Sonríe. Es el gesto más siemple y más significativo para mi. Su sonrisa blanca y derecha, la cual antes era permanente, ya no. No puedo creerme que lo tenga aquí en frente otra vez, como si nada hubiera pasado, como si el tiempo fuera estático.
-Sí, como Robin Hood. ¿Daniela Graham?
-La misma.
Extiende la mano a modo de saludo y se la estrecho. Siguen siendo áridas y secas, eso no ha cambiado. Un escalofrío recorre mi cuerpo al roce de nuestra epidermis. Quiero gritar, llorar y aplastarlo hasta que se quede sin oxígeno. En lugar de eso, simplemente giro cuarenta y cinco grados en el taburete una y otra vez. El camarero pasa por nuestro lado.
-Dos coronitas, por favor. -Le pide Cal.
-¿Dos? -Pregunto.
-Sí, he quedado con Dan.
-Yo también he quedado con Dan.
-Ya, lo he supuesto cuando te he visto.
Entonces esto es una emboscada. Un camarero alto vestido de algún personaje ficticio con chaleco rojo sin mangas y un gran sombrero de paja, le trae a Calum las dos cervezas que había pedido. Calum bebe un largo sorbo de una, dejando a la apariencia que tiene mucha sed.
-Espero que venga. -Añade.
Me encantaría decir que el ruidoso silencio de bar nocturno no es incómodo, pero lo es. Y mucho. Calum se dedica a mirar las burbujas amarillas de la cerveza mientras yo le echo un vistazo al menú de la noche. Pasan como dos minutos hasta que vuelvo a hablar.
-¿Cómo te va, Calum?
-Bien. -Responde apretando los labios y asintiendo levemente. Ya no estamos de broma. Todo vuelve a ser como la ultima vez que nos vimos- ¿Y a ti?
-Bien.
-¿Cómo está tu familia?
-Genial, los gemelos están enormes, ya apenas puedo con ellos. Mi hermana ya sabes, hecha una pequeña inconformista. Y mi madre muy guapa, básicamente. ¿Tú has visto ya a tus padres?
-Sí, llevo toda la tarde con ellos y con mi hermana; aunque Mali va a Londres ahora, así que volveré a despedirme de ella.
-Qué faena.
-Sí...
Ambos miramos alrededor sigilosamente, vigilando si viene Dan o no.
-¿Cómo han ido los conciertos? -Continúo por cuntinuar.
-Bien, me duelen las manos, la garganta y los oídos. Pero bastante bien, menos por por lo de Luck, ¿lo sabes?
-Sí. Es una pena.
-A Holly se le ha ido la pinza. Está en Inglaterra.
-Ya, me lo contó Dan.
-Veo que te ha ido informando.
-No creas que sé mucho más. -noto cómo empieza a vibrarme el movil en el bolsillo y lo saco para ver quién es- Es Dan.-Digo en voz alta y descuelgo- Más te vale que tengas una buena excusa, cerebro de mosquito.
-De nada.
-¿Perdona?
-Ya, ya sé que me vas a decir: "Acaso creerás que me estas haciendo un favor". Pero no lo creo, estoy seguro. Sé que tenías más ganas de verlo a él que a mi.
-Eso no es...
-"Eso no es cierto, Danny".
-¡Deja de imitarme!