Capítulo 5: La Invitación

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Horas después...

En su habitación Harry habla con su madre respecto a lo de su dolor sobre su desaparecido padre.

-Han pasado años y en el fondo sigo con el dolor- dijo Harry de un modo depresivo.

-Hijo, estuve pensando en algo- le dijo su madre.

-¿En qué estabas pensando?- preguntó Harry de una manera muy curiosa.

-Todos los años sufres y sufres, no has pensado en hacer algo para superarlo- preguntó su madre.

-Tienes algo de razón- afirmó Harry.

-Hablo en serio, cada vez que observas algo que te recuerda aquel terrible acontecimiento, tú solo te asutas por algo que ya pasó y algo que puedes tomar en cuenta es simplemente...- dijo su madre regañándolo.

-Un segundo, ya se a dónde quieres llegar- interrumpió Harry.

-Me parece bien, entonces sabes el rumbo que tomará esta conversación- afirmó su madre.

-Mamá, ninguno de los dos estas 100 por ciento seguro del porqué se fue, no hay ni una foto,  rastro, ni siquiera un cadáver para saber si está muerto- insistió Harry.

-Tal vez tienes razón, tal vez yo tengo razón, tal vez ninguno...- dijo la madre.

-Mamá- dijo Harry en voz alta.

-Bien, quieres seguir sufriendo por algo de lo que nadie está seguro, bien, sufre entonces- dijo la madre molesta.

Luego le jaló la oreja.

-Aaaahh- dijo Harry con mucho dolor.

-Eso es por alzarme la voz- dijo la madre de una manera calmada.

-Okay perdón- dijo Harry.

Harry sale de su casa.

Horas después...

Harry y Emily se encuentran en una cafetería, no es muy grande, es mediana, tiene paredes y techo de mármol, en una de las paredes al costado de la puerta al baño, hay 6 cuadros sobre distintos personajes y canciones: uno sobre el Che Guevara, otro sobre Nat King Cole con su canción Unforgettable, otro es un poster de la película Metropolis, otro de la canción Tequila de la banda The Champs, otro con un símbolo de la unión soviética y el último era sobre Blade Runner, la película de Ridley Scott; las vitrinas con distintos bocaditos: Keke de Manzana, Pie de Limón, Donas, Dulce de Durazno, Pastel de Acelga, entre otros más, colocados al costado de la pared evitando el paso de los clientes en donde era obvio que el mostrador no alcanzaba, atrás de esta vitrina hay una puerta que es el acceso a la cocina, al lado de esta puerta hay una mesa rectangular pegada a la pared donde hay una licuadora, wafflera, caño, 3 cajones donde hay cucharas, tenedores y cuchillos respectivamente, las mesas se encuentran cerca a una ventana que da a la calle, hay 6 mesas, 3 de estas están justo al lado de la ventana, cada una con 4 asientos, otras 2 cerca de los cuadros solo que en lugar de sillas hay sillones, y la otra mesa que está exactamente al frente de la mesa cerca al baño, es en realidad una barra, con 4 sillas.

Harry y Emily se encuentran sentados en una de las mesas donde los asientos son sillones viendo la televisión que se encuentra arriba y al costado de la caja.

Se muestra un comercial sobre un circo.

Emily mira  preocupada a Harry.

-Harry, te llevo a tu casa- preguntó Emily.

-Estuve pensando en algo que dijo mi mamá y creo que tiene toda la razón- dijo Harry

-Creer que tu padre te abandonó- preguntó Emily

-No, me lo dice tantas veces que ya me acostumbre a que me lo dijera- dijo Harry

-Bueno, no has pensado en ir al circo- dijo Emily

-No vine a este mundo para sufrir- dijo Harry

-No has intentado superar eso- dijo Emily.

-El miedo es inevitable, le tienes miedo a las cucarachas, yo al circo, aunque no es exactamente miedo- dijo Harry.

-Entonces que se se supone que es- pregunto Emily

-Es cuando ves un lugar y ese lugar te trae tus recuerdos dolorosos, pero bueno, nadie es perfecto- dijo Harry.

-No digo que no seas perfecto, nadie lo es, pero realmente no pasa por tu cabeza superar eso- pregunto Emily.

-La verdad no, solo es un mal recuerdo y nada mas- dijo Harry confiado.

-Eso me hubiera gustado pensar cuando fuimos a ver esa película- dijo Emily con sarcasmo.

-Sabes que, esta vez lo veré, iré al circo- dijo Harry retando a Emily.

-Bueno, esperemos que sea verdad- dijo Emily dudando.

-Sí, aunque pensándolo bien, debo esperarme un año ya que como acabas de ver en el comercial, las entradas ya estaban agotadas- dijo Harry.

-No te preocupes, yo tengo 2 entradas puedo decirle a mi amiga que ya no vaya, y como tú dices, mejor decirle la verdad yo misma antes de que algún idiota se la cuente a su manera, distorsionándola y haciéndome ver como alguien horrible en el interior- dijo Emily.

-Vaya, es muy cierto eso de que todo en la vida es una coincidencia, mier..., digo que bien- dijo Harry.

-En serio- preguntó Emily.

-Es como las películas o los libros, muchas de las cosas que mueven la historia son prácticamente puras coincidencias- dijo Harry.

Ambos se rieron.

- Y bueno, cuando es- preguntó Harry.

-Mañana- dijo Emily.

-Mierda, digo, suena fantástico- dijo Harry,

-No te preocupes, todo saldrá bien- dijo Emily.

-Normalmente en las películas cuando dicen todo saldrá bien, al final todo sale mal- dijo Harry  algo asustado.

-Esto no es una película, tampoco es un libro, esto es la vida real, no te preocupes- dijo Emily.

-Cuando dices no te preocupes, haces que me preocupe más, es como cuando dices sin ofender, y se ofenden más, o no le hagas caso, y le haces caso, es muy contradictorio- dijo Harry.

-Naturaleza humana- dijo Emily.

Emily y Harry se ríen a carcajadas.

-No te duermas- dijo Emily.

-Te prometo que no lo haré- dijo Harry

El Circo de la LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora