La voluntad de ser humano

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Los siguientes días fueron muy ajetreados, pero la verdad era que se sentía en paz con él mismo. El caos en su cabeza aún existía, pero se había calmado, pasando de ser una feroz tormenta a sólo una llovizna.
Se vio en la necesidad de disculparse con su familia quienes de inmediato también se disculparon con él, nunca fue su intensión preocuparlo, le explicaron que el año pasado ellos se habían comprometido ha hacer la fiesta de Navidad en su casa, sin embargo, debido a los radicales cambios en su vida (que incluía el cuidado de él, su sobrino),  se habían metido en problemas con familiares y amigos al tener que cancelar los planes de todo un año, los cuales ya incluían algunos vuelos de avión y reservaciones. Marcus se encargó de avisar y mandar disculpas personalizadas a cada uno, por lo cual sé encontraban muy malhumorado por esos días. Los padres de Dayan también habían reclamado e insistido en ir, pero ellos se negaron ya que tenían sus prioridades de con quién pasar esas fechas. Ya todo estaba aclarado con ellos, lo que le permitió sentirse otra vez cómodo con ellos, no había sido su culpa o al menos no de todo, se dijo a si mismo.
Posteriormente se disculpó con la Doctora Monroy. Si, en su momento de desesperación quiso incluso asesinarla, pero ya con la cabeza fría, era evidente que ella lo había apoyado mucho. Lo había ayudado a comprender sus propios sentimientos y cómo expresarlos, había sido un gran apoyo emocional para él, incluso aceptaba para sí que confío primero en ella que en sus tíos. Se sintió feliz de que lo aceptará de nuevo como su paciente.
Por otro lado recibió un largo sermón por parte del detective Orson. El hombre también se había preocupado, por la seguridad de los ciudadanos en primer lugar y en segundo por él joven. En el fondo el detective se alegraba de que el chico hubiese aparecido y que a pesar de lo tentador que debió ser para él, que no hubiese ningún muerto, eso hablaba de una recuperación emocional genuina en el joven. Realmente no era un mal chico, sólo era un niño asustado que en su triste pasado tomó terribles decisiones. Sin embargo no estaba libre de cargos.
Su represalia comenzó el 2 de Enero. Permitiéndole pasar año nuevo en el psiquiátrico. Fue mandado a un reclusorio para delincuentes de menor nivel, ladrones, asaltantes, proveedores de narcóticos e incluso estafadores, eran pocos los que habían asesinado ya sea con arma blanca o pistola, por lo cual él como el primer asesino serial de allí estaba en la cima de la “cadena alimenticia” en aquella prisión, de este modo asegurándole un ambiente más tranquilo si se podía decir. Solo el personal fue puesto al corriente de la situación psico-emocional del joven Foster, pero su expediente criminal se manejó con total discreción para evitar rumores. También se advirtió de como cualquier recluso que buscara problemas con el chico, debía ser retirado de inmediato para evitar conflictos y agresión innecesaria.
Isaac tenía derecho a visitas diarias de la doctora para su consulta y una visita semanal familiar. De éste modo podría continuar con su recuperación incluso desde él confinamiento. Le permitieron tener su reproductor MP3 ya que la música lo ayudaba a calmarse, recurría a la música cuando alguna pesadilla lo asaltaba por las noches o cuando algún pensamiento lo llenaba de ansiedad, irá o tristeza. Un par de oficiales fueron encargados de llevarle sus medicinas todos los días y asegurar que las tomará, Zack no puso objeción.
En las primeras semanas de su estadía en prisión no pudo evitar hablar con la doctora Monroy lo incómodo de estar allí, además de que tenía sueños recurrentes con Rachel y que solía hablar consigo mismo como si ella pudiese escucharlo. Conforme continuaron las consultas diferentes temas fueron tratados, pero el apoyo para que soportará su estadía en ese lugar y comenzará a superar la ausencia de su amiga eran tema de todas las semanas.
El tiempo para cumplir su castigó era de 6 meses, sin embargo gracias a no haber asesinado a nadie (al menos no que ellos supieran) y entregarse voluntariamente, si mostraba buen comportamiento, podría salir en menos tiempo. Así que decidió ceder y cooperar, tan sólo cumplir con las indicaciones y evitar mostrar rebeldía, entre más pronto saliera de allí, mejor para él.
Tenía una celda para el sólo y tiempo de sobra para practicar su lectura, la cual aún era lenta, también tenía algunos crayones de cera para dibujar. Prefería evitar la socialización con otros presos. Sin embargo otros días se aburría de la rutina tan odiosa en ese lugar, era mejor por mucho que la prisión anterior, pero la clase de “criminales” allí eran más aburridos. Le sugirieron unirse al equipo de fútbol soccer de la prisión, hacer actividades al aire libre le agradaba, el mismo se tomaba su tiempo para hacer un poco de ejercicio al exterior, de lo que no estaba seguro era del sentido de correr tras un balón todo el juego. Aprendió las reglas y lo intentó unas semanas, pero lo consideró en cuanto tratando de quitarle el balón a alguien, esté se tiró al suelo y mencionó que le habían lastimado el tobillo, Zack confesó haberlo empujado, pero hasta dónde él estaba seguro no le había tocado jamás el tobillo. Maldijo un poco y sentenció que se retiraba del equipo, nadie murió ese día y eso ya era un gran avance.
En alguna ocasión un grupo de chicos cercanos a su edad quisieron indagar las razones de su estadía en prisión además del origen de sus cicatrices, las cuales llamaban mucho la curiosidad a todos los que lo conocían.
–¡No es de su maldita incumbencia!– fue la cortante respuesta del de vendas, respuesta que no les gustó a los chicos y comenzaron con una serie de acosos.
Zack amenazó con arrancarles todos los dedos de la mano si no lo dejaban en paz. Tres días después, dos de ellos fueron llevados a emergencias, uno porque su dedo meñique fue arrancado de una mordida y el otro con un tenedor enterrado en la pierna izquierda. Después de eso el rumor de que era un psicópata ayudo a que los confinados no volvieran a molestarlo.
Un día escuchó hablar acerca de la visita conyugal y como algunos de los reos la esperaban con gran entusiasmo. Pregunto la duda a Monroy, se arrepintió de hacerlo, hablar de cosas así era muy, pero muy incómodo. La doctora río varios minutos resaltando la inocencia del joven, Foster hizo un coraje, pero allí quedó todo.
Todas las semanas que recibía visita de sus tíos se alegraba, no sólo por verlos, sino por que su tía le llevaba galletas caseras. Y su tío un  cómic de vez el cuando para que tuviese algo nuevo que leer.
A los 4 meses y medio le dijeron que podría salir antes por buena conducta (no matar a nadie en prisión se le tomó muy en cuenta). Y a principios del quinto mes se encontraba dejando aquella prisión para reencontrarse en el exterior con sus tíos. Primero se dirigieron por un helado y de allí nuevamente al centro psiquiátrico.
Entró al lugar y lo observó con cierto cariño, las cosas no habían cambiado desde que se fue. Llegó a su habitación, está estaba recogida y varía cosas habían sido reemplazadas ya que las destrozo en su momento.
–Estoy de vuelta Ray– murmuró mientras hojeaba el álbum de fotos y se detenía en una dónde salía la nombrada.
Saltó a su cama, abrazo la almohada, respiró hondo y sonrió para sus adentros. Estaba feliz por haber regresado a un lugar donde se sentía cómodo y seguro.
A la mañana siguiente se reincorporo a su rutina habitual en el centro psiquiátrico.
–Me alegra tenerte de vuelta– le dijo Melinda ofreciéndole un tazón de cereal y un par de opciones de bebidas para acompañarlo, por un lado el refresco, por otro la leche –es agradable ya no tener que ir a prisión todos los días.
–A mí también me da gusto volver– dijo con algo de entusiasmo. No lo pensó mucho, sabía que de él dependía dar el siguiente paso en su rehabilitación, así que tomó la caja de leche y la vertió sobre su cereal. Lo probó– no está mal, pero le falta azúcar.
–Es importante hacer cambios de vez en cuando, estás consiente de eso ¿Verdad?
–Lo sé.– se quedo pensativo un momento, y finalmente se atrevió a preguntar.– ¿Ella sigue viva?
–Ya habías tardado en preguntar, ¿estas consiente que la información sobre ella está limitada?– el asintió y la doctora lo miro complacida con la respuesta– Si, Rachel sigue viva, al parecer se encuentra estable.
–Bien– cerró los ojos, se sentía tranquilo con esa respuesta –se que es pedir demasiado, pero sería bueno saber si ella es feliz.
–Esperemos que lo sea, ese es el objetivo después de todo.
–Si.
–Pero más importante aún, tú en este momento ¿eres feliz?
–Tengo una familia que me ama, persona que se preocupan por mí y buscan ayudarme. Ya no me siento solo. Mis ganas de matar han disminuido. Tengo un techo bajó el cual dormí y comida caliente todos los días. Sí creo que puedo decir que soy feliz. –Sonrió con esa encantadora expresión que hacía meses no mostraba.
–Eso es bueno.
Termino su cereal y su consulta, y pidió permiso para salir al jardín, aún tenía ese permiso revocado por escaparse meses atrás.
Le gustaba esa falsa sensación de libertad. Sin muros y sin rejas, sentir el viento y el sol, sensación que lo ayudaba a no pensar demasiado. Trataba de mantenerse centrado en lo positivo y evitar que el recuerdo de la niña invadirá sus pensamientos más de lo necesario, pero realmente era difícil no extrañarla, después de todo ella fue su primera amiga en la vida y su primer amor “casi” correspondido. Rachel lo aceptó a pesar de su deplorable pasado y su apariencia desagradable. Ray lo había visto en sus mejores  y peores momentos, ella había tomado su primer beso, sus sonrisas más sinceras. Quería estar con ella, quería todo con ella, un futuro juntos. Tal vez sus sentimientos hubiesen sido correspondidos si la hubiese apuñalado hasta la muerte. Pero no podía, su ideal era la vida y ese deseo no congeniaba con el de Rachel.
–Me pregunto si ¿encontraré a alguien que me acepte como ella? – murmuró para si mismo, se percató de incómodo de sus pensamientos –¡Que estupidez! Nadie podría querer a alguien tan desagradable como yo– Bufó.
Sintió un escalofrío al imaginarse solo el resto de su vida.
–¡tch!– chasquido la lengua –Tampoco quiero terminar tan miserable!–se dijo en mormullos– cuándo ya no los tenga a ellos ¿Qué voy a hacer?– ideas de soledad comenzaron a asaltar su frágil mente. Sentía como un ataque de ansiedad se aproximaba. Se colocó de pie y corrió a buscar a Monroy.
–¡¡Doc!!
–¿Ahora que sucede Zack?– lo vio muy agitado.
–¡Ansiedad!– exclamó intentando contener la desesperación que sentía.
–¡Concéntrate en respirar!– le indicó.
Los ataques de ansiedad no eran ya tan comunes, pero eran más intensos desde hace unos meses, estos habían regresado al poco tiempo de escapar y se había intensificado durante su estadía en prisión sin razón aparente.
Respiraba con ayuda de una bolsa de papel para controlar su respiración.
–¿Te encuentras mejor?– pregunto Melinda, el pelinegro sólo asintió. –es mejor que comiences a cargar contigo una bolsa de papel, solo en caso de que hiperventiles.
–Si– contesto apenas separando la bolsa de su rostro.
–Y dime ¿Qué sucedió? ¿Qué hizo que te pusieras así?– indagó en tono comprensivo.
–Yo, yo me preguntaba si volveré a conocer a alguien que me acepte como lo hizo Ray, pero sentí miedo. ¿Quién podría quererme por como luzco?
–¿Cómo te sientes con respecto a tu apariencia? ¿Todavía te sientes incómodo?
– Mientras tenga puestas las vendas supongo que todo está bien. Al menos así nadie ve mi piel, pero sin las vendas, luzco desagradables, eso incómoda a la demás gente, se asquean y se alejan. Mientras luzca así, nadie más podrá verme de otro modo.
–¿De que modo quieres que te vean?
–Mierda... Usted sabe, que alguien se fije en mi igual que Ray, ya sea como amigo o como algo más.
–¿Te refieres a una relación?
Asintió agachando el rostro a causa de la vergüenza.
–Esta bien, no tienes que avergonzarte. Que quieras relacionarte con más gente es bueno, significa que estamos avanzando.
–Esta claro para mí que tengo que dejar ir a Ray, pero pensé que podría conocer a alguien más, tal vez no ahora, pero ¿y si me rechazan?  ¿por mí pasado o por mí apariencia?
–Tu pasado es algo que se puede ocultar, resumir e incluso evitar. Pero tú aspecto es lo que en verdad te preocupa verdad.
–Eso creo. Es obvio que preguntarán por que me veo así.
–Cuando tus tíos lleguen en la tarde, hablaremos con ellos sobre este tema. Por ahora tranquilo, te aseguro que podrás hacer amigos a pesar de tu apariencia.
Se encontraban reunidos en el consultorio de la Doctora y se limitó a escuchar lo que su familia tenía que decirle.
–Hemos revisado con algunos dermatólogos, hay tratamientos con láser que ayudan a mejorar la apariencia de las cicatrices.– le explicó Marcus.
–Aseguran una mejora considerable,  aunque no total, si te interesa, estamos dispuestos a intentarlo para que te sientas más cómodo con tu apariencia.– añadió Dayan.
–Así que ustedes ¿ya lo habían previsto?– enuncio al borde de las lágrimas, el trataba de no quejarse de su apariencia, después de todo el uso de las vendas lo ayudaba a no pensar demasiado en su cuerpo maltratado, también sabía que sus tíos no despreciaban su apariencia, ellos lo habían abrazado incluso sin las vendas y nunca vio ningún indicio de asco o desagrado en ellos, estaba convencido de que si se tomaron la molestia de investigar un tratamiento, era para hacerlo sentir más cómodo con el mismo.
–¿Qué opinas Zack?– pregunto Dayan.
–¡Si! ¡Claro que quiero intentarlo!– exclamó emocionado.
La consulta con el Médico dermatólogo se programo para el fin de semana.
El día llegó, y sus tíos se presentaron por la mañana para llevarlo a su consulta.
El dermatólogo revisó la piel de Isaac de pies a cabeza. Le parecía casi increíble que el chico hubiese sobrevivido después de sufrir quemaduras de 2° y 3° grado en casi todo el cuerpo, sin curaciones apropiadas o sin antibióticos. En general se encontró con una piel maltratada y reseca. En algunas áreas las cicatrices eran pequeñas y finas, pero en otras partes se había engrosado y cambiado de pigmentación.
Le explicó a la familia que debido al tiempo transcurrido, no todas las cicatrices desaparecerían, pero prometía una mejora del 40% al 60%, con el uso del láser, acompañado también de un par de tratamientos extra según lo requerido, incluyendo cremas para mejorar la hidratación de la piel. Las mejorías reales tomarían algunos meses.
Tendría una sesión de láser cada 4 semana, y se esperaba que para la quinta sesión ya se vieran los resultados.
Para Zack eso era suficiente, por lo tanto para sus tutores también. Comenzó su tratamiento ese mismo día. Había ciertas cicatrices de las cuales quería deshacerse de inmediato cómo eran las de su rostro, cuello y manos, sea como sea las demás se podían ocultar las con la ropa. Sus tíos le dijeron que no se preocupara, que toda cicatriz que el quisiera sería tratada.

………………

Pasaron un par de semanas y a Zack se le notificó que volvería a tener sus evaluaciones psicológicas. Esto solo lo preocupó un poco, odiaba encontrarse con policías extraños que no sabían nada de él. Sin embargo a la vez ellos eran los que terminarían dando fe de su recuperación emocional.
Reviso en calendario en el escritorio de Monrroy, estaban en la tercera semana de Mayo, pronto sería Junio y eso significaba que pronto sería el cumpleaños de Rachel, otro año en el que no festejaría con ella, y si la chica estaba viva tal y como esperaba, eso significaba que cumpliría 15 años. Pensó en lo mucho que quería saber de ella, pero ya no era posible, tenía que dejarla ir.
–¿Te encuentras bien Zack?
El nombrado alzó la vista del calendario que sujetaba con ambas manos y miró a la doctora, algo desconcertado, para solo un momento después sentir como las lágrimas recorrían sus mejillas.
–Aun extraño a Ray– balbuceo mientras colocaba el calendario en su lugar y después usaba la manga de su sudadera para limpiar las lágrimas que dejó escapar.
–Lo sé y no te culpo por extrañarla, ella es importante para ti después de todo.
–Pronto será su cumpleaños y yo no podré felicitarla, aunque tal vez ella se moleste por tener otro año más de vida– dijo en tono irónico mientras intentaba evitar que nuevas lágrimas escaparan.
–Esperemos que ella ya no vea las cosas así.– el de vendas solo asintió. – Ahora hay otro tema que debo tratar contigo. Para finales de Julio está programado un nuevo juicio y hay que prepararte para esté.
–Recuerdo que dijeron algo al respecto. –comenzaba a recuperarse del ataque de nostalgia.
–Hay tres puntos que quiero repasar contigo, el primero es que reconozcas la diferencia entre lo bueno y lo malo.
–¡Ya sé que matar está mal!
–Bien, el segundo punto es la empatía ¿Cómo vas con eso?
–No estoy muy seguro, supongo que bien, aunque no es mi punto fuerte.
–Ya veo. El punto tres es: tus impulsos. Dime ¿Ya no te irrita ver a la gente sonreír?
–¿Huh? No lo había pensado. Creo que… – se quedo meditando por varios segundos –creo que si es alguien que me agrada, no tengo problema en verlo sonreír, creo que incluso me gusta ver a algunas personas ser feliz.
–Eso es bueno de escuchar. Has avanzado mucho en solo un año Zack, siéntete orgulloso de ti mismo.

………………………………

El día de su evaluación lo tomó con calma a pesar de aún tener una mala idea de sus posibles evaluadores. Para su fortuna las 3 horas que duró con los examinadores transcurrieron velozmente.
Las semanas continuaron su curso. La noche anterior al cumpleaños de Rachel no pudo evitar soñar con varios momentos dentro de aquel edificio dónde se conocieron, cuando ella le insistía que no se esforzará ya que el tenía el abdomen abierto, la expresión que Ray tenía en ese momento, él no sabía que era, pero al fin podía reconocerla, era preocupación, Ray se había preocupado por él. Por un momento sonrió para sus adentros, para solo un momento después dejar escapar las lágrimas de sus ojos. Llevó la mano derecha a su estómago y acarició donde se ubicaba aquella marca dónde la chica lo cosió con aquel hilo rojo.
–espero que seas feliz Ray– murmuró – por que yo sigo intentando serlo.
Se acomodó en la cama para intentar dormir de nuevo.

……………………….

Faltaban pocos días para la reevaluación del juicio y su sentencia. También estaba a un par de días de ser mayor de edad según las leyes del estado.
El abogado Turner había ido varias veces en el último mes para ayudar a prepararlo para el juicio. Le pidió que mantuviera la calma, era poco probable que lo mandarán a prisión, si no lo hicieron la primera vez, en está reevaluación menos lo harían.
Se daría a conocer su avancé en cuestión de su recuperación por parte de aquellos que lo evaluaron para asegurar que su diagnóstico coincida con el de la doctora Monrroy. Finalmente el juez mantendrá la sentencia o la modificará de acuerdo a las observaciones.

………………………..

No tenía ganas de celebrar su cumpleaños, no quería ni fiesta, ni pastel, ni regalos… bueno pastel si. Así que le habían dicho a sus tíos para que no organizarán nada.
Ese día se encontraba en su habitación con su familia comiendo pastel de chocolate desde temprano, se encontraba más animado de lo que se imaginó.
–yo…– rompió el silencio – yo quería preguntarles a ustedes ¿Qué día es su cumpleaños?
–¿A que viene esa pregunta tan repentina?– indagó su tía con curiosidad.
–Bueno, tengo poco más de un año conociéndolos y nunca se los había preguntado. Además somos familia el que yo sepa que día es su cumpleaños creo que es normal, tal vez no pueda darles un obsequio, pero al menos me gustaría poder decirles “feliz cumpleaños”.
–22 de Marzo– sentenció Dayan.
–13 de Enero– contesto Marcus.
–Ya veo, gracias.– sonrió animado –¿Puedo más pastel?
………………………………..
Llegaron temprano al tribunal. Todo mundo estaba allí. El detective McGroening y el oficial Carter, además de otros policías que también lo entrevistaron en alguna ocasión. Los numerosos psicólogos y psiquiatras (a parte de Monrroy) qué también lo habían entrevistado. También reconoció a la terapeuta de Rachel, pensó que tal vez ella sabría más de la niña, esperaba poder preguntarle en algún momento.
Se encontró con algunos de los miembros del jurado que presenció el juicio anterior.
Se sentía extraño, pero a pesar de todo, estaba totalmente bajo control. No estaba seguro de querer escuchar lo que todas esas personas dirían de él, le ofrecieron esperar en una sala continua hasta que fuese su turno en custodia de un par de guardias. Acepto, se colocó sus audífonos y solo observó por momentos que ocurría en el juzgado.
Cada uno de los presentes pasaba a dar sus observaciones al jurado y al juez, hasta el momento todos lo mencionado era positivo, realmente parecía no tener nada de que preocuparse.
Finalmente tocó su turno de pasar al estrado, el juez lo invito a pasar amablemente.
–Joven Foster, tomé asiento. Por favor, comparta un poco de su experiencia en recuperación.
–¿Qué se supone que deba decir?
–Podrías comenzar con lo que consideres más relevante– le sugirió Turner.
–¿Huh? Está bien. Para comenzar creo que, mierda no se que decir. Yo me he acostumbrado a tener a mi familia cerca. Tener a mis tíos Marcus y Dayan siempre apoyándome, al inicio era incómodo, pero ahora me doy cuenta que creo que los amo, es incómodo decir esto por que yo no estoy aún seguro de que es el amor a pesar de que es algo muy común. También estoy cómodo hablando con la doctora Monrroy, ella algunas veces me explica cosas que yo no  entiendo y me ha tenido demasiada paciencia, creo que  puedo decir que estoy agradecido con ella.  Luego, las razones por las que sentía esa necesidad de acabar con la vida de alguien más han ido desapareciendo poco a poco, aun hay veces en que desearía asesinar a alguien, pero ya no es como en el pasado, yo ahora puedo contenerme, incluso en ocasiones pienso en la gente que maté y siento lo que creo es culpa. Realmente no lo sé.
–Bien joven Foster. Podría contarme con sus propias palabras ¿por que la señorita Gardner no está aquí presentes el día de hoy?– pidió el juez.
Zack se estremeció sintiendo un nudo en el estómago.
–Ella… ella quería algo que yo no podía aceptar, discutimos y ella se alejó de mí, ella ahora está en Europa y tiene una nueva familia.
–Tengo entendido que no tomaste nada bien este asunto. ¿Qué hiciste?– volvió a interrogar el juez.
–yo escapé, me sentí confundido, Rachel fue la primera persona con la que hice amistad, y sí ella era capaz de despreciarme, pensé que los demás también lo harían, pero me equivoqué y volví a reunirme con mi familia semanas después. Estuve reprendido en prisión por 5 meses.
–Ya veo. Una última pregunta joven Foster. ¿Ha vuelto a matar a alguien en el tiempo que estuvo en la calle?
Imaginaba que esa pregunta se la harían en algún momento, era normal que lo preguntarán después de todo el era un exasesino, pero que debía decir, no le gustaba mentir, no era bueno, pero un solo individuo muerto podía arruinar su oportunidad de una vida mejor. Alzó la vista a los presentes y de pronto visualizo a aquel conocido que se encontraba hasta el fondo de la sala, tuvo la respuesta.
–Quise hacerlo, conseguí un arma, perseguir a varias personas, pero no pude, no lo hice porque en verdad espero poder arreglar mi vida, no quiero causar más problemas a mi familia.
–Muy bien. Miembros del jurado, espero la reevaluación de su veredicto.
Zack bajo del estrado y caminó en dirección a sus tíos, Dayan lo abrazó.
–Lo hiciste bien– le dijo la mujer.
–Si, eso creo– en ese momento todo se basaba en creencias suyas, no podía confirmar ni negar si lo que se habló allí lo ayudaría o perjudicaría.
Unos minutos más tarde las personas del jurado regresaron y pasaron un papel con su veredicto al juez, este lo miro unos instantes y lo regreso al representante del jurado.
–Den su veredicto por favor.
–Nosotros el jurado hemos decidido no cambiar nuestro veredicto, concediéndole a Isaac Foster la calidad de Interdicto hasta que se le dé de alta como paciente psiquiátrico.
–Isaac Foster, de acuerdo con el jurado y en conclusión de todas las pruebas dadas hoy acerca de tu constante y exitosa recuperación, sentenció que seguirás en plan de Interdicto y bajo el cuidado de tu familia hasta que se te dé de alta como paciente psiquiátrico. Una vez dado el caso te consideraras un ciudadano y tu deber será adaptarte a la sociedad de manera correcta y productiva, además de cumplir con trabajo comunitario cómo sentencia. Tu libertad estará condicionada a vigilancia regular fuera de la Institución Psiquiátrica además de toque de queda a partir de las 8pm a menos que se de avisó previó. Finalmente quiero hacer hincapié en el hecho de que tu caso es único en el país y se te han dado esta oportunidad debido a las críticas situaciones que presentaste durante tu infancia, además que, por increíblemente que parezca no existen más demandas en tu contra por los crímenes cometidos. No desaproveches está oportunidad muchacho. Doy por cerrado esté juicio.– sentenció el juez, dio un golpe con su martillo y se levantó de su asiento para comenzar a retirarse del lugar.
Una sonrisa suave y llena de satisfacción se formo en el rostro de Zack. Su vida realmente estaba cambiando para bien. Un gran peso se desprendió de sus hombros, realmente estaba más cerca de una vida normal.
Se acerco a sus tíos y los abrazo a ambos por sorpresa ocultando el rostro entre ambos cuando sintió las lágrimas.
–¡Gracias! ¡En verdad gracias por creer en mí!– dijo entre sollozos pero conservando una sonrisa sincera. El abrazo fue correspondido y palabras de ánimo y afecto le fueron dichas por el matrimonio.
Tardó unos minutos en calmarse. Para cuándo se desprendió del abrazo, gran cantidad de gente ya había comenzado a retirarse.
Observó al fondo de la sala y volvió a encontrarse con aquella persona viéndolo con una expresión satisfactoria. Se separó de sus tíos para dirigirse al reverendo.
–Puedo ver que te haz recuperado Isaac.– le dijo Gray al tener al joven enfrente.
–Lo que yo dije, acerca de no haber asesinado a nadie, ¿Eso…?
–Eso en nuestro secreto. Guardar un secreto no es una mentira. Al contrario es casi tan importante como mantener una promesa Zack– le dijo en tono ecuánime para que el muchacho se tranquilizara.
–Ya veo– dijo pensativo e inocente, analizado la información.– Es bueno saberlo– estaba de buen humor, así que no podía evitar que una que otra sonrisa se le escapara.
–Parece que estás recuperando tu esencia, esa característica felicidad tuya– dijo complacido al notar la expresión del joven.
–Si, como sea…– mencionó un poco incómodo y se rasco la cabeza.
–Bueno, tengo que irme, pero me mantendré cerca, buena suerte Isaac... Por cierto, saluda a tus tíos de mi parte.
–Claro… ¿Qué?– para cuando se percató de esas últimas palabras el hombre se había marchado.
Sus tíos no eran creyentes 100% fieles, pero solían asistir a misa de vez en cuando y participaban en algunos eventos de caridad. En esas ocasiones habían llegado a conocer al reverendo Abraham Gray. Por su parte Gray después de haber llevado a Zack a casa de sus tíos la madrugada del 25, se había encargado de mandar un mensaje a Dayan Foster para confirmar que Zack hubiese llegado adecuadamente.

………………………..

La noticia de que podía ir en cuestión de un tiempo a casa lo entusiasmo, y está ocasión era un hecho. En cuanto la doctora lo considerará prudente comenzaría a ir a la casa de sus tíos los fines de semana para comenzar con la adaptación.
Por otro lado, la nueva sesión de tratamiento láser lo tenía animado al poder notar los primeros (aunque sutiles) resultados.
Las cosas parecían mejorar y era una oportunidad que no dejaría pasar, por momentos se preguntaba si no estaba soñando o no estaba en algún tipo de paraíso, todo parecía tan ridículamente perfecto de no ser por un detalle: Rachel no estaba con él.
La segunda vez que regresó a casa de sus tíos para pasar el fin de semana no puedo evitar emocionarse. En esa ocasión el detective McGroening los acompaño y dejó una serie de indicadores a seguir. Zack sólo se limitó a escuchar y asentir a todos lo que el detective le decía, era obvio que no podía dejar la propiedad por su cuenta y que tampoco podía usar ningún artículo punzocortante. Un brazalete electrónico le fue puesto en el tobillo, conectado a un radar que verificaría que no abandonará la propiedad.
–Descuide, no pienso hacer nada incorrecto.
El detective se encontraba complacido con la actitud tan cooperativa del joven, desde que entró en prisión ya no se quejaba ni se oponía a nada, sin embargo a la vez se cuestionaba si el realmente estaba satisfecho al tomar esa actitud.
Así comenzó a pesar los fines de semana en un lugar que podía llamar hogar. Fue por primera vez a conocer su habitación, está tenía más personalidad que su cuarto en el psiquiátrico, incluso tenía su propio televisor y una guitarra eléctrica, después de todo el había dicho que quería una para aprender a usarla. Había un escritorio y un librero con libros y cómics que ya había leído y otros nuevos. Su guardarropa se había expandido.
Después de conocer su cuarto se dio el lujo de explorar el resto de la casa. Era obvio que a sus tíos no les faltaba nada, después de todo su casa de buen tamaño estaba en un buen vecindario, contaban con dos vehículos y un jardín amplió y alegremente ambientado. Se permitió a si mismo sentirse cómodo en esa casa, después de todo ya había estado allí una vez, en navidad y fue gratamente recibido. Pidió permiso para comenzar a llevarse cosas del psiquiátrico a su casa y viceversa, era evidente que no le negarían algo así.
Con frecuencia observaba el álbum de fotos (solía cargar con este artículo  a menudo) lo abría en la sección dónde incluyó las de la rubia. Algunas noches soñaba con recuerdos de los sucesos que vivieron en el edificio o mientras viajaban juntos. Pero esa noche el recuerdo que lo invadió le causó más ansiedad que de costumbre. Él fuego que los apresaba y el charco de sangre que rodeaba a la chica se esparcía lentamente. La expresión de aquel hombre que les causó tantos problemas
–No te dejaré hacer nada.– expresó con demencia causándole escalofrío.
Se despertó exaltado, volteó a su alrededor con confusión y en eso se percató de dónde se encontraba. Estaba en casa de sus tíos… No, más bien su casa, ellos le dijeron que también era su casa, eso lo reconfortó por un momento. Esa era su casa, su habitación, su cama, su almohada, su ropa, sus muebles y así podía continuar enumerando de no ser por que el recuerdo regreso a su mente.
–Yo debía matarte… nadie más, pero es tu maldita culpa que yo no pudiera hacerlo ¿Por qué tuviste que tratarme como humano?– susurro para sí mismo volviendo a recostarse y colocando su brazo izquierdo sobre sus ojos, para intentar disimular las lágrimas.
Últimamente lloraba mucho y eso lo molestaba ya que se avergonzaba de no poder contenerse, Monrroy le había dicho que estaba pasando por una etapa llamada “aceptación” y que llorar estaba bien, era la forma más rápida de desahogarse, que en cuanto terminase de adaptarse a todo lo que sucedía, se volvería una versión mejorada de él mismo.
Pero en ese momento ¿quien era él? Esa era una pregunta que por momentos lo asaltaba.
Sabía que no era: no era un monstruo, ya no era un asesino, no era un psicópata, no era un mentiroso, no era culpable de todos los problemas de su madre ni de los que sucedían a su alrededor, no era un estúpido como en ocasiones lo hicieron sentir, no era una herramienta, no era un Dios.
Pero entonces ¿qué era? Era… era humano. Era un ex–asesino, era el sobrino de Marcus y Dayan, era un paciente psiquiátrico de la doctora Monrroy, era alguien que intentaba ser feliz.
Su intento de describirse a sí mismo le pareció complicado e ilógico.
Observó la venta, debía aceptar que le sorprendió que está no tuviese barrotes para evitar que escapase, la puerta de su cuarto tampoco había sido cerrada desde afuera con llave, confiaban en él. Sonrió, podía agregar que era alguien de confianza a su mal lograda lista.
Volvió a intentar dormir, no sin antes volver a pensar en la sonrisa de Rachel.

………………….

Tenía algunas dudas que quería aclarar lo antes posible, así que aprovecharía su evaluación de ese mes y la presencia de Monrroy en está para consultarlo.
–muy bien, con esto nosotros hemos terminado por hoy– comento la chica del FBI que se habían presentado en aquella ocasión – pero recuerdo que dijiste que querías hablar algo con nosotros y tú médico ¿Verdad?
–así es– contesto un poco cabizbajo.
–Doctora Monrroy ¡Entré por favor!– indico el detective McGroening quien también había asistido ese día como petición del joven.
La mujer entró y tomó asiento junto al resto de los evaluadores, dónde también se hallaba el oficial Carter.
–Muy bien ¿De qué quieres hablar?– interrogó Orson.
–Tiene tiempo que lo noté, trate de no darle importancia hasta hace poco, pero yo… ¡maldición! yo me siento oprimido– dijo con seriedad dirigiéndose a los presentes. –¡yo quiero recuperar mi independencia!  Hasta ahora me he comportado y actuado lo más posible de acuerdo a lo que me piden. He cedido a mi esencia por no causar problemas. No estoy diciendo que volveré a ser un criminal, solo estoy cansado de haberme vuelto tan dependiente de mi familia y del personal de este lugar… no se confundan estoy agradecido por todo lo que han hecho por mí, pero no me siento tan cómodo conmigo mismo. –aclaro a los presentes.
–En cierto modo esa dependencia es parte de tu tratamiento– interrumpió Monrroy y el joven la observó con curiosidad. Ella prosiguió. – Al necesitar de alguien más, era la mejor manera de ayudarte a crear vínculos con aquellos que te rodean, necesitar de alguien significaba que confiaras en alguien más. Sin embargo también te volviste sumiso pará que la gente confiases en ti y se acercará.
–Así que se trata de eso.– enuncio para si mismo.
–Y ¿Qué es lo que quieres hacer ahora Zack?– le interrogó Monrroy.
–Yo quiero… yo quiero recuperar mi forma de ser, quiero volver a sentir que es mi voluntad la que me mueve y no solo el apego a las personas que me rodean.
–Supongo que es posible darte un poco de libertad para que lo hagas. –Agrego McGroening para sorpresa de los otros policías.
–¿En verdad?– sus ojos se abrieron ante la sorpresa.
–Si la doctora Monrroy lo aprueba, yo puedo aceptarlo.
–Siempre has tenido una voluntad poderosa, nadie puede negarte algo así, también lo permitiré– concluyó la psiquiatra.

Para iniciar, volvería a tener control total de su medicamento. Podría comenzar a hacer algunos cambios en su horario en el psiquiátrico como escoger a que hora almorzar o cenar y escoger algunos alimentos, además de poder recorrer su horario para irse a dormir. Otra vez podía salir al jardín sin permiso ni supervisión e incluso podía salir a dar la vuelta a los alrededores del centro psiquiátrico, siempre y cuando llevase consigo el brazalete electrónico y no saliese del área permitida.

……..…………………..

Para finales de Octubre no pudo ir a su casa el fin de semana ya que temían que usará las celebraciones de Halloween como escusa para escaparse y asesinar. Zack se mostró indignado ante la falta de confianza, pero después de un par de días se calmó al saber que lo recompensarían dejándolo pasar casi 2 semanas en casa de sus tíos para las celebraciones decembrinas. Tendría su consulta todos los días vía Skype.
Pudo acompañar a su familia a conseguir el árbol de Navidad y ayudó a decorarlo. También se involucró en la cocina ayudando a preparar galletas de jengibre con forma de hombrecitos, al usas el glaseado rojo su mente jugó con la idea de decorar algunos como cadáveres e incluso agregó un par de decapitados cuyas cabezas desaparecieron en el proceso.
Para el día 25, Marcus le presento su regalo de Navidad, una consola de videojuegos y lo invito a jugar, era la primera vez que Zack tenía un videojuego y de inmediato quedo conquistado. Su primer juego se trataba de un shooter y aún cuando la idea de matar gente ficticia era un poco arriesgada, se lo permitieron, también le presentaron otro tipo de videojuegos como los RPG y juegos de aventura, además de otros aún más infantiles que lo entretuvieron bastante.
A pesar de que Navidad lo pasaron solo los 3, para año nuevo los padres de Dayan tenían pensado ir, está vez sin importar las excusas que pudiesen surgir. Le informaron a Zack el mismo día que recibieron la noticia para que pudiese mentalizarse. Confiaban en él y en el que ya estaba bajo control, pero tomar alguna precaución no estaba de más. Llegaría el día 31 por la tarde.
Para año nuevo quería apoyar en la cocina, sin embargo la mayoría de las actividades requerían el uso de un cuchillo, tampoco quería acercarse a la estufa o a cualquier cosa que usará fuego, así que se limitó en un inicio con limpiar vegetales y lavar los trastes y utensilios.
Cuando llamaron a la puerta se alertó ligeramente, Marcus había ido a recogerlos al aeropuerto, así que probablemente preguntaron de él. Aquel chico que era tan importante como para cancelar las festividades pasadas. Un extraño para aquel lado de la familia, después de todo el sólo era el sobrino político de Dayan. Ese miedo al rechazo estaba allí y no podía evitarlo, comenzó a temblar a causa de la ansiedad y apretó los dientes.
–Todo estará bien Zack– le dijo su tía colocando una mano en su hombro y un beso en su frente –ven.
Acomodo sus vendas de las manos y se colocó el cubrebocas. Se dirigieron al recibidor dónde un par de adultos mayores acababan de entrar. Atrás Marcus cargaba un par de maletas.
–¡Dayan! ¡mi niña cuanto tiempo sin verte!– saludo la mujer mayor mientras se acercaba a abrazar afectuosamente a la nombrada.
–También me da gusto verte mamá.–correspondió el abrazó cálidamente.
– Hija que bueno que estés bien– saludo el hombre.– y bien, ¿este jovencito es tu sobrino?– indagó mientras observaba a Zack. Esté se encogió solo un poco ante la atención recibida.
–Papá, mamá él es Issac, él hijo de Dylan.
–Si no estuvieses tan cubierto apostaría por que te pareces mucho a tu padre, es un placer conocerte, soy Thomas Sanders pero puedes llamarme Tom. – extendió la mano para saludarlo.
–Mucho gusto, puede llamarme Zack– correspondió el saludo con cierto cuidado.
–Mucho gusto Zack– saludo la madre de la mujer– soy Edna Sanders.
No estaba seguro del porque, pero sentía que no le había agradado a ésa mujer.
–Zack, ayúdame a llevar las maletas al cuarto de huéspedes– le dijo Marcus al ver la sutil expresión en el joven. Él chico sólo asintió, tomó una de las maletas y se dirigió piso arriba. Una vez se encontró con Marcus en el cuarto él mayor habló –¿Todo bien Zack?
–huh… creo que no le agradó a esa mujer. Pero no importa… ¿O sí?
–No creo que te odié, ni siquiera te ha tratado como para que tengas un juicio sobre ti, tu tranquilo Zack, todo esta bien.
–Esta bien.– no estaba muy convencido.
Pasaron un par de horas, Edna ayudó a su hija con los preparativos de la cena, por lo cual Zack no quiso involucrarse en la cocina nuevamente, en especial para evitar a la señora, así que se limitó a estar en su cuarto jugando videojuegos.
Llamaron a la puerta a pesar de que ésta se encontraba abierta, pausó el juego y volteó con curiosidad.
–¿Qué haces jovencito?– se trataba de Tom.
–¿Huh? Yo solo estaba jugando.
–los jóvenes de ahora y sus videojuegos, ya no salen a jugar como antes.
–no tengo permitido dejar la casa, así que supongo que lo más entretenido que puedo hacer es jugar. Además hace un jodido frío afuera y no tengo intenciones de ir a ningún lado.
–Ya veo– caminó a un lado de Zack y se sentó en la silla del escritorio. – y dime ¿Siempre usas esos vendajes?
–Casi siempre, tengo quemaduras en 60% del cuerpo y no quiero que la gente las vea, creo que les incómoda mi aspecto.
–Ya veo. Pero estas en casa y ¿Aún así las usas?
–Maldi… –se incómodo ante el comentario y se frenó a si mismo antes de maldecir– No quiero que se incomode por ver mis cicatrices. Además es muy normal para mí el usarlas. – no quería hablar de él mismo.
–Esta bien, no tienes por que preocuparte por algo como eso.
–Supongo que no– desvío la mirada pensativo.
–¿Sucede algo?– le pregunto Tom al verlo sumido en sus pensamientos.
–¿Huh? No es nada.– suspiro– ¿Puedo preguntarle algo personal?
–Por supuesto muchacho.
–la madre de Dayan ¿Me odia? O tiene algún problema conmigo?
–jajaja– soltó una risa cálida la cual hizo que Zack lo mirase con suspicacia – Ella no te odia, solo es muy reservada con respecto a la gente que deja entrar en su círculo social, no lo tomes a mal, solo necesita conocerte mejor.
–Ya veo. Realmente creí que me odiaba.
–No te preocupes por ello, eres un chico agradable, yo le hablaré bien de ti.
La cena había terminado de manera agradable y exitosa. Zack logro usar los pocos modales en la mesa que había aprendido para no quedar mal frente a las visitas.
–Zack ayúdame a recoger la mesa– le pidió Marcus. Alzando algunos trastes. Él joven asintió y recogió los platos para llevarlos a la cocina.
–Traje una tarta para el postre– comento Edna –podrías traerla Marcus.
–¡Claro!
Se dirigió a la cocina junto con su sobrino, sacó la tarta de  la nevera y preparó platos y cubiertos, volvió a dirigirse al comedor, Issac dejo los trastes en el fregadero.
–¡Hey muchacho!– exclamó Edna –¿podrías traer un cuchillo?
Por un instante todo se quedo en silencio. El cuchillo que normalmente usaba para cortar pasteles y tartas no era muy filoso, pero se encontraba en el mismo cajón donde habían guardado el resto de estos. El matrimonio más joven volteó a verse en silencio, confiaban en que no enloquecería de repente y los lastimaría, pero desconocían que tanto Zack confiases en él mismo para controlarse.
–¡Enseguida!– contesto un poco dudoso para no levantar sospechas. Se acercó al cajón de los cubiertos y al abrirlo de inmediato divisó los númerosos cuchillos. Suspiro y se dispuso a buscar el cuchillo indicado. Al encontrarlo lo empuñó en su mano derecha un momento, como en los viejos tiempos. Sonrió para sus adentros, tomar el cuchillo se sentía bien, pero a la vez estaba consciente de que no quería matar a nadie y eso lo hizo sentir aún mejor. Ya podía contenerse.
Regreso al comedor con el cuchillo y volteó a ver a sus tíos de manera triunfal.

