Capítulo 4: Un Conflicto Interno

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Era casi la medianoche, Harry estaba en su habitación, exactamente en su cama, llorando sin cesar, ya que recuerdos muy trágicos le venían a la mente y no lo dejan descansar, era como al ver una simple escena en una película inofensiva, así es, inofensiva aunque se trate de una película de terror, pero en fin, es bastante curioso como algo tan simple que va desde una carpa de circo hasta una simple hoja caída de un árbol en época de otoño, en pocas palabras como un pequeño objeto muy, pero muy inocente puede traernos un viejo dolor a abrirnos una herida que creíamos cerrada, la sensación es muy mala, el retorno de aquel sentimiento que en aquel momento te destruyó hasta el último fragmento regrese a destruir lo que con el tiempo habías podido volver a construir, algo así sufría Harry.

Emily ya se había ido a su casa, al costado se encontraba su madre, viéndolo con dolor, cuidándolo sin saber como ayudar a que se le pasase el dolor, no hay dolor más grande que esos momentos donde en un momento muy crítico simplemente no sabes que debes hacer, temiendo cometer algún error que empeore aún más la situación, o quizás puede ser peor ver y simplemente no hacer nada, con el temor antes mencionado, aquel sentimiento lo sufría la madre, quien preocupada veía a como su hijo sufría por aquellos dolorosos recuerdos que estaban volviendo a destruir su mente.

En ese mismo momento Harry veía con dolor una vieja foto de él con un hombre adulto de una edad cercana a la de su madre, obviamente se deducía que era su padre.

Harry entonces evoca un viejo recuerdo:

"Cuando él era niño, maso menos a los 9 años, él iba con su padre a un lugar muy peculiar a pasar un tiempo padre e hijo; su padre trabajaba en un circo, él era básicamente el que se encargaba de muchos de los efectos especiales que se observaban ahí, él construía esas máquinas, como por ejemplo las máquinas de humo, que ayudaban a tapar de la vista del público del proceso de cambio de escenario  de cada acto, y eso no era todo, también supervisaba que todo estuviera perfectamente en orden antes iniciar cada acto, y finalmente aunque él nunca salía en ninguno de los actos, para el circo en general, él era como un miembro más, los trapecistas, el payaso, los enanos, los malabaristas y el sujeto que sale disparado de un cañón sin tener ningún rasguño, Harry no veía muy seguido a su padre, ya que trabajaba en el circo todo el mes. Así fue durante 5 años, hasta que una noche lluviosa, su padre corrió desesperadamente al circo, sin decir el porqué, Harry se lo tomó de una manera muy calmada, debido a que este solo veía 2 días al mes; sin embargo conforme pasaron los meses, comenzaba a perder la esperanza, hasta que 1 año después perdió esta y sintió el abandono por parte de su padre, durante 1 año era atormentado por ese sentimiento de decepción, su madre se quejaba del abandono de su padre, era como si simplemente hubiera desaparecido sin dejar algún rastro, diariamente decía que se había obsesionado con el circo y que prefirió irse con un maldito circo que críar a su maldita familia, también decía que el circo era según él el único sitio donde sentía que en verdad apreciaba su trabajo y que si era muy útil, pero ella lo decía, y como nos enseño la filosofía, nadie puede estar seguro de nada, la interrogante tenía tantas posibles respuestas que era prácticamente imposible saber cuál era la correcta".

Al día siguiente...

Harry realiza sus actividades diarias como si nada hubiese pasado.

El Circo de la LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora