Capítulo 9.

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Annabeth me dedica una leve sonrisa mientras se da la vuelta y camina hasta la puerta de su casa. No dure mas de cinco segundos observando su silueta desde él interior del auto cuando ya he arrancado, tomando rumbo a mi casa una vez más, apenas llegué mi tiempo se gasto en una leve ducha, alistarme y tomar mi mochila. Él camino es breve, él intituto no quedaba tan lejos de mi casa, y en auto ahorraba mucho tiempo, estacione tranquilamente él auto mientras observo como ya muchas personas están llegando, otras simplemente se encuentran en grupos y hablan animadamente.

Apenas he puesto un pie fuera y observo como a mi lado él auto de leo se estaciona justa al lado del mío, él chico se baja relajadamente con su sonrisa deslumbrando, mi vista se fija en algo directamente, mas por instinto que por cualquier cosa, rastreo como una familiar melena rubia se asoma por la puerta de copiloto.

Las ojeras en su rostro no impiden que se vea linda, recogió como siempre su cabello en una coleta baja de lado, Annabeth siente mi mirada, lo sé, porque inmediatamente miro en mi dirección, Leo se acerca a mi y me saluda con un suave golpe en la espalda. Mi ojos no se han despegado de los suyos. Y de alguna extraña manera, siento como si caminara en cámara lenta hacia donde me encuentro con Leo.

Ella rompe él contacto visual cuando le sonríe a Leo.

—Dejaste un cuaderno en él auto -dijo ella teniéndole dicho objeto al latino.- Hola otra vez Jackson. -me saludo con una pequeña sonrisa.

—Hola otra vez Chase. -conteste con la misma sonrisa.

—¿Otra vez? -dijo Leo confuso.

—Ahmm..-

—Annabeth se quedo en mi casa ayer, adelantamos la tutoría de ayer y hoy porque ambos queríamos este día libre, recién mas temprano la deje en su casa.

Annabeth solo asintió con la cabeza, fuera de eso, él latino abrió los ojos como platos.

—¡¿Fue a tu casa?! -exclamo- nunca antes ninguna otra chica ha ido, ni siquiera Rachel.

Oh mierda. ¿Porque tuvo que revelar tal cosa este estúpido?

Mire a Annabeth de reojo, ella parecia no estar prestando mucha atención. Carraspeé bajo y desvíe él tema.— Si como sea, escuche que tu papá esta en casa Leo.

No muy convencido por él cambio de tema entendió a la perfección él mensaje oculto, ella no tenia porque enterarse. Ahí él mensaje oculto.

Y con una breve conversación salida del tema inicial cada quien tomo rumbo a hacer sus cosas.

Las horas pasaban lentamente, los ojos le pesaban, y a su lado, Annabeth parecía apunto de caerse del sueño literalmente.

—¿Todo bien? -le pregunto.

Ella se reincorporó en su asiento y se tallo los ojos.—He estado peor.

—Uhmm.

—Oye.

—¿Que sucede?

—¿Es sierto lo que dijo Leo en la mañana?

Oh, mierda.

Cerro los ojos fuertemente por unos segundos, al abrirlos solo le observo de reojo.—Sí, si es verdad.

—¿De verdad ninguna chica ha ido a tu casa antes? -los ojos de la rubia parecían querer salirse de sus cuencas. Sentí que mi cara ardía.

—Sí, pero olvidalo, no es como si tuviera importancia.

Aquello ultimo salió mas brusco de lo que pense, Annabeth me observo con una mirada completamente desconocida para mi, devolvió la mirada en frente y no dijo nada mas. Trate de agregar algo más para aligerar el ambiente, pero solo empeore las cosas.

𝓒𝓸𝓻𝓪𝔃ó𝓷 𝓭𝓮 𝓬𝓻𝓲𝓼𝓽𝓪𝓵.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora