Percy.
Había pasado al menos un mes después del último suceso, Annabeth se encontraba ocupada la mayoría del tiempo y eso significaba que casi no pasábamos tanto tiempo juntos, lo cual, no me molestaba, solo me encargaba de traerla y llevarla desde el instituto a su casa y viceversa.
Todo parecía normal, de hecho, todo estaba más que bien, fuera del hecho de que empezaba a pensar, de que tal vez ya no había necesidad de fingir.
Le estuve dando vueltas al asunto y.., el tal Luke no mostró nunca ni una seña de que quería dañar a Annabeth, el chico parecía simplemente ignorarlos y ya.
Y eso me hacía pensar que tal vez.., debería hablar del tema con ella, y acabar su supuesta relación.
Y no es porque me desagrade estar con Annabeth. Simplemente, no quería seguir sintiendo esa rara sensación que tenía al verla, mucho menos preocuparme inconsistemente de que durmiera o comiera lo necesario.
Pero, serian cosas de las que me encargaría después. Caminaba sin rumbo fijo, hasta que termine por un pasillo, que daba a unas escaleras.
Subí las escaleras, hasta que llegue a una puerta, está parecía no tener seguro, así que gire la manija, y efectivamente, no tenía el seguro puesto, entre, y tal parecía, se encontraba en la azotea del instituto, la vista que se mostraba ahí era más que sorprendente, y justo cuando me iba acercar más adentro, me detuve en seco, mi cuerpo entro en modo automático y me escondí entre unas cajas viejas que se encontraban ahí.
Justo ahí, de rodillas se encontraba Leo, quién abrazaba a nada más y nada menos que a Annabeth, sabía perfectamente que Leo y Annabeth eran mejores amigos, pero, siempre supe que Annabeth sentía algo más por su mejor amigo.
Más que fuera, por la forma en que lo miraba, o el como reía cuando el hacía algo estúpido, o simplemente.., o simplemente parecía cambiar de personalidad cuando se trataba de Leo.
Annabeth se encontraba llorando, lo sabía por la forma en que sus hombros se movían hacia arriba y hacia abajo, y por como Leo acarisiaba su cabello y espalda a modo de consolación.
Me detuve a observar la escena unos minutos más, y cuando decidió que no valía la pena seguir viendo, Annabeth salió del pecho de Leo y levanto la mirada solo para verlo, sentí una extraña sensación desagradable por como tenían una muy cortante separación en sus rostros. Solo unos milímetros, y ambos podrían unir sus labios.
Se fueron acercando cada vez más lentamente, el rostro de Annabeth era todo un dilema, y ahí, fue donde no resistí más.
Di media vuelta, y me largue de ahí en silencio.
Pasaron los minutos, y ya me había largado del instituto, total ya no tenía clases, solo estaba esperando a Annabeth, pero en vista de que estaba ocupada, decidí marcharme de ahí.
_____
Annabeth.
Busque a Percy por todo el instituto y no había rastro de el, le marqué varias veces y nada que atendía el teléfono.
Estaba maldiciendo en silencio, realmente estaba empezando a preocuparme mientras marcaba una vez más al celular de Jackson.
Del otro lado de la línea contesta, el aire vuelve a mis pulmones y luego me pongo eufórica.— ¿Se puede saber porque mierda no contestabas el maldito celular? -solte furiosa furiosa.
—Ahmm ¿Quién eres? -dijo una voz femenina al otro lado de la línea.
—¿Es ese el celular de Perseus Jackson? — Pregunte dudando de si me había equivocado de número.
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𝓒𝓸𝓻𝓪𝔃ó𝓷 𝓭𝓮 𝓬𝓻𝓲𝓼𝓽𝓪𝓵.
Fanfiction- ¿Y que si estoy jodido? -Exclamo Percy- Que este en la oscuridad no significa que no quiera salvarte de ella. Estamos jodidos, Annabeth, pero nos tenemos al otro, somos tu y yo. ¿No era lo que decías? La mirada que Percy me dirigió me erizo la pie...