En el año 1800 y algo, una mujer caminaba con una sonrisa, abrazando su biblia con suavidad, sus hábitos se mecían con el suave viento del atardecer. Sus rojizos cabellos apenas se asomaban bajo la prenda superior que cubría su cabeza; no era una hora en la que una mujer, menos una monja en esas épocas, debía estar sola, pero fue una petición especial de una madre.
Observó el cielo ya oscurecido, tenía que volver al convento lo más rápido posible; estaba contenta de haberle dado la paz a la madre y a su hijo que ya se encontraba mucho mejor luego de las peticiones a su santo Dios.
A lo lejos observó a un par de hombres, aparentemente estaban peleando, ¿sería seguro acercarse a ellos? El padre celestial le había encomendado traer la paz a la ciudad, debía interferir.
Pero no fue lo que ella esperó del todo, ya que quien estaba frente a ella, no era más que un ser de oscuridad, quien había absorbido toda la sangre del otro hombre que estaba con él.
Sintió como sus piernas flaqueaban y cayó hacia atrás, su biblia había ido a parar a la calle; aquel hombre de rubios cabellos se acercó, lentamente, casi en una erótica danza hasta ella, su figura era tan pecaminosa que ella dudaba de su celibato, estaba aterrada cuando este extendió su mano hasta ella y sonrió de forma cortés.
Este la llevó consigo a su hogar, apenas por el momento era un cuarto pequeño y sin lujos, pero acogedor.
Este la hizo suya una y otra vez hasta quedar satisfecho, simplemente por satisfacer sus deseos carnales.
La mujer, ya perdida en el mundo de aquel que la llevó al infierno sólo con aceptar el agarre de su mano, no lo podía creer, su Dios santísimo la castigaría por pecadora, porque luego de la primera vez, ya no fue una entrega por obligación, fue por placer.
Dos, tres días pasaron en que ella no salía de la habitación con el ser aquel; se decía que el diablo era atractivo, pero jamás pensó que para tanto.
En la pelea con Jonathan, ella fue atravesada por el fuego cruzado y en sus últimos suspiros le imploró a su amado Dio que no la dejase morir.
El vampiro, si no hubiese tenido una utilidad especial para ella, no hubiera permitido que ella viviera por siempre con 27 años.
Elizabeth Firth pasó a ser la condesa de la sangre durante más de 100 años, mientras su nuevo Dios volvía con ella, el mismo le encargaría una misión....
_____________Hace un mes_________________
—Ellos se acercan, mi cuerpo lo dice. —susurró con una extraña calma, Dio, quien aún trataba de acostumbrarse al cuerpo de Jonathan, a su lado estaba la ahora albina, acariciando su pecho en la cama; a su alrededor, estaba completamente lleno de cadáveres de mujeres sin sangre y un par de hombres.
—Sabes que me encargaré de todo, les daré una pequeña sorpresa, en especial a la mocosa que antes mencionaste, mi querido Dio, el anciano ese pondrá un poco de tus células en la cabeza de ella, nos desharemos pronto de su existencia.
__________________Época actual_______________
De noche, arribó su bote en una isla remota, muy pequeña para que la gente pudiese reconocerla entre tantas; en ella, había un gran campo de hierba alta y una casa, donde residía supuestamente el anciano padre del hombre que murió en manos de uno de los enviados de su amo.
Junto a Cameo, harían la existencia imposible de aquellos que tratasen de acercarse.
Dentro del día siguiente, ella esperó que cayera la noche mientras su acompañante con su stand atormentase a Jean Pierre Polnareff, si, también lo había conocido cuando Dio le implantó aquellas células, malditos sean los Joestar por haberlo liberado al igual que al chico pelirrojo.
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Beautiful [JJBA Fanfic]
AdventureFanfic basado en la relación de la bisnieta de Speedwagon, Blair Favreau y su vida con los personajes de Stardust Crusaders. En la marcha de los 50 días, o incluso antes de ello. Más detalles del personaje en cuestión se verá en los One shots/Drab...