Capítulo 8

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Estaba empezando a creer que era la mala idea toda esta cuestión de las tutorías con Percy pero ya era muy tarde para retractarme, el camino a su casa fue en silencio. Estaba tan cansada que realmente no estaba pensando muchas cosas solo quería qué el día terminará.

Sabía que él me estaba mirando de reojo cada tanto provocando algo de tensión en el ambiente, realmente nunca había detallado mucho a Percy fuera de el pensamiento que tenía sobre que era un chico problemático, pero justo ahora mirandolo de rojo cuando no se da cuenta puedo admitir que es realmente atractivo.

Toda tensión en ello se esfumó cuando él hablo; su voz profunda se calo en mi piel y en mi estomago se instaló una rara sensación.

—La verdad, últimamente he estado algo cansada, y quiero realmente llegar temprano mañana a casa y descansar. -respondí, anteriormente él me había preguntado él porque de adelantar todo ese día.

Él asintió comprendiendo.—Bueno, preparare café, lo necesitaremos. -dijo sonriendo.

Alcé ceja con incredulidad—¿En serio sabes preparar café?

—¡Cualquiera sabe preparar un café! -exclamo él llevando una mano a su pecho dramatizando. Aquello nos saco una carcajada.

—Con tal y no quemes la casa, todo bien. O por si acaso, lo haré yo. -dije encojiendose de hombros.

— ¿Estas loca? ¡Capaz y le hechas veneno y me muero! -dijo con horror.

Reímos por su comentario, y el resto del camino fue en silencio.

Luego de un par de minutos llegamos a una casa de tres plantas de color azul marino con blanco. Jackson estaciono él auto en la cochera y procedimos a bajarnos. Las luces estaban encendidas, por lo que supuse que sus padres se encontraban.

—Mi mamá y mi padrastro salieron a cenar, creo que no llegaran a dormir , y si lo hacen, no habrá problema -dijo sacándome de duda como si me hubiera leído la mente.

En él momento en él que puse un pie dentro de la casa, sentí algo extraño en el estómago, una sensación a la que no sabría que nombre ponerle. Mire a mi alrededor, y note que él ya tenia todo preparado, la sala era grande y acojedora al mismo tiempo. Mire la mesa de vidrio bajita en el medio de la sala de estar y note como estaban las cosas de Percy en un desorden al que quizás el llamaba orden.

—Sientete en casa, y ponte cómoda, y con eso me refiero a que si quieres quitarte los zapatos, hazlo. -dijo saliendo de la sala dirigiéndose a quien sabe donde.

—Como ordene anfitrión. -dije sonriendole al lugar por donde había desaparecido Percy.

Trate de relajar los hombros y como él sugirió, me quite los zapatos y los deje a un lado del sofa. Saqué mis cosas y en eso libere mi cabello por fin de la liga que estuvo sosteniendolo por horas.

Casi nunca usaba él cabello suelto para estar en clases, solo en casa o cuando alguna reunión lo ameritaba. Él olor a café recién hecho inundo mis fosas nasales, enfrente de mi se encontraba Jackson observandome fijamente con dos tazas de café en las manos.

—¿Tengo monos en la cara? -pregunto el con una media sonrisa.

—No que yo sepa. -respondi rápido encojiendose de hombros.

Me extendió una de las tazas de café que recibí gustosa.

—¿Seguro que no pusiste veneno en él café?

—Ni que me llamara Annabeth. -Dijo en tono de broma.

Sonreí mientras tomaba lentamente el café a sorbos pequeños, seguía caliente.

𝓒𝓸𝓻𝓪𝔃ó𝓷 𝓭𝓮 𝓬𝓻𝓲𝓼𝓽𝓪𝓵.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora