2.- Blair Favreau

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Nacida en el cómodo seno de la familia Speedwagon, nunca se destacó por ser particularmente sociable. Su único amigo vivía en Japón y ella estaba prácticamente encerrada en Niza, Francia; nunca se quejó de que quisiera salir de su hogar a alguna aventura, sólo lo hacía cuando pasaba demasiado tiempo sin ver a su mejor amigo.

Con Jotaro, el gran compañero de la chica, se comportaba neutral, fue presentado a la niña de cabellos blancos por su madre, por mucho que él se quejara, ambos tenían alrededor de 6 años y esta simplemente se quedó mirando al chico frente a sí.

Su madre Gina, la única nieta de Robert Speedwagon, siempre le hablaba sobre el niño que era nieto de su gran amigo desde la infancia, casi hermano, Joseph Joestar.

Pero ahí estaban ambos, mirándose a los ojos de forma fija, Jotaro le dio la espalda y fue a su sala de juegos, dejando desolada a la niña, la cual sintió un vacío en su corazón al ser "rechazada" por quien se convertiría en su primera amistad verdadera...

Pero el pequeño Jotaro había vuelto con ella para casi arrastrarla con él y así jugar ambos con los juguetes del muchacho.

A los 13 años ocurrió un accidente que ni siquiera ella podía explicar, estaba con su padre y su madre, viajando hacia una cena de negocios, en el regazo de Gina descansaba una pequeña bebé de unos dos años, la hermana adoptiva de Blair.

De pronto el auto se volcó, debido a la humedad que había en la calle por las recientes lluvias, a veces en Francia, los inviernos eran demasiado crudos.

El auto rodó un par de veces hasta quedar de cabeza, pero nadie salió herido, un hecho que simplemente se quedó en secreto con los miembros de la familia y el chofer, nadie vio nada, pero apenas unos minutos del accidente, todos estaban fuera; la única que observó algo, fue Blair, un hermoso ángel con un casco puesto, quien al terminar de sacarlos a todos, se lo quitó, mostrando así unos hermosos ojos azules como el cielo nocturno.

Esta sonrió y luego desapareció.

Dos años bastaron para que la albina pudiera acostumbrarse a aquella presencia cerca, un hermoso y puro ser que la cuidaba de todo mal, pensó que podría ser un fantasma, puesto que Margaret, su pequeña hermana también la veía y reía cada vez con ello.

Un par de días antes de cumplir los 16 años, su padre, llamado Paul Favreau, junto a su madre, le regalaron la posibilidad de viajar sola a Japón, para que llegase al hogar de su mejor amigo y compañero Jotaro en el día de su cumpleaños.

Fue infinitamente feliz cuando aquello sucedió.

Ese día exactamente, ya en el país nipón, salió de compras con el menor de los Kujo, este extrañamente había aceptado sin chistar, cosa que provocó una que otra broma de parte de la albina.

Ese día conoció a alguien, pensó inmediatamente que sería muy importante en su vida a futuro, le sonrió un par de veces, un muchacho encantador, con un "ser" igual de encantador que él, aunque con una apariencia peculiar.

Cuando él le devolvió las sonrisas, esta soltó un suspiro, el cual quedó algo retenido a causa de su mejor amigo, quien tomó firmemente su mano y luego la obligó a salir del vagón, sin siquiera saber el nombre del chico, absolutamente nada...

¡Jotaro! —gritó ofendida la muchacha, es que el contrario era imposible, se había vuelto más idiota a la medida que iba creciendo, por otra parte, el espíritu de la chica estuvo apunto de darle flechazos en la cabeza al pelinegro, pero la fémina negó rápidamente con sus manos. 

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Un año más tarde, ella estaba en Nueva York por algunos asuntos de la fundación, los del alto mando querían hablar con ella acerca de la nueva tecnología que estaba saliendo a la luz; sin contar con lo que podría pasar a futuro con la fundación si su madre, Gina, continuaba de terca en relación a sus medicamentos, tener 68 años y mantenerse tan joven, no era para dejar de ir al doctor. 


Por su parte,Blair no prestaba demasiada atención a ello, puesto que estaba expectante a lo que sucedería en cualquier momento. ¿Qué podría pasar? ¡Claro! Estaba en el lado de Estados Unidos, podría entrar en cualquier momento Joseph Joestar, el gran amigo de su madre (sería la primera vez que lo vería después de todo), pero simplemente no llegó, o quizá lo haría después.


 Sin embargo, una llamada inesperada la dejó más que perpleja. 


¡Blair! Mi pequeña Blair, es terrible, me acaban de llamar del departamento de policía, Jotaro fue apresado, mi hijo se ha vuelto un rebelde, por favor querida, ayúdame a poder convencerlo de que debe salir de la cárcel. —se oía más que desesperada la mujer, por lo que la francesa colgó el teléfono que le habían entregado y cortó la reunión de cuajo para tomar su maleta y partir a Japón. 


En el aeropuerto, la chica observó mientras esperaba subir a su avión, a un hombre quien insultaba a un japonés, gritándole que uno como él le había quitado a su pequeña. 


Con lo metiche que era, se le acercó y palmeó su hombro, el anciano volteó y sintió que un suave rubor cubrió sus mejillas, "¡Pero qué chica más mona!" pensó el hombre. 


¿Está perdido? Puedo ayudarle, ¿a dónde se dirige? —ella apenas había llegado a Nueva York esa tarde, ¡no tenía derecho a ayudar a alguien con direcciones! 


El hombre se llamaba Joseph, algo común en Estados Unidos ese nombre, al menos eso consideró ella; el pobre anciano le contó sobre su nieto que estaba en problemas en Japón y ella le contó que su mejor amigo también lo estaba. 


Cuando arribaron, ella corrió rápidamente a la comisaría, tras ella, fue en todo momento el ancianito, junto a un compañero,un hombre de peinado extraño, moreno y parecía que venía del oriente. Se asustó y se detuvo antes de llegar al lugar,volteando para enfrentarles. 


Disculpe señor, ya no es necesario que continúe siguiéndome. —Joseph alzó una ceja y varias veces negó. 


Como te dije, jovencita, vengo a ver a mi nieto que está en problemas. —y ella comenzó a procesar, Joseph... Joseph Joestar, Jotaro en problemas, el nieto del ancianito también... ¿Demasiada coincidencia? 


 —Señor... ¿Su nieto se llama Jotaro Kujo? —ladeó su rostro y la expresión del hombre cambió a una de sorpresa, una muy notoria sorpresa. 


OH MY GOD! 


Y los tres entraron el completo silencio, qué vueltas da la vida, ¿no? Dejó que su sombrero cubriera su rostro, tenía un muy mal presentimiento con todo ello y Holly no hacía más que llorar en los brazos de la chica. 


Fue ahí, cuando supo sobre los stand y... Jotaro también tenía uno. 

¡Qué sorpresa! El viejo Joestar y su compañero también. 


Se preguntó qué le depararía el destino desde ese momento.

Beautiful [JJBA Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora