Beautiful [JJBA Fanfic]

13.- Noche Vieja

Sólo una noche, era lo único que ella pedía, aunque sonara egoísta, aunque fuese incluso algo que sacara de todos los esquemas el asunto.

En ese pequeño pueblo, la gente era gentil, amable, cálida, lejos de todos los lugares anteriormente visitados, luego partirían hacia el Cairo, por la mañana seguramente, pero esa noche era para pasarla tranquilos, como se dice, la calma antes de la tormenta.

Dentro de la casa donde iban a alojar, los chicos corrían de un lado a otro, excepto Joseph, quien estaba relajadamente recostado en una hamaca.

Se sentía en el aire que tal vez, sólo esa tarde/noche, ningún stand enemigo les molestaría.

—Dicen que en la noche lanzarán algunos fuegos artificiales. —mencionó el francés de pronto, llamando la atención de los que estaban dentro de la casa. Una sonrisa se formó en los labios de la albina y los stand de todos comenzaron a saltar de alegría, Star Platinum nunca había visto los fuegos artificiales, pero se quedó al tanto en una conversación rápida con Chariot; Hierophant por su lado, se fue a ayudar al pelirrojo con algunas cosas, claro, la dueña del lugar les dijo que no les cobraría, sin embargo, les pedía, como favor personal, que la ayudaran a mover las cosas de la casa y dejar todo ordenado.

Y en eso se les fue la tarde, comenzó a oscurecer y cada uno se turnó para tomar un baño, algo corto, preciso para no perder demasiado el tiempo.

Blair entró a la ducha y se lavó todo el cuerpo, centrándose ahora en el cabello y escuchó la puerta abrirse lentamente, ¿no le había puesto llave? Ahora estaba asustada.

Invocó a su stand y cuando iba a atacar escuchó una voz muy conocida para ella, provocando que se relajase al instante.

—No necesitas dispararme una flecha, que escandalosa eres sólo porque entré al baño... ¿Hablamos? —era Jotaro, quien observó el reflejo, la sombra de la cortina, el cuerpo de su mejor amiga.

¿Cuándo había dejado de ser una niña? Le molestaba, demasiado, como un hermano mayor dándose cuenta que su hermanita era prácticamente una mujer, pronto se casaría, tendría hijos y...

—Si es sobre Noriaki, piérdete. —contestó cortante, provocando que el pelinegro se mosqueara un poco, ¿en serio todo debía tratarse de Kakyoin?

—Yare, Yare... No hablaremos de él, sólo... ¿Recuerdas esa fiesta de año nuevo cuando casi me rompes la nariz al tratar de besarnos? Me acordé de eso cuando dijiste que querías pasar un año nuevo junto a nosotros, por eso...

—¿Por eso dijiste eso en voz alta? Todos se impresionaron y creyeron que te habías enfermado o algo, perdón, yo también lo pensé porque lo había olvidado por completo. —asomó su cabeza, moviendo su mano para que le pasara las toallas, una para el cuerpo y la otra para el cabello.

Kujo se volteó para no ver como la contraria se vestía, pero la conversación se extendió un poco más de lo debido, afuera, estaban el otro japonés y el francés preparando la cena, preguntándose dónde diablos se había metido Jotaro.

—Voy a darme un baño. Fue... Ya sabes, bueno conversar, como cuando éramos solo tu y... yo.

—Es raro cuando te pones así, pero supongo que es normal sentirse de esa manera, cuando de pronto ya no somos sólo los dos, sino que... Somos muchos más, tranquilo, ¿si? Me hace feliz que sigas siendo el mismo de siempre conmigo, aunque sea para ti una perra escandalosa más.

—No, tú eres la perra suprema, eso no lo dudes.

La chica comenzó a reír y con mucho esfuerzo de su 1.75, logró besar la mejilla del más alto; era con la única persona que podía abrirse de esa manera con sus emociones y en al menos 30 días, no hubo momento alguno donde pudiesen hablar tranquilamente.