Capitulo 4

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Y después de la gran nevada, todo se queda en silencio...

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Y al fin, llegó el tan esperado día, el día en que ingresaría en Ágora había llegado, 1 de Noviembre.

Mamá y yo nos habíamos pasado días empaquetando y desenpaquetando y volviendo a empaquetar, hasta que todo quedó perfecto. Después, estubimos horas repasando la lista de cosas necesarias para el curso, y finalmente aquí estamos, el día esperado, el día del ingreso.

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-¡Avril, rápido!-

-¡Ya voy mamá!-

Yo aún estaba sentada en mi cama, contemplando mi habitación vacía, que por estos meses se iba a convertir en la sala de yoga de mamá. No me podía creer todo lo que había pasado en tan solo un mes, era raro y a la vez fantástico, aunque realmente me apenaba mucho dejar a mi madre, mi casa, mi amiga, mi vida... Ahora tenía que concentrarme en Ágora, anque todavía no estaba seguro de ello.

-¡Avril!-

Bajé las escaleras dando un último vistazo a mi casa e intentando que se me quedara grabada  en mi cabeza, para que no la olvidara. Cuando bajé las escaleras, ni siquiera me había dado cuenta de que había visita.

-Cielo, te presento a Jonathan Windsor, tu guía hasta Mount Vernon.-

Cuando mis ojos se posaron en Jonathan, estos se derritieron. Ante mí, un guapísimo chico de 18 años, moreno y con un increíble y precioso pelo marron, y sus ojos... te ipnotizaban.

-Encantado, me puedes llamar Joe.-

Ni siquera oí lo que había dicho, tan solo podía mirar a sus ojos verdes perfectos.

-Avril..- me susurró mamá, haciendo que volviera en sí.

-Oh, so-soy Avriñ, encantada.-

-¡Madre mía, mira que hora es!, corred o perderéis el avión a Seattle.-

Jonathan corrió hacia el taxi que había en la entrada, junto con mi pesada maleta, mientras yo me despedía de mi madre.

-Mamá, te quiero, y quiero que estes bien y que no hagas locuras.-

-Yo también te quiero, llámame todas las semanas, y nunca pierdas de vista a Jonathan, todas se le tirarán encima.-

Las dos reímos mientras abracé fuertemente a mi madre.

-¡Adios mamá!-

Me apresuré y subí al taxi enseguida, dejando atrás el pequeño pueblo en el que me había criado.

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En menos de lo esperado, llegamos al aeropuerto, donde tomamos el primer avión con destino a Seattle.  Aunque parecía que mi acompañante no tenía muchas ganas de hablar, el viaje en avión, se me hacía muy largo y tuve que intervenir.

-Y bueno ¿cómo es la escuela?-

Él giró su preciosa cara lentamente hacía mí.

-Está al este de Vernon, escondida entre dos grandes montañas. Se divide en 5 distritos...-

-Espera, espera...¿qué? ¿se separa?-

Él comenzó a reírse.

-Todos los poderes son distintos unos de otros, así que a cada uno de los poderes, recibe una instrucción diferente, muchos de dichos poderes, si se mezclan pueden ser peligrosos tanto para ellos mismos, como para los que los rodean, pudiendo crear catastrofes, por ello, los distintod dones, solo se pueden ver una vez al año, en el rim.-

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