Capítulo 3

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Observe de reojo a la rubia que se encontraba al lado de Leo, ella realmente parecía estar en un pequeño delirio mental. Cómo si la simple petición del profesor fuera un fastidio.

Ruedo los ojos y observó cómo ella asiente en respuesta a lo que ha dicho el profesor, puedo incluso asegurar que ella no quiere ni acercarse a mi. Lo cual me parece algo ilógico.

Volteo unos breves segundos en mi dirección y le regalo una sonrisa socarrona llena de burla. Ella frunce el ceño y devuelve la mirada al frente.

¿Qué sucede chica lista?

Hay algo en su mirada que me causa cierta incomodidad, e incluso molestia. Sus ojos son de un iris gris, tan caótico como el de una tormenta que destruiría con todo a su paso. Su semblante serio y tan recto me hace pensar que quizás solo es una estirada con mal carácter.

Cuando parte de las clases ya han sido culminadas me dirijo junto con mis amigos a la cafetería donde nos sentamos todos juntos en la misma mesa.

Los minutos pasan rápido, incluso aquella rubia se sentó con nosotros y plática con cierta timidez con Hazel y Piper, luego de ello, siento como Jason tiene la mirada puesta en mi. El me mira con burla, y comprendo que quizás estaba observando mucho a la rubia.

Jason me mira una sonrisa en el rostro muy insinuante.

—¿Qué? —Le digo alzando el mentón retándolo con la mirada.

El niega con la cabeza, fingiendo inocencia.—Nada, absolutamente nada bro.

Alzó una ceja incrédulo, eso no se lo creía ni el mismo.

En eso Leo a mi lado se recuesta en mi hombro. —Percy, hermano, cualquier cosa que hagas, no hagas enojar a Annabeth. Si quieres vivir hazme caso. —dijo susurrándome.

Alcé una ceja con incredulidad. —¿Y qué si la hago enojar? Solo es una estirada, no es la gran cosa. —dije, todos en la mesa incluso ella me voltearon a ver. Quizá había hablado muy alto.

—¿De qué hablan chicos? -pregunta Hazel con inocencia.

—Valdez me dice que no haga enojar a la rubia porque me puede ir mal, lo cual es ridículo porque a leguas se ve que es como esas rubias huecas. ¿Qué podría hacerme una estirada? ¿Arrojarme un libro? —dije con burla, Leo a mi lado se tenso.

La rubia me mira con una ceja levantada y me mira con desinterés, su ceño se ve relajado, aunque a mí lado, Leo palidece sin razón aparente.

De la nada ella sonríe, quisiera decir que esa chica era fea, o muy simple, pero siendo honestos, no solo tenía un cuerpo de infarto, su mirada era tan atrayente que por un segundo sentí que me robaba el aliento.

—¿Rubia estirada con mal carácter? —pregunto con una ceja alzada.— "esta" rubia estirada hará que hasta un sesos de alga como tú pueda hacer fracciones de nivel académico universitario con algo de esfuerzo, aunque con la pinta que te traes, dudo que apenas sepas cuándo es dos más dos.

Ahora soy yo quien tiene una ceja levantada, Hazel y Piper trataban de calmar las cosas, Jason y Frank solo seguían observando con interés la pequeña disputa que se está creando, nunca antes nadie me había hablado de esa forma, mucho menos una chica, Nico estaba siendo Nico y observaba sin interés alguno, Leo a mi lado puedo jurar que incluso trago hondo cuando me vio soltar una pequeña risa entre dientes.

—Eso lo veremos, no prometo hacerte fácil las cosas. —solté negando a la nada.— nunca antes alguien me había hablado así, muchos menos alguien como tú listilla.

Soy malo poniendo apodos, de eso no hay duda pero en estos momentos no me importa mucho que digamos.

—Pues ya era hora de que alguien lo hiciera sesos de alga. —Antes de responderle ella me interrumpe.— Ahora, levanta tu trasero que tenemos mucho que hacer, mientras más rápido te pongas al corriente más rápido me libraré de tu indeseada existencia.

𝓒𝓸𝓻𝓪𝔃ó𝓷 𝓭𝓮 𝓬𝓻𝓲𝓼𝓽𝓪𝓵.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora