Allí estaba yo, rodeada de hielo y frío por todas partes, sola en una habitación de la que la señora Strawford había huído a toda prisa. En ese momento todo estaba en silencio, un silencio mudo y escalofriante. Tenía miedo. Miedo de lo que podría haber hecho, miedo de a donde habría ido la profesora, pero sobre todo miedo a mí misma, ¿era rara? ¿diferente? ¿era eso malo? No lo sabía, y no me iba a quedar allí de brazos cruzados sin averiguarlo.
Me levanté del resbaladizo hielo y salí por la puerta llegando a un largo pasillo. Al principio me bloqueé, no sabía hacia donde ir ni a quién acudir, la imagen de Jonathan apareció de la nada en mi cabeza. Rápidamente recorrí todos los largos pasillos hasta llegar a una salida familiar, la puerta hacia la pradera.
Mis pasos eran apresurados y rápidos, en ese momento el pánico me invadió.
-¿Avril? ¿A dónde vas?- Gritó Madison mientras subía colina arriba.
Ni siquiera bajé la mirada, tenía demasiado miedo. Al llegar arriba junto al árbol me apoyé en él para poder recuperarme, mientras, observaba mis posibilidades.
"Distrito 2, distrito 2..."
Miraba de un lado a otro intentando visualizar el patio del distrito 2.
"Ahí" Estaba en las primeras filas, muy apartado de mi distrito, aunque supongo que me daba igual, debía llegar hasta Joe lo más rápido posible.
Cerré los ojos y por un momento visualicé la valla del distrito Fuego.
"Ahora o nunca"
Puse mi pie en un hueco y mis manos agarraron con fuerza la caliente valla que como pude observar, estaba hecha a prueba de Hielo. El dolor era bastante fuerte, pero el pánico era mayor.
Mi respiración era casi imposible y mi pecho se hundía cada vez más, pero por fin pude saltar la valla.
A lo lejos, en la puerta de mi distriro Madison y Louis gritaban a pleno pulmón mi nombre, aunque yo no me detuve.
Pronto, en el distrito Fuego se percataron de mi presencia y corrienron a mi caza, mientras, yo corría hacia la siguiente valla.
Ya estaba en la valla del distrito Fuego, cuando Julie llena de ira tiró de mí todo lo que pudo. Mis fuerzas estaban a pique de acabarse, aunque aún conservaba algo de energía. La cogí del brazo todo lo fuerte que pude haciendo que se apartara rápidamente, supongo que temía que la congelase también a ella. Mientras, yo seguí cruzando vallas hasta que por fin llegué a un extremo del distrito 2.
Llegué casi sin respiración, aún así seguía aterrada, seguía llena de pánico. Varios de ellos se acercaron a mí, estaba tan agotada que lo veía todo borroso, los sonidos eran cada vez más insonoros y se me nublaba la vista. Pero a pesar de ello, pude ver una borrosa imagen del que parecía ser Joe. Me agarré a él todo lo que pude mientras poco a poco cerré los ojos.
Al principio, todo estaba borroso, poco a poco se fue viendo más claro.
-¿Joe?- susurré con un hilo de voz.
Una tenue voz se acercó a mi y me cogió de la mano.
-Tranquila estoy aquí-
Al oír su voz fue como si callera en un lecho de rosas, todo el esfuerzo había valido la pena tan solo con escuchar su dulce voz.
Me froté los ojos, pudiendo ver la cara de Jonathan a la perfección.
-¿Qué ha pasado?-
Miré a mi alrededor, todo era acogedor, había una pequeña chimenea y una ventana grande con la que se pocía ver la pradera. El suelo era de madera oscura y las paderes parecían estar hechas con miles de enredaderas, era precioso.
-Avril, has sufrido un ataque de pánico, estas en el Distrito 2-
Me incorpore lo más rápido que pude e intenté recordar.
-¿Y la señora Strawford?-
-Estarán aquí en una hora-
-¿Estarán?- Joe bajó la mirada -Avril, has cruzado cuatro distritos, has cruzado las vallas y has atacado a una integrante del distrito fuego.-
Me llevé las manos a la cabeza y miré al techo.
-Todo eso fue por el ataque, no me pude controlar, en ese momento solo quería...verte-
Jonathan avanzó hacia mí y me abrazó. sus fuertes brazos me empujaron contra él, haciendo que me sintiera cálida por una vez en mi vida.
-Gracias- susurré-Gracias por esto, gracias por todo.-
Joe me soltó poco a poco y se apartó.
-Debo irme, empiezan las clases, pero quédate aquí pronto vendrán a buscarte.-
-Joe ¿cuando te volveré a ver?-
Pero él ya había salido. Me quedé sentada en una esquina, abrazada a mí misma, esperando...
Poco tiempo despues, que a mí me pareció una eternidad, llamaron a la puerta. Y la fiegura de una mujer apareció por la puerta.
-Seórita Adams- En efecto, la profesora Amèline estaba en la puerta, aunque yo me quedé unos minutos mas observando el paisaje de la pradera.
-Señorita Adams- se acercó a mí y me cogió del hombro.
-Por favor acompáñeme-
Me di por vencida y me levanté lentamente con la cabeza agachada. Salimos de la gran habitación y dimos a otra sala en la que varias personas estaban reunidas en círculo, esperándonos.
"Muy buen primer día Avril, muy buen primer día..."
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Hielo
Ficção AdolescenteEn Yakutat, Alaska, nació Avril, una chica normal a ojos del mundo. Excepto, por su fría piel y sus azules e irreales ojos. Avril tendrá que enfrentarse al duro mundo de una adolescente, hasta que al cumplir 16 años, todo saliera a la luz. La madre...