Pasaban de las 2:40 am, Zack se había quedado en silencio a escuchar la conversación de los mayores, sin embargo el sueño comenzaba a vencerlo, el antidepresivo que tomaba le provocaba la necesidad de dormir y había comenzado a cabecear.
–¿Te encuentras bien Zack?– pregunto Dayan, haciendo que la atención de los demás cayera sobre él.
–Si… solo tengo sueño.
–¿Quieres retirarte a tu habitación?
–Hah yo quiero estar aquí… ya que pronto volveré al Psiquiátrico... – balbuceo mientras se tallaba el ojo derecho.
–No te preocupes, nosotros nos iremos a acostar en un rato, así que no te perderás de mucho.– le confirmo su tía.
Con gran pesadez se puso de pie balbuceo un “buenas noches” y se dirigió a su cuarto.
–Debo decir que cuando me contaron que vivió en las calles creí que sería un chico problemático– confesó Edna.
–¡Mamá!– Dayan se sintió indignada.
–El ha trabajado muy duro durante todo el año para no sentir que es una carga.– mencionó Marcus, orgulloso del logro de Isaac –Ha pasado por muchas cosas, pero al final, él nos ha demostrado que es alguien confiable.
–Me doy cuenta– comento Tom –él parece ser un buen muchacho.
–Así es, Zack es como un niño grande y es bueno saber que está en paz con el mismo– dijo Dayan.

Los siguientes días logro mejorar su relación con los padres de Dayan, no estaba seguro de cómo es que las cosas habían mejorado tan sencillamente, pero eso le permitió sentirse más a gusto en su presencia e incluso en las conversaciones. El día 3 de Enero los señores Sanders tomarían su avión de vuelta a casa. Se despidieron de Zack con un abrazo al cual el mostró solo un poco de resistencia.
–Fue un gusto conocerte Zack– la anciana tomó la mano del joven –eres un buen muchacho– le dijo mientras colocaba algo entre los dedos del ojos bicolor.
–Igual fue un placer conocerlos– contesto un poco dudoso de la acción de la mujer.
Después de que subieran al taxi, Zack observó lo que le había dado la mujer, encontrándose con un billete de $20 dólares.
–Parece que después de todo si le caíste bien a mis padres– le dijo Dayan dándose cuenta del billete y la expresión confundida de su sobrino.
Regreso al Centro Psiquiátrico para el 4 de Enero.
–Y ¿Cómo estuvieron tus vacaciones Zack?– le pregunto Monrroy, mientras el pelinegro revolvía el cereal en el fondo del tazón.
–Estuvieron bien, mejor que la mierda del el año pasado– bromeó.
–Me alegra que lo hayas pasado bien.
–Por cierto… yo tomé un cuchillo – la doctora le prestó atención– y no sentí ganas de matar a nadie.
–Eso es una gran noticia.
–¡Solo no le diga al detective! O el me sermoneara al respecto.
–Descuida, no le diré nada. Tengo entendido que también conociste a parte de la familia de Dayan ¿Qué tal te fue con ellos?
–Fue una cosa extraña, al inicio no me sentía cómodo en su presencia, pero después creo que ellos quisieron ser amables conmigo, no conversamos demasiado y al final incluso me dieron $20 dólares.
–Sin duda alguna debieron ver lo mejor de ti.
–Doc, ¿puedo preguntarle por ella?
Un incómodo silencio se generó en el lugar.
–Ella está bien, ya se adaptó a su familia adoptiva y ha progresado bastante en su recuperación emocional. Pero es lo único que sé.
–Esta bien, con eso me basta. Aún sueño con ella, cada vez menos, pero no deja de doler.
–Perder a alguien siempre es difícil. Pero no estás solo.
–Lo sé, tengo una familia – sonrió – también la tengo a usted, al detective e incluso a ese sacerdote. Sin embargo ¿está mal querer tener un amigo? A pesar de tenerlos a todos ustedes.
–No está mal. Tienes todo el derecho a querer tener un amigo. Estás a muy poco de poder ser catalogado como una persona emocionalmente estable y cuando puedas comenzar a vivir con normalidad en tu casa estoy segura que será más fácil que hagas un amigo.
–Eso espero. Cuando termine mi estadía aquí ¿Aún podré verla?
–Soy tu doctora Zack, no te libras de mi tan fácilmente.

………………..


Para principios de Abril, se dio el reporte de que Issac Foster estaba emocionalmente estable para comenzar a vivir fuera del centro psiquiátrico y comenzar una nueva vida en su casa con las debidas precauciones.













Hola, hola, hola, perdón si tarde más de mes y medio en publicar, han Sido unas semanas complicadas  y también ha sido un capítulo complicadisimo de escribir, además de que he contado con numerosas distracciones.

Ha sido un mal tiempo para mí, ya tiene unos meses (abril) que estoy sin trabajo, pero el que yo me postulé a varias ofertas y no reciba llamadas de ninguna desanima mucho. Así que entraré a un trabajo provisional en un callcenter porque me falta el dinero, decenme suerte.

Mi distraccion número uno fue ponerme a ver Bokuno Hero academi, las 3 temporadas.

Mi distraccion número 2 fue que encontré la novela ligera de Satsuriku no tenshi (no sabía que tenía novelas ligeras) y la ame. Entra en detalles que hace que la piel se me haga chinita, solo espero con ansias que pronto traduzcan las otras 2 novelas que faltan.

Finalmente una disculpa por tardar tanto en actualizar, no fué un episodio sencillo, tenía que resumir todo un año con una recuperación  que se viese creíble. Espero no volver a tardar  tanto para el siguiente capítulo.
Los quiero bye.

Sin Alas (Satsuriku no tenshi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora