Capitulo 6.

1.1K 99 9
                                    

Percy salió de mi campo de visión luego de tomar sus cosas e irse. De cierto modo tenía cierta incomodidad que no sabría cómo describirla.

No es como si realmente me afectara, me sorprendió mucho en cierto grado saber que tenía novia cuando siempre lo veía coquetear con cualquier chica en los pasillos. Me daba pena la chica que fuera su novia, su chico a simple vista era un holgazán, engreído, patán y un completo idiota.

Sin embargo tengo que admitir que nunca espere verlo sonreír de esa manera. Cuando contestó su celular tenía una sonrisa de oreja a oreja muy, se veía feliz.

Negando con la cabeza termine de recoger mis cosas y me marché de ahí, me despedí de la tía Hestia y me dirigí a mi hogar por fin. Después de que Jackson se había ido continúe con mi estudio, y estaba organizando unos documentos que temprano me había dado el Sr. D.

Pasaron al menos como veinte minutos para terminar todo y ya estaba en camino a mi casa. Todo iba pacíficamente, mi calle estaba dos cuadras después de la zona negra.

Al principio cuando empecé a tomar este camino de regreso a casa realmente tenía miedo de lo que pudiera pasar, pero con el tiempo aprendí a sobre llevarlo. Además yo sabía defensa personal. Sabría defenderme si algo llegaba a pasar.

Caminaba hundida en mis propios pensamientos, sucesos que ocurrieron en el día se colaron en mi mente, uno en específico logro inquietarme; ¿Por qué Leo no me había dicho que tenía una supuesta novia? o ¿Por qué él no me había mencionado nunca nada similar?

Era la única que parecía no saberlo. Y sí que me dolió; seguí inmersa en mis pensamientos mientras caminaba a paso lento, las manos me picaban con curiosidad, quería oírlo, quería escuchar la voz, de Leo.

Mi teléfono comenzó a sonar en mi bolsillo y sentí un vuelco en el estómago cuando vi el nombre de Leo en pantalla. Conteste la llamada sin saber con exactitud qué decirle, pero vamos, ¿Por qué el destino tenía que ser así con ella?

—¿Annie?

—Hola, ¿Sucede algo?

—Veras..., Te noto algo extraña desde ayer, y decidí ir a verte más tarde. ¿Te parece bien?

Suspiré levemente y sentí que alguien me observaba, seguía en la zona negra así que tenía que darme prisa si no quería que me sucediera algo.

—Sí, está todo en orden. Solo..., -negué con la cabeza- luego hablamos ¿Si?

Del otro lado de la línea solo había silencio, había comenzado a morder su labio inferior por los nervios, sentí haber visto una sombra.

—¿Ok? Annie, te noto extraña ¿Voy a tu casa más tarde?

—Sí, hablamos más tarde.

Y sin siquiera escuchar una respuesta, colgué la llamada, tenía que darme prisa, había algo que me tenía los nervios de punta. Ni siquiera sabría describirlo, ¿Había sido mi conversación con Leo?

Eso realmente había sido incómodo, incluso para él. ¿Por qué cuando se trataba de Leo todo era así?

De un momento a otro unos brazos me rodearon por el cuello, mi grito fue ahogado tras ver cómo pusieron enfrente de mi un arma. Mis ojos se cristalizaron en el momento en que sentí como la presionaban en cien. ¿Por qué las chicas teníamos que pasar por cosas así solo por caminar en las calles anocheciendo? Estoy sola, y presa del pánico.

Mi respiración se volvió entrecortada y todas las clases que tome de defensa personal no venían a mi mente. Tenía miedo, y aunque quería, no podía gritar.

𝓒𝓸𝓻𝓪𝔃ó𝓷 𝓭𝓮 𝓬𝓻𝓲𝓼𝓽𝓪𝓵.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora