CAPÍTULO DIEZ parte 2

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Había sido un error, jamás debí haber abierto la boca con temas que tenía enterrados en lo más recóndito de mi memoria, estaba entrando en fase de negación justo en este momento. Debí quedarme callada, me repetía sin cesar y en ese momento pase a la ira, golpe  la pared del baño de su casa, sentía que las lágrimas quemaban en mis ojos y mi cabeza quería explotar, me recargue en la pared y me deje caer. Estaba enojada conmigo misma, por no saber cómo mantener la boca cerrada, todo era culpa de ese maldito sentimiento de liberación, todo era culpa de mi maldito lado sensible.

La negociación tardo en llegar esta vez la cual hizo que el enojo disminuyera y me hizo sentir incertidumbre acerca de si era lo mejor ahora contar realmente toda mi versión de la historia. Pero la etapa de depresión me golpeo con más fuerza de lo común y me sentí frustrada por todo el tema, una nostalgia me invadió y me hizo ver que necesitaba ayuda; así que con mi aceptación pase a sentirme un poco más tranquila.

Unos golpes en la puerta me hicieron salir de mi trance y me levante del suelo en un instante, me acerque al lavabo y observe un momento mi reflejo en el espejo, tenía unas ojeras enormes por las pocas horas de sueño que había tenido, agregando la resaca que no me había dejado tranquila desde que desperté esta mañana.

— ¿Savanna, estas bien? — escuche la voz de Tayler desde el otro lado de la puerta y sonaba afligido— llevas ahí adentro desde que llegamos y ya me estoy preocupando.

—Solo dame un momento— mi voz sonó más baja de lo normal y cuando ya no escuche nada proseguí a lavar mi rostro, pero una mueca de dolor se formó en mi cara por el ardor que recorrió mi puño derecho, lo observe sorprendida ni siquiera me había percatado de que este sangraba, aún que las heridas ni siquiera eran graves solo se trataban de un par de raspones, me enjuague la mano y salí del cuarto de baño para dirigirme a la sala donde se encontraba Tayler sentado, en cuanto su mirada se percató de mi presencia se levantó y me observo completa deteniéndose más de lo normal en mi mano sangrante.

—Iré por el botiquín — camino en dirección a su habitación y yo solo me quede ahí de pie. Nunca me había quedado tan afectada como hoy cuando pasaba por las etapas de duelo, pero esta vez había sido diferente. —siéntate.

Yo obedecí, me senté en el lugar que él había ocupado hace unos momentos. Comenzó a limpiar la herida un poco torpe y lo note por que en lugar de pasar por la herida a toques con el algodón lo pasaba bruscamente, no me queje porque en realidad este solo quería ayudar. Cuando termino me cubrió con un poco de gasa y retiro lo que había ocupado.

Cuando se sentó junto a mi paso sus manos por su cara con frustración, estaba serio pero había más que el solo semblante de preocupación en su rostro, el realmente estaba afligido y yo me negaba a creer que era por mí.

—me imagino que es algo mucho más grave de lo que pensé. —soltó más para el que para mí. — ¿quieres explicármelo?

Me lo pensé un momento y asentí, me gire un poco en el sillón para poder observarlo mejor y me dedique a hablar.

—Gracias— apunte el vendaje improvisado que me había hecho.

—Sé que no soy un profesional como tú, pero quería ayudar— sonreí

—Te recuerdo Tayler— dije por fin y me perdí observando un punto fijo— sé que tú fuiste la persona que me llevo al hospital y llamaste a mis padres. También sé que pagaste las cuentas y dijiste que eras mi novio a las enfermeras, fingiste llamarte Thomas en el papeleo.

Este me miro sorprendido y bajo la cabeza avergonzada.

— ¿Cómo? —un susurro salió entre sus labios.

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