momentos, en el que con un dedo congelaba toda mi habitación, solo que ahora no había habitación...

-¿Qué es esto?- Jason apartó su brazo rápidamente de mí, pero era demasiado tarde.

Su mano estaba cubierta de espeso hielo, que poco a poco se extendía por el brazo.

-¿Qué diablos has hecho?- Julie me gritaba, mientras avisaba rápidamente a sus compañeros.

Finalmente, se lo llevaron corriendo a la enfermería.

Los ojos de su hermana ya no erradiaban ironía, sino ira...

Me congió del brazo bruscamente e intentó abatirme. Sus brazos eran fuertes, pero por alguna extraña razón no lo suficientes como para derribarme.

-¡Quietas ahora mismo!-

Las dos nos paramos en seco ante la entrada de la señora Strawford.

-Señorita Parker apártese ahora mismo de la señorita Adams, antes de que la congele a usted también. Y señorita Adams, acompáñeme.-

La profunda voz de la profesora hizo que Julie parara y se alejara, no antes sin echarme una de sus miradas desafiantes.

La profesora y yo dejamos atrás la soleada pradera para dar paso a las frías habitaciones del distrito.

Entramos a lo que parecía ser su despacho, y se sentó. Justo cuando creía que me iba a caer el sermón de mi vida, ocurre algo muy raro.

-Señorita Adams, ¿como diantres ha hecho eso?-

Me quedé perpleja ante la pregunta.

-Puede explicármelo.-

-Verá, cuando me enfadaba en casa, todo a mi alrededor se congelaba, solo que por alguna extraña razón en vez de congelarse mi alrededor, lo ha sufrido Jason.-

La cara perpleja de la profesora me asustaba, ¿sucedía algo malo? Se quitó las gafas, dejando ver sus azules ojos claros, estaba casi segura de que ella también tenía el poder del Hielo.

-Pero mi pregunta es..¿cómo?-

Me encogí de hombros a lo que la profesora se volvió a poner las gafas.

-Ni siquiera un Hielo de clase 3 tiene aún la suficiente experiencia en combate como para congelar a su oponente con el tacto, ¿cómo puede ser? Ni siquera eres de clase 1...-

Sus palabras al principio dolieron, parecía como si no creyera que fuera capaz de hacer eso.

-¡Claro que puedo hacerlo! ¿Quiere ver más?-

Me levanté de la silla y cerré los ojos como en los entrenamientos con mamá.

Coloqué mi mano en dirección a una pared blanca y visualicé, justo como mamá me había enseñado. De pronto oí un leve crujido que fue aumentando por segundos, mamá me había enseñado a seguir concentrada, sin abrir los ojos.

Finalmente cuando abrí los ojos, toda la pared, el suelo, el escritorio, la mesa la silla... Todo estaba completamente congelado. En un extremo de la habitación, asustada y conmocionada, estaba la señora Strawford.

-Dios santo... La luz-

Estaba a punto de preguntarle qué era eso, cuando la profesora corrió apresurada hacia la puerta la abrió y simplemente se fue...

